Los comités de Servicios Armados en el Congreso de Estados Unidos llegaron a un preacuerdo por la Ley de Presupuesto en Defensa, que incluye una opción de traslado a terceros países de 80 reos de la cárcel de Guantánamo, ubicada en la base militar estadounidense en Cuba.
Con esto se avanza en la promesa de campaña de Barack Obama, quien en 2009 se comprometió con el cierre de este penal y con juzgar a los internos en tribunales federales. No obstante, cerca de 50 presos no cuentan con evidencias respecto de participación terrorista, cuyas confesiones han sido cuestionadas por la sostenida tortura a la que son sometidos.
La mayoría de los reos provienen de la invasión a Afganistán, ligados a Al Qaeda y acusados de terrorismo, pero organismos internacionales han criticado estos cargos, además de denunciar la violación a sus derechos en este recinto penitenciario, exigiendo su cierre.
Paz Millet, analista internacional, señala que la distante relación entre Gobierno y Parlamento aleja el apoyo a Obama, obligando un cambio de prioridades en la Casa Blanca: “Hay una repriorización interna producto de las dificultades que ha tenido para llevar adelante proyectos que tienen más impacto en política interna. En eso se ha puesto el interés del gobierno, de responder a esta dinámica para obtener mayor rédito político”.
En esta línea, el cientista político Guillermo Holzmann subraya que no hay claridad respecto del futuro de los internos, ante un juicio en Estados Unidos, un traslado a cárceles comunes, o que estos regresen a sus países.
Holzmann señala: “Dos consideraciones. La primera es que para generar el cierre de Guantánamo no sólo se requiere la orden del Presidente, sino el acuerdo del Congreso en torno a lo que se va a hacer con los presos. En segundo lugar, establecer las coordinaciones para saber quiénes serán devueltos a sus países, y cómo se van a hacer los juicios, qué se hará con quienes no tienen evidencia para seguir un juicio en Estados Unidos”.
Lucía Dammert, experta en seguridad, apunta el rol de organismos internacionales para detener los abusos en esta cárcel, y advierte que la ONU ha perdido liderazgo para intervenir, sumado a la incapacidad del Partido Demócrata para lograr los votos por su clausura: “Las Naciones Unidas han mostrado en los últimos años su inoperancia en otras situaciones, basta ver el caso de Siria. En noviembre de 2012, el Senado votó para no permitir la transferencia de los detenidos en Guantánamo. Entonces hay una incapacidad del Partido Demócrata de conseguir los votos para asegurar la definición del Parlamento para transferir a estos reos a Estados Unidos, con todo lo que eso significa”.
Un factor considerado desde el Gobierno para forjar el cierre de Guantánamo es el alto costo de mantención. El secretario de Defensa estadounidense, Chuck Hagel, indicó que el Estado gasta 2,7 millones de dólares al año por cada uno de los 162 internos.