El ministro de Hacienda, Felipe Larraín, argumentó su negativa a cualquier incremento en el ingreso mínimo mensual (IMM) asegurando que el Ejecutivo avanzará en la línea de elevar los otros beneficios que forman parte del proyecto, como asignaciones y subsidio único familiar.
La próxima semana, el Gobierno tendrá solo dos días para avanzar en la discusión si es que no quiere postergarla para el mes de agosto, y a medida que los plazos se acortan, la oposición lamenta no tener reuniones con representantes de La Moneda.
Por otra parte, el diputado independiente y presidente de la Comisión de Hacienda de la Cámara, Miodrag Marinovic, rechazó aprobar un proyecto con carácter de urgencia. “La institucionalidad requiere un debate que ya no fue hecho”, señaló.
Mientras esto sucede, ausentes han estado los otros aspectos de esta discusión, como el análisis de género que se debe hacer en materia salarial. Lidia Casas, académica en Género y DDHH de la Universidad Diego Portales, describió cómo para las mujeres se dan condiciones de trabajo y de sueldos que precarizan la situación aún más dentro de un grupo ya desprotegido.
“Estoy pensando en trabajadoras del aseo, toda el área de servicios donde está el salario mínimo de las mujeres, trabajadoras de casa particular. Vamos a ver condiciones de trabajo muy indignas, y sueldos bajísimos. Entonces si ya tenemos un sector proletario de masa trabajadora pobre, tenemos otros grupos más excluidos, y eso creo que son las mujeres”, dijo.
Lidia Casas comentó esto junto al economista de la Fundación Sol, Gonzalo Durán, en un especial de prensa de Radio Universidad de Chile, donde también se abordó la problemática situación de la organización laboral del país.
Durán reiteró las que han sido las críticas de la Fundación, desde que irrumpió en la opinión pública: Que El modelo chileno está pensado para desfavorecer mecanismos como la negociación colectiva.
“La negociación colectiva y el sistema tributario son los grandes mecanismos para combatir la desigualdad en la distribución de ingresos, entonces hay un ideario, una filosofía del modelo chileno, profundamente individualista, rentista y acumulativa, donde la cuestión laboral es central. Es muy difícil que eso cambie, sólo si los propios trabajadores empiezan a organizarse, que es un proceso que lentamente se ha dado en Chile”, indicó el economista.
Gonzalo Durán lamentó finalmente que es esperable que esta discusión termine como en años anteriores: “La institucionalidad actual ordena que esto debió regularse en junio. Este es el año que más se ha retrasado desde que volvimos a la democracia, por lo que es posible que se active un veto presidencial. Van a insistir con la propuesta, se rechaza, la vuelven a poner, el Presidente la impone y tienen que aceptarla si o si, porque de lo contrario no hay reajuste, entonces lo más probable es que quede en 207 o 208 mil pesos”.
Desde la Alianza se ha señalado que las demoras en la discusión, se deben a los recientes problemas internos que han tenido de cara a las próximas elecciones.