Seis son los candidatos que suman en total el Pacto Nueva Mayoría y la Alianza, pero luego de este domingo quedarán solo dos.
Andrés Allamand, Pablo Longueira, Michelle Bachelet, José Antonio Gómez, Claudio Orrego y Andrés Velasco definen si seguirán en competencia en las elecciones presidenciales de noviembre, enfrentándose a los candidatos independientes que no se presentaron en esta instancia.
Si bien en el Pacto Nueva Mayoría no habría tantas sorpresas, debido a las numerosas encuestas que favorecen por un amplio margen a la candidata Michelle Bachelet, la disputa está en cómo se reordenará el espectro político con el objetivo de apoyar a su candidatura.
La duda radica entonces en quién ocuparía el segundo lugar, un punto importante “particularmente para la Democracia Cristiana, que se considera un socio importante de esa coalición”, explica el Director del Centro de Estudios de Opinión Pública del Instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile, Robert Funk.
“Sería problemático para ese partido si su candidato no logra un segundo lugar. Se esperaría que sí, que tengan una cierta capacidad de animar a sus partidarios a salir a votar el domingo. Si no logra eso sería un problema para el partido, sin duda, y para el futuro político de Claudio Orrego”, señala.
Para Robert Funk, quien también tiene amplias posibilidades de secundar a Michelle Bachelet es Andrés Velasco, por interpretar a una clase política más “tradicionalmente concertacionista”.
Pero independientemente de quien ocupe ese segundo puesto, “lo bastante seguro es que cualquiera de esos dos va a tratar de insertarle a la nueva campaña de Michelle Bachelet una influencia que la traiga un poco más hacia el centro. Cualquiera de los dos va a tratar de hacer eso, lo que tiene que ver con ofrecer un contrapeso a la influencia del Partido Comunista”, concluye Funk.
Es en la Alianza, entonces, donde se concentra la mayor disputa, al no haber certeza sobre qué candidato logrará sobreponerse a su contendor.
“Para la UDI está en juego el hecho de ser gobierno por primera vez”, enfatiza Carlos Cantillana, coordinador del Observatorio Político Electoral de la Universidad Diego Portales. “La UDI hace mucho que viene buscando el gobierno, más menos desde 1999 si no antes, con la revolución que provocó en la derecha la aparición de Joaquín Lavín y la UDI Popular. Si bien ellos siempre han tenido la intención de ser gobierno, no tenían el poderío o el partido no estaba armado como lo está en la actualidad”.
“Si bien Golborne era un buen candidato en términos mediáticos, en términos políticos no generaba la cohesión de Longueira, quien ha movilizado a alcaldes, concejales, diputados, senadores para trabajar en torno a él, cosa que Golborne no generaba. La UDI está con todo para poder ganar la primaria y el gobierno en la elección nacional”, prosigue el analista, quien alerta sobre la “máquina electoral” de la UDI, un punto fundamental en estas elecciones.
En el caso de RN, “Allamand está apelando más a continuar el legado de Sebastián Piñera, están tratando de decir que este gobierno, a pesar de todas las críticas y todos los errores que ha tenido, ha sido uno de los mejores en la historia de Chile. ¿Y cuál es la mejor manera de demostrar eso? Dejando un legado, un sucesor”, puntualiza Cantillana.
Sin embargo, para el analista político y académico de la Facultad de Humanidades de la Universidad de Santiago, Marcelo Mella, más allá del posicionamiento de una candidatura por sobre otra, lo que está en juego en estas elecciones primarias es descubrir si se logró fomentar la participación del electorado, ante los paupérrimos resultados del sistema de inscripción automática y voto voluntario en las elecciones municipales.
“La capacidad de movilizar electorado, en este caso, aunque no es un objetivo propio de una primaria también es un elemento a tener en cuenta, porque si efectivamente el próximo domingo solo participa alrededor de un 10% del padrón electoral, claramente el objetivo de movilizar al electorado joven, que se había distanciado de la política institucional desde el año 1990 en adelante, no se va a cumplir”, sostiene.
En ese sentido, se proyecta que poco más de un millón de personas vote en las primarias de este domingo. Es por ello que, pese a que marcarán una fuerte tendencia, los analistas coinciden en que los resultados de estas elecciones no definirán por sí solos quién será el próximo presidente de Chile.