¿Qué es lo que deja la visita del Papa Francisco a Brasil?

Con un claro llamado a participar activamente de la Iglesia, el Sumo Pontífice despidió a los jóvenes que por una semana se reunieron en la Jornada Mundial de la Juventud en Río de Janeiro. Expertos creen que la invitación de Dilma Rousseff a ciertos mandatarios es una señal sobre sus afinidades en el continente.

Con un claro llamado a participar activamente de la Iglesia, el Sumo Pontífice despidió a los jóvenes que por una semana se reunieron en la Jornada Mundial de la Juventud en Río de Janeiro. Expertos creen que la invitación de Dilma Rousseff a ciertos mandatarios es una señal sobre sus afinidades en el continente.

“Vayan sin miedo para servir”. Esas fueron las palabras con las que el Papa Francisco despidió a los jóvenes asistentes a la Jornada Mundial de la Juventud de Río de Janeiro 2013.

En el que fue su primer viaje al extranjero como Sumo Pontífice, Jorge Mario Bergoglio invitó a compartir la energía y alegría de la juventud, para poder llevar a cada país las palabras del Evangelio. Así lo señaló durante su homilía en la misa de envío, realizada en una atiborrada playa de Copacabana: “Queridos hermanos y hermanas, queridos jóvenes, vayan y hagan discípulos a todos los pueblos. Con estas palabras, Jesús se dirige a cada uno de ustedes diciendo qué bonito ha sido participar en la Jornada Mundial de la Juventud”, señaló.

El mensaje entregado por el Papa Francisco muestra el nuevo acento que la Iglesia Católica quiere dar en su apostolado, según señaló Andrés Moro, vicario de la Pastoral Social y de los Trabajadores: “Lo interesante del Papa Francisco, primero, es que está hablando desde una realidad que conoce muy bien, que es la realidad latinoamericana, de un mundo de pobreza pero también de fe y esperanza. En segundo lugar, también habla con una libertad de espíritu muy grande, para presentar una propuesta de fe que claramente siempre está unida al tema de la solidaridad y lo social”, dijo.

Para el sacerdote, esta línea cercana y dispuesta de Francisco se ha podido comprobar desde el primer momento, discurso que cree impulsará a la juventud a acercarse e identificarse nuevamente con su Iglesia.

En tanto, Gilberto Aranda, académico del Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Chile, coincide en este cambio de mirada, desde donde la Iglesia se está mostrando más abierta a reconocer y trabajar en algunas de sus falencias: “El Papa Francisco se ha esmerado en mostrar que este giro va y que la Iglesia Católica está en un momento de revisión y cambio profundo de sus estructuras políticas, no teológicas, que están muy bien arraigadas. Son maneras de tratar algunas cuestiones que son importantes para toda la sociedad y no solo para los católicos. Me refiero al tema de la corrupción y de la pederastia. Respecto de este último, el anterior papado también hizo importantes avances”, indicó.

El analista internacional cree que ahora hay que centrarse en cómo este discurso va a ser puesto en práctica.

Respecto del momento social que acompañó toda la visita de la máxima autoridad de la Iglesia Católica, Aranda explicó que el comportamiento de la gente puede ser un reflejo de qué es lo que pasará en las próximas citas mundiales que la nación sudamericana tiene programadas: “Las manifestaciones podrían haber mantenido la participación masiva que tuvieron y no fue así. En parte se explica por el catolicismo, pero también porque hay una parte muy importante de la población que, estando de acuerdo con estas demandas y participando de ellas, también tiene una valoración de algunas cuestiones específicas. El Mundial de fútbol tiene también muchos seguidores en Brasil y, si bien se van a mantener las manifestaciones y demandas, pienso que se va a llevar a cabo”, explicó.

La presencia de algunos mandatarios en la clausura de las jornadas de Río, como la de la presidenta de Argentina, Cristina Fernández, y su homólogo boliviano, Evo Morales, indican que Brasil claramente se muestra más cercano con algunos países, principalmente sus aliados energéticos, sostuvo Gilberto Aranda, quien si bien cree que esta “selectiva invitación” no debe ser entendida como “tensión”, sí debe leerse como un llamado de atención que hacen los brasileños a políticas tales como la Alianza del Pacífico.





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