El 17 de septiembre se difundió la renuncia del presidente del directorio de la Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica (Conicyt), José Miguel Aguilera, lo que avivó los problemas y desafíos que enfrenta la gestión pública sobre la formación de recursos humanos para la investigación científica y el desarrollo tecnológico en Chile.
Aunque Aguilera se ha comprometido a explicar prontamente las razones oficiales de su renuncia, ha dicho de antemano que “saquen sus propias conclusiones”.
Sobre la base de eso, el presidente del Consejo de Sociedades Científicas de Chile, Jorge Babul, reconoció que durante la gestión de Aguilera se recuperó la envergadura del financiamiento de proyectos de posdoctorado, iniciación a la investigación y el Fondo de Fomento al Desarrollo Científico y Tecnológico (Fondecyt).
Sin embargo, dijo que su gestión presentó serios problemas sobre la administración de glosas presupuestarias para 300 proyectos de posdoctorado e inicio a la investigación: “Él dijo ‘saquen sus propias conclusiones’ y las que uno puede sacar es que no logró resolver los problemas administrativos de Conicyt, especialmente en los concursos de becas, pero también en el sistema de postulaciones. Él permaneció en silencio cuando se anunció el traspaso desde el Mineduc al ministerio de Economía, no dijo una palabra. Y lo otro preocupante es que estamos en plena discusión del Presupuesto, entonces es como que nos abandonó”, afirmó.
El profesor de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile subrayó además la incompatibilidad que enfrentó el ex presidente del directorio de Conicyt, puesto que estaba postulando a un fondo concursable para una investigación sobre alimentos.
De acuerdo al científico, esto evidenció los problemas de recursos que se destinan al cargo, el cual debería pagarse por jornada completa y/o permitir que la persona que lo ostenta pueda seguir haciendo investigación, como pretendía Aguilera, Premio Nacional de Ciencias Aplicadas y Tecnológicas en (2008).
“Él postuló a un proyecto Fondecyt para 2014 y, por lo tanto, se retiró de todas las instancias de discusión del concurso. Como estaba postulando, no puede liderar la discusión y evaluación de los proyectos y eso tampoco es bueno, porque él -en conversaciones que hemos tenido- ha sido bastante enfático en tratar de que se financie la mayor parte de los proyectos que tienen buena evaluación, entonces eso también afecta”, señaló.
Mientras, Conicyt enfrenta su traspaso desde el ministerio de Educación al de Economía, lo que no se justifica técnicamente, según el experto.
La misma opinión expuso el secretario de la Fundación Más Ciencia, Pablo Astudillo, quien consideró que “no existen suficientes razones técnicas para traspasar Conicyt. Lo que se tiene que hacer es que exista una institucionalidad independiente para la ciencia, al igual como existe en muchos países, a los que les ha ido muy bien. El informe de la comisión Philippi fue bastante claro sobre la conveniencia de crear un ministerio para estas cosas y, a esta altura, hay que ver lo que digan los candidatos sobre esto. No creo que se vaya a avanzar más en lo que queda de Gobierno, es muy poco tiempo para discutir bien y llegar a consenso con distintos actores”.
Los expertos coincidieron en que el país sigue debiendo a la ciencia una institucionalidad pública con más autonomía, para que las decisiones sobre el financiamiento destinado a formación de profesionales tenga un sustento menos susceptible al vaivén político y más técnico, tal como recomienda la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).