Eduardo Gudynas, Secretario Ejecutivo del Centro Latino Americano de Ecología Social (CLAES), fue entrevistado por Patricio López en la edición de Semáforo de este miércoles, donde se refirió a la política de integración entre países de América Latina y el impacto en las economías locales.
Hay un recambio de líderes regionales, y se discute la recuperación de recursos naturales, de propiedad y renta. Hay un primer paso, pero ¿cuál es el principal problema del modo en que se vinculan las políticas públicas con recursos naturales?
Los gobiernos se enfrentan a un nuevo tipo de extractivismo, que es sacar materias primas para exportación. En este caso, está la minería en Chile, Bolivia y Perú, pero puede ser la soya de Argentina, Brasil o Uruguay. Ahora tenemos un extractivismo que cubre enormes superficies, con minería a cielo abierto, mayor consumo de agua, etc. En el caso del petróleo es meterse en la cuenca amazónica. Son gobiernos muy intensos, de mucha presión sobre el ambiente y las comunidades locales, y alto precio de las materias primas en los mercados.
¿Porqué estos gobiernos tienen tanta sensibilidad con las naciones, la renta, y tanto desconocimiento de los escenarios que usted menciona?
Esto queda en evidencia durante los últimos años, llegado el final del día priman las cuentas y no los impactos sociales o ambientales, lo que demuestra cierta tensión política en estos gobiernos, además de dejar en evidencia un problema persistente de las ciencias económicas tradicionales para renovarse al siglo XXI. Hoy la economía es incapaz de dar cuenta de los impactos ambientales, y los gobiernos toman decisión en relación a un análisis costo-beneficio, sin contabilizar el precio a pagar por un impacto ambiental o social.
Se dice que los niveles de integración son inéditos, el propio José Mujica dice que nunca estuvimos más cerca del sueño de Bolívar. Llevado a recursos naturales, ¿hay políticas regionales de colaboración, de intercambio, o es sólo retórica?
Hay avances importantes en pocos campos, como desplazarse con el documento de identidad, también en cuestiones culturales, revalidación de títulos universitarios, en cosas no comerciales. Donde hay estancamiento, incluso retroceso, es en la esencia de la integración productiva. El comercio dentro de los bloques regionales, de la comunidad andina y el Mercosur, está estancado y es bajísimo. El extractivismo hace comercio hacia afuera del continente, obligando a que los países vecinos compitan, lo que afecta la integración.
El origen del problema político es doctrinario, se sigue atado a cánones de la economía tradicional. ¿Qué pasa con la instalación de nuevos referentes teóricos, académicos?
Un primer componente es la izquierda convertida en progresismo en el gobierno, donde pierde el impulso de búsqueda y renovación de alternativas. La izquierda de los 70 discutía como salir de la exportación de materias primas, y eso se perdió. Ahora Mujica celebra la exportación de ello, y su principal proyecto es la megaminería de hierro a cielo abierto. El Frente Amplio quiere convertir a Uruguay en megaminero, entonces hay una crisis doctrinaria. Se entiende el gasto público, una presión y la extracción es casi un narcótico. Entonces la izquierda, apurada por la necesidad presupuestaria, termina en situaciones como Correa en Ecuador y préstamos con China. Hay haraganería de compañeros que se fueron al gobierno, perdieron esa chispa para explorar alternativas, y los consume la dinámica cotidiana. Las políticas de gestión pública no son neutras, entonces por más que me diga de izquierda progresista, si yo utilizo elementos de gestión pública convencionales, eso va tiñendo la gestión de gobierno y a mi mismo, justificándome ante la ciudadanía.
Algunos países están llegando al desarrollo a través del bloque BRIC, que tiene una gran cantidad de población, países que aspiran a ser la primera economía del mundo. ¿Porqué esa decisión no es un referente?
Brasil no es muy BRIC, en los gobiernos de Lula y Dilma, la cantidad de exportación de materias primas ha crecido y se ha desindustrializado. El mito del gran minero no es cierto en Chile, porque es Brasil, el mayor extractor de minerales. Sólo Brasil exporta casi el triple de los demás países sumados, entonces el BRIC muestra distancias siderales entre los países miembros. Brasil es el principal proveedor de aluminio y hierro para China, que hace manufactura a costa de impactos ambientales en otros países, a costo de importantes denuncias laborales. Entonces es un modelo donde sacas la materia de otros países, le pagas bajo a tus obreros y generas una utopía de desarrollo terrible. Brasil tiene ciudades muy violentas, entonces hay puntos complicados a la hora de evaluar como un espejo.