El presidente ruso Vladimir Putin parece haber elegido el pragmatismo en el caso Edward Snowden, el ex analista de los servicios secretos norteamericanos que permanece en la zona de tránsito del aeropuerto de Moscú desde hace más de tres semanas, luego de que desvelara el espectacular programa de vigilancia electrónica de EE.UU. “En mi opinión, las relaciones entre los Estados son mucho más importantes que las disputas sobre las actividades de los servicios secretos”, afirmó Putin en televisión.
“Hemos advertido a Snowden que cualquier actividad suya que pudiera perjudicar a las relaciones ruso-estadounidenses son inaceptables”, agregó.
Snowden solicitó el martes asilo provisional a Rusia como paso previo para refugiarse en un país de América Latina, donde Venezuela, Bolivia y Nicaragua se dijeron dispuestas a acogerlo.
Pese a las declaraciones de Putin, existe una opción que, al menos en teoría, no involucraría al presidente ruso. Es lo que dejó entrever el portavoz del presidente ruso, Dimitri Peskov.
“Si se trata de un asilo temporal, eso no concierne al presidente, sino al servicio federal de Inmigración”, aseguró Peskov, citado por Interfax.
Moscú espera que el caso no “perjudique al desarrollo positivo de las relaciones de Rusia con Estados Unidos”, añadió.
El abogado de Snowden, Anatoli Kucherena, explicó el martes que Snowden había pedido el asilo provisional, de un año máximo renovable, en vez del asilo político o el estatuto de refugiado, debido al plazo de examen de la demanda, que es más corto (tres meses).
Entretanto, Washington sigue pidiendo la expulsión de Snowden y su envío a Estados Unidos para ser juzgado.