“Mientras estábamos encerrados en el teatro escuchamos por una radio a pilas que iba a pasar un avión a bombardear a La Moneda, entonces yo con el Chepo, como éramos los más jóvenes partimos corriendo a la puerta del baño de hombres y abrimos la ventana con mucho cuidado para que no sonara, muy despacito hasta que quedamos los dos mirando. Un segundo después pasó el avión y quedó la Moneda en llamas y humo por todos lados”
Este es uno de los relatos de Francisco “Panchito” Arriagada, el auxiliar del Teatro Nacional que para el 11 de septiembre de 1973 se encontraba a tan sólo 20 metros del Palacio de gobierno, observando todos los acontecimientos desde una de las ventanas del recinto cultural.
Como todos los días, Arriagada llegó al teatro a eso de las 7 de la mañana y pasó a comprar un pan con queso en el quiosco de la esquina. Ese día el carabinero de guardia le advirtió que volviera a su casa porque “iba a quedar la escoba”, como señala Panchito, pero él no quiso y siguió su camino hasta Morandé 25 donde también se encontraba su padre, su compañero de labores “El Chepo”, y una periodista.
Antes que ocurriera el bombardeo los militares ya habían revisado el lugar y hecho tirar a la basura todos los archivadores de la sala. “Querían que los quemáramos, pero era muy difícil hacerlo”, reconoce el protagonista, quien estuvo dentro del teatro cerca de 10 horas.
“Nos dejaron salir como a las 5 de la tarde, cuando escuchamos por radio que habían 13 minutos para que los funcionarios que estaban en sus puestos de trabajo salieran. Ahí nos fuimos, salimos al pasaje y en ese lugar nos metieron al banco y nos trajinaron, recién ahí nos pudimos ir. Me fui a la casa de mi papá y me quedé ahí hasta el día jueves, y nos vinimos de a patita nada más, de San Diego al paradero 6 de Gran Avenida”, cuenta con voz afligida porque recuerda que varios piquetes de militares los revisaron y maltrataron en el camino.
“Yo siempre contaba la historia mía y de mi papá, pero nadie nos tomaba en cuenta”, dice Francisco, hasta que varios años después este relato llegó a los oídos de los entonces estudiantes de la Universidad de Chile, Alejandro Moreno (1975) y Daniel Marabolí (1979), quienes se interesaron en el hecho y lo convirtieron en un montaje que se estrenó el pasado 4 de septiembre.
La obra, llamada “TeatroNacional”, es un proyecto de arquitectura sonora y cuenta los acontecimientos en la voz de Arriagada. A medida que éste va narrando el público recorre los lugares en los que estuvo aquel martes hace 40 años atrás.
Moreno, el dramaturgo del montaje sostiene que ésta es una puesta en escena que se ve escuchando: “Es un trabajo que se centra en la voz de Panchito y en la voz del teatro, entonces no es que no se vaya a ver, sino que se ve otra cosa. No es que no se vea nada, se ve escuchando”.
Por su parte, Marabolí, sostiene que “la idea siempre fue reconstruir la historia de Francisco que vivió ese día y fue testigo presencial directo de lo que sucedió en La Moneda, con la tesis de que el teatro está en primera fila de la historia de nuestro país”.
“TeatroNacional” es un recorrido por los 15 minutos antes del bombardeo del Palacio de la Moneda, y se centra en el recuerdo de Francisco Arriagada, “este auxiliar que a pesar de la cercanía con la que observó lo ocurrido, y del miedo que lo aquejó, no se encuentra en los libros de historia”, dicen los directores.
Al respecto, Trinidad Píriz, la tercera integrante de este equipo artístico, sostiene que “la historia oficial ya está contada, entonces si nosotros queremos proponer un proyecto, evidentemente tenemos que buscar y hablar desde la particularidad, desde la persona, desde lo humano, desde la voz, y al captar esto claramente es enfocar el golpe desde otra mirada, desde una mirada que tiene nombre, apellido y fecha exacta, y es desde ahí donde decidimos hablar de la dictadura”.
La obra se presentará hasta el 14 de septiembre en la sala Antonio Varas y es parte del ciclo “40 años del Golpe” que organizó Fundación Teatro a Mil para conmemorar esta fecha.