Fernando Carrillo: “La constitución tiene que ser el resultado de la sumatoria de todas las preocupaciones de una sociedad”

En visita a Chile, Fernando Carrillo, uno de los protagonistas del proceso constituyente colombiano, comparte la experiencia vivida por su país hace más de dos décadas, cuando a principios de los años noventa el pueblo de Colombia exigió en masa una asamblea constituyente, cuyo resultado fue una de las Constituciones más modernas del mundo.

En visita a Chile, Fernando Carrillo, uno de los protagonistas del proceso constituyente colombiano, comparte la experiencia vivida por su país hace más de dos décadas, cuando a principios de los años noventa el pueblo de Colombia exigió en masa una asamblea constituyente, cuyo resultado fue una de las Constituciones más modernas del mundo.

Fernando Carrillo Flórez, es un abogado y ex ministro colombiano, embajador de Colombia en España. Pero hace un par de décadas era solo un dirigente estudiantil con una idea que cambió para siempre la historia de su país.

Se aprontaban las elecciones parlamentarias y presidenciales de 1990 entre el caos social y político. En ese contexto, la iniciativa de la “séptima papeleta”, un equivalente al movimiento chileno “Marca tu voto”, tomaba fuerza en todos los sectores de la sociedad.

Se trataba de la introducción en el voto de un papel en el que se exigiera una asamblea constituyente. Fue tal la fuerza del movimiento que consiguió que estos votos se contaran extraoficialmente, dando paso al proceso constituyente en Colombia.

“La historia se remonta a 1989, es un momento crítico en Colombia porque son asesinados tres candidatos presidenciales. Hay momentos en la historia de las naciones en los que no hay salida política a los problemas que se están presentando, una gran crisis de representatividad del sistema político y de legitimidad del sistema”, explica el abogado Carrillo, creador de esta iniciativa que logró modificar la Constitución que regía a los colombianos hasta la fecha, la cual databa de 1886.

En una primera votación extraoficial, la “séptima papeleta” reveló que el 86% de los colombianos quería cambiar la constitución mediante una asamblea constituyente. En una votación posterior, impulsada por el recién electo presidente de la República, la aprobación se alzó al 91%. Este mensaje fue oído por la clase política y desembocó en el proceso de asamblea nacional constituyente: 70 delegatarios de todo el país y todos los sectores políticos fueron elegidos para integrar la Asamblea, la que en cinco meses de trabajo, entregó la redacción final de la nueva constitución política.

Para Fernando Carrillo, parte importante del éxito de esta iniciativa ciudadana es que no fue concebida por los partidos políticos ni respondía a sus intereses.

“Fue percibido como una iniciativa de la sociedad civil, no de los partidos políticos. Y eso era muy importante, porque la gente lo vio no como una propuesta partidista que tenía un tufo electoral, sino como una propuesta de transformación del país. Uno de los candidatos a la presidencia, que después sería el presidente de Colombia y haría los acuerdos de la constituyente, desde el momento en que se concibió la idea, nos apoyó. Tuvimos apoyo de todos los sectores políticos, incluso actores ultraconservadores, defensores del status quo, que vieron que esto estaba convirtiéndose en una bola de nieve y que si no se sumaban al proceso se iban a quedar por fuera”, relata.

A más de dos décadas del proceso constituyente en Colombia, Fernando Carrillo no duda en calificarlo como exitoso e, incluso, afirma que la Constitución de su país logró ser una de las más modernas y democráticas del mundo.

Es por ello que, sin juzgar las realidades individuales de cada país, llama a no temerle a la participación popular, siempre pensando en la asamblea constituyente como un medio de cambios políticos y sociales y no como un fin en sí misma.

“Es evidente que si uno trata de avanzar en un proceso constituyente sin reglas del juego, sin definir cuáles son los contenidos, sin ver a qué se está apuntando al final, como resultado del proceso, puede sumir al país en el caos. Pero si uno tiene claro cuáles son esos motivos, cuál es el propósito de la asamblea, el para qué, y le cuenta a la gente por qué es necesario como factor de modernización política y económica, pues otra va a ser la historia. Todo depende del contenido que le metamos a la asamblea constituyente”, expresa.

“La constitución tiene que ser el resultado de la sumatoria de todas las preocupaciones de una sociedad”, recalca el abogado, para quien la clave del éxito del proceso constituyente radica en que este no sea patrimonio de un partido político, de una doctrina o una ideología, sino que represente la pluralidad propia de una nación.

El abogado Fernando Carrillo visitó nuestro país para participar de una serie de actividades organizadas por la Universidad Alberto Hurtado, en conjunto con el movimiento “Marca tu voto”, FLACSO-Chile, Fundación Felipe Herrera, ICSO, Universidad Diego Portales, Fundación Chile 21 y el Grupo Articulación Iniciativas Constituyentes.

Revive la participación de Fernando Carrillo Flórez en el programa Semáforo aquí.





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