Francisco reúne a un millón y medio de personas en Copacabana

No hay una estimación oficial del número de personas que se congregaron este 26 de julio en la playa de Copacabana para aclamar al papa pero los organizadores de la JMJ afirman que fueron un millón y medio. A decir de algunos, la multitud era tan numerosa como la del concierto de The Rolling Stones en 2006.
  • RFI
  • 26-07-2013

No hay una estimación oficial del número de personas que se congregaron este 26 de julio en la playa de Copacabana para aclamar al papa pero los organizadores de la JMJ afirman que fueron un millón y medio. A decir de algunos, la multitud era tan numerosa como la del concierto de The Rolling Stones en 2006.

Francisco aclamado en Copacabana por una multitud de un millón y medio de personas es una imagen que sólo tiene un precedente: Mick Jagger cantando en el histórico concierto de su banda en la misma playa. Es la popularidad indiscutible de un papa “super buena onda”, como lo describió el rockero argentino Charly García.

El papa fue aclamado este jueves bajo una pertinaz lluvia que evocó así en su saludo de bienvenida a los peregrinos: “La fe de ustedes es más fuerte que el frío y la lluvia. ¡Felicitaciones!”. Saltándose el protocolo, como es su costumbre, el papa estrechó manos, besó niños, cambió su solideo (el casquete de seda blanco) por otro que le entregó un fiel, y hasta tomó un mate que le ofrecieron.

Francisco pidió también a los jóvenes “entrar en la revolución de la fe” y les advirtió que “el tener, el dinero, el poder pueden ofrecer un momento de embriaguez” pero “al final nos dominan y nos llevan querer a tener cada vez más, a no estar nunca satisfechos”. “¡Poné a Cristo en tu vida!”, pidió el papa argentino.

A unos 6 km de allí, en Leblon, centenas de jóvenes manifestantes, algunos encapuchados, gritaban “¡A peregrinar a Copacabana!”, en una protesta contra el gobernador de Rio y el gasto público por la visita del papa. Un fuerte contingente policial les bloqueaba el paso.

En la mañana, el papa conoció un lugar muy diferente a la turística Copacabana: la favela de Varginha, gris y chata, donde caminó por las calles, saludó y conversó con vecinos, se puso un collar de flores que le regalaron, bendijo el nuevo altar de la humilde parroquia aún en construcción, y entró en una casa a saludar a una familia.

El papa se reunió también con miles de sus compatriotas argentinos en la catedral metropolitana, donde les urgió a sacar a la Iglesia a las calles. “¿Qué quiero de la JMJ? Quiero que haya lío (…) Quiero lío en las diócesis”, dijo. “Quiero que la iglesia salga a la calle (…) La Iglesia no puede ser una ONG”, afirmó.

Debido a la lluvia, la peregrinación y vigilia previstas el sábado en un terreno baldío ahora inundado en Guaratiba, a 60 km de Rio, fueron anuladas, y la misa de clausura de la JMJ fue trasladada a Copacabana.





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