En 1946, Estados Unidos creó el Instituto del Hemisferio Occidental para la Cooperación en Seguridad, más conocido como Escuela de las Américas, una base de instrucción militar en la que han sido formados más de 60 mil soldados de toda América Latina.
Según datos del Observatorio por el cierre de la Escuela de las Américas, más de 5.200 militares chilenos han sido enviados a instruirse a ese lugar, entre los que figuran Manuel Contreras, Álvaro Corbalán, Raúl Iturriaga Neumann, Miguel Krassnoff y el recientemente fallecido Odlanier Mena.
Pablo Ruiz, encargado de comunicaciones para América Latina del Observatorio, explica que las técnicas de tortura y represión aplicadas por los servicios de inteligencia de la dictadura de Pinochet fueron aprendidas precisamente en la Escuela de las Américas.
“Los mayores torturadores chilenos y de América Latina no es que cometieran violaciones a los derechos humanos porque se les ocurriera, ellos recibieron entrenamiento específico que facilitó que conocieran técnicas de tortura, ejecuciones y desaparición de personas”, detalla.
Argentina, Bolivia, Ecuador y Nicaragua decidieron dejar de entrenar a sus tropas en la Escuela de las Américas. Chile, en cambio, envió a 162 soldados a recibir instrucción militar el año 2012 y en junio del mismo año, 38 oficiales cursaron un taller de dos semanas impartido por profesores de la Escuela de las Américas en la Academia de Guerra.
Para Carlos González, detenido en Tres y Cuatro Álamos entre 1976 y 1977, es “doloroso” el hecho de que hasta el día de hoy se siga enviando a militares chilenos a aprender las técnicas de tortura y represión aplicadas contra miles de personas durante la dictadura.
“Es espantoso, es algo que significa que no hay una conciencia como Gobierno, ni como Ministerio de Defensa, ni tampoco del alto mando ni del Estado mayor de la Defensa Nacional una disposición a comprender que eso no se puede seguir haciendo. El envío de tropas a la Escuela de las Américas ha significado que personas han aprendido a ser expertas en tortura y en la serie de actividades que tienen que ver precisamente con luchar contra el enemigo interno que declara la doctrina de Seguridad Nacional”, expresa.
Alicia Lira, presidenta de la Agrupación de Familiares de Ejecutados Políticos (AFEP), coincide en que “es una vergüenza que un país que salió de un golpe cívico militar, del terrorismo de Estado, se mantenga del año 90 hasta la fecha enviando a militares a formarse no con la formación que debe recibir un militar sobre la soberanía de un país, sino que con la formación de eliminar al enemigo, de aplicar tormentos para eliminar a las organizaciones que atenten contra el poderío o contra los intereses económicos de este país”.
Al envío de tropas a la Escuela de las Américas se suma el hecho de que el 5 de abril de 2012 se inauguró un centro de entrenamiento militar estadounidense en Concón. Alicia Lira alerta que no solo militares chilenos estarían recibiendo instrucción en ese recito, sino que también personal de Carabineros y la PDI.
Juana Aguilera, presidenta de la Comisión Ética contra la Tortura, también advierte sobre esta base militar, la que a su juicio atenta contra el derecho a la autodeterminación de los pueblos.
“Aquí hay un entrenamiento de la policía para enfrentar a la ciudadanía que se ha movilizado por sus derechos y un esfuerzo por criminalizarla”, expresa Juana, quien considera que “si hablamos de unas Fuerzas Armadas renovadas y una policía respetuosa de los derechos humanos, nuestro país no tendría por qué gastar recursos entregando instrucción en técnicas represivas y menos si estas son entregadas por un país como Estados Unidos que ha demostrado en el mundo la capacidad que tiene de atacar a países más pobres y pueblos enteros”.
Las organizaciones agrupadas en el Observatorio por el cierre de la Escuela de las Américas harán llegar una solicitud a cada uno de los nueve candidatos a la presidencia, con el objetivo de poner fin al entrenamiento militar de soldados chilenos en aquella institución.