La presentación fue ingresada a la Comisión de Derechos Humanos (CIDH) en agosto pasado y contó con el respaldo de la Confederación Sindical Internacional y de la Confederación Sindical de Trabajadores y Trabajadoras de las Américas. La audiencia fue fijada para el próximo 29 de octubre, instancia en que un representante del ministerio del Trabajo expondrá las razones de no haber implementado estas medidas, siendo interpelado por un representante de la CUT.
Según indica la presentación, el derecho de asociación fue conculcado durante los años de dictadura. Si bien se reconocen algunos avances desde la vuelta a la democracia, la CUT afirma que el actual Código Laboral viola la Convención Americana de Derechos Humanos.
El vicepresidente de la CUT, Norberto Díaz, explicó las razones de la vulneración de los derechos de los trabajadores: “el Estado chileno ha evitado durante décadas modificar el Plan Laboral que se heredó de la dictadura y nosotros tenemos unas normas del trabajo que están subestándar respecto del régimen democrático del país. En Chile hay reemplazo en la huelga, no se permite la negociación supra empresa o por sectores de la economía, no se permite la negociación a muchas empresas declaradas estratégicas, no permite la negociación de los sindicatos interempresa. Eso en la práctica significa que el Estado ha sido cómplice de una violación reiterada de los derechos fundamentales de los trabajadores chilenos”.
La CUT asegura que nuestro país tampoco ha tomado en cuenta las recomendaciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), manteniendo las tabas para los procesos de negociación colectiva. Uno de los ejemplos es el caso de los sindicatos Interempresa que indicaba Díaz.
En este sentido, el presidente de la Confederación de Trabajadores del Cobre, Manuel Ahumada, señaló que “un sindicato interempresa bajo el Códigos del Trabajo no puede negociar colectivamente, los trabajadores podrían negociar colectivamente bajo la normativa vigente en Chile es que el sindicato tiene que empezar a constituir grupos de empresas y eso obedece a atomización, en definitiva la legislación apunta a debilitar al máximo el derecho principal, que es un poco el corazón del tema, que es la huelga”.
El dirigente coincidió con la estrategia de la CUT de internacionalizar este conflicto, afirmando en que nuestro país “el derecho a huelga y negociación están presentes en las leyes, pero no existen un derecho real”, lo que se observa en la posibilidad que tienen los empleadores de despedir a funcionarios en huelga y la escasa fiscalización y sanción en casos de prácticas antisindicales.
De hecho, Ahumada comentó que, desde hace años, la CTC tiene interpuesta una reclamación ante la OIT por vulneración de derechos establecidos en los convenios 87 y 98, justamente, sobre huelga y negociación colectiva. El organismo ha solicitado recomendaciones al Estado y lo ha citado numerosas veces, pero las autoridades no han dado explicaciones, por lo que no descartan “reforzar estas acciones o presentar nuevas”, para evitar que estas importantes herramientas de los trabajadores sigan perdiendo fuerza.
Para María Eugenia Montt, abogada especialista en derecho laboral, hoy los trabajadores están sumamente desprotegidos y se requiere una modificación a fondo, tanto del Código Laboral, como del marco global que lo sustenta.
Por esto, la abogada especialista en temas laborales indicó que “la desprotección emana de las normas y además está complementada con el sistema económico imperante, donde la ley no exige que las empresas tengan tantos trabajadores, ni tampoco exige que preste servicios con dependientes directos. En consecuencia esa atomización que se genera es un efecto de todo el sistema y se tendría que empezar mucho más atrás con cambios mucho más profundos”.
La académica de la Universidad de Chile indicó que se debe recuperar el sentido de la fuerza de los trabajadores. Para esto, los dirigentes de la CUT y la CTC apuntaron a la movilización social como mecanismo para posibilitar negociaciones históricamente trabadas pero también instaron a los trabajadores a recuperar la capacidad asociación y comprender la fuerza que tienen como base del sistema social.