Las tropas de Al Qaeda se desplegaron en las ciudades de Ramadi y Falluja al noreste de Irak, siendo éste el mayor movimiento del grupo terrorista a dos años que las tropas de Estados Unidos abandonaran este país. Con ello, los islámicos consolidan una presencia recíproca entre Irak y Siria, lo cual es mirado con atención de la Casa Blanca, que apoya al presidente Nuri Al Maliki.
No obstante, el mandatario chiíta ha debido enfrentar a una mayoría sunita, además de sortear los ataques del Ejército Islámico de Irak y el Levante (EILL), expresión de Al Qaeda. Con ello, el país no se recupera luego de la invasión de Estados Unidos, con un escenario a la par con la guerra civil de Siria, país vecino.
Durante 2013, casi ocho mil civiles murieron en Irak a causa de distintos atentados sectarios. El gobierno de Al Maliki enfrenta una oposición sunita y con ello facilita la instalación de Al Qaeda. Es por ello que los dardos apuntan a Estados Unidos, luego de una ocupación que no rindió frutos a nivel social, y que tiene a Irak sin opciones de consolidarse pese a ser productor de petróleo.
Cristián Fuentes, del Programa Internacional de Fundación Chile XXI, establece que Estados Unidos no ofreció un plan posterior a la caída de Saddam Hussein, por lo que dejó la posguerra en manos de los islámicos sin una real alternativa de reconstrucción.
Fuentes indicó que “el principal error de EEUU fue intervenir un país sin tener claro cómo seguir después de Saddam Hussein. Supo como entrar pero no como salir, entonces se arma un cóctel explosivo. Vemos inestabilidad, no se supo intervenir y se ha perdido la posguerra”.
Por su parte, el cientista político Raúl Sohr apunta que los kurdos han logrado una separación del poder central, pero la población restante no ha logrado un avance en materia social, sumado a un incipiente descontento por desigualdad económica.
“Del punto de vista económico, no le va tan mal, el problema es cómo lo distribuyen. Hay sectores que sienten que la distribución es injusta. Los sunitas piensan que los chiítas se quedan con la mayor parte, pero los kurdos han formado un casi estado. Pero la destrucción de infraestructura, la falta de electricidad y problemas urbanos auguran mayor descontento. Para la masa de la población, la situación es de descontento y regresión en relación a Saddam Hussein”.
En esta línea, el analista Pablo Jofré subraya que la Casa Blanca no cumplió ninguno de los objetivos trazados por George W. Bush y luego ratificados por Barack Obama, lo cual sólo aumenta la convicción de grupos terroristas que buscan atentar contra el mandato de Al Maliki: “Ninguna de las ideas de la invasión se ha cumplido. En Irak no se democratizaron las instituciones, se atomizó la sociedad civil, se intensificó la presencia de grupos fundamentalistas. Es un país derruido, con indicadores de desarrollo menores a Hussein, con cientos de miles de muertos, una situación problemática”.
La guerra civil que se extiende por tres años en Siria, sumado a las elecciones parlamentarias fijadas para este semestre, son factores a la hora de analizar el rol de gobierno, con cautela ante un actuar más violento de Al Qaeda luego de tomar dos ciudades en la zona de Al Anbar.