Josep Vicent: "La cultura no se sitúa en el mundo elitista"

El director español tomará la batuta de la Orquesta Sinfónica de Chile este viernes para finalizar el XIV Festival de Música Contemporánea organizado por nuestra cada de estudios.

El director español tomará la batuta de la Orquesta Sinfónica de Chile este viernes para finalizar el XIV Festival de Música Contemporánea organizado por nuestra cada de estudios.

Para interpretar Sinfonía del compositor italiano Luciano Berio se necesitan ocho voces, instrumentos de orquesta y varios recursos técnicos que tienen que ir acompañados de literatura.

Posiblemente ese es uno de los motivos por el que en el país nunca se haya presentado una obra de tal envergadura, como tampoco la de los nacionales Andrés Maupoint y Gabriel Brncic, “Supernova” y “Volveremos a las montañas”, respectivamente.

Situación que se revertirá este viernes cuando el reconocido director español Josep Vicent tome la batuta de la Orquesta Sinfónica de Chile para presentar al público esta composición creada en 1968 y estrenada en su versión definitiva un año después con motivo del aniversario 125 de la Filarmónica de Nueva York.

Vicent es el director de “The Worl Orchestra” desde el año 2004 y de la Orquesta Sinfónica Illes Balears Ciutat de Palma. Además, ha estado en importantes escenarios comandando la Orquesta del Theatre Royal de la Monnaie, la Orquesta Nacional de España y la Orquesta Sinfónica de Radio Televisión Española.

Ha participado de distintos eventos diplomáticos que instan a la paz, como por ejemplo “la gira de celebración de la Paz entre Japón y China, el evento multitudinario en el Teatre Grec de Barcelona en Memoria de la Guerra Civil Española, los conciertos por la paz de la Unesco, entre otros”, cuenta el sitio web del músico, que durante este mes se encontrará en el país para cerrar el Festival de Música Contemporánea que realiza la Universidad de Chile y participar de la Semanas Musicales de Frutillar.

¿Cuál es la relación que haces entre el practicar el arte y la paz?

Si hay algo que verdaderamente me emociona de dedicarme a esta profesión, que muchas veces es dura y difícil, es sentir la capacidad que tiene el sonido para influenciar. La capacidad que se siente desde el escenario cuando se consigue que la emoción sonora tenga la vibración, el mensaje adecuado, y se consigue de verdad llegar, emocionar e influenciar a la gente, incluso en como viven la percepción de quien está a su lado.

Por eso creo que la música es un arma para generar paz, porque gente que haya presenciado un concierto de música y en algún momento haya sentido conexión con una canción, con una sinfonía, o cualquier otro momento musical, en ese mismo instante siente hermandad con la gente que lo rodea. El arte y la cultura  son el camino que la gente ha encontrado en su desarrollo para convertirse en una sociedad mejor, y esa es la relación indiscutible, porque es un puente directo entre el sonido y el alma del ser humano.

Entonces ¿cómo hacemos que este tipo de conciertos llegue a los más jóvenes?

La verdad es que creo que la juventud tiene una inquietud intelectual mayor y, simplemente, hay que poner a su alcance la comunicación necesaria para que sepan de qué se trata. De hecho, hace un par de meses fui en una enorme gira por el norte Europa, donde actuábamos en festivales de verano para muchísima gente y la mayoría de la nueva generación.

Dices que la música nunca envejece, tampoco la clásica ¿Cómo es que permanece siempre tan lozana?

Me refiero a juventud de espíritu, de la juventud a la hora de afrontar la vida, para entender la música, pero no de edad. Por eso siempre es joven. Depende de cada persona.

¿Por qué quisiste presentar Sinfónica de Luciano Berio para cerrar el Festival de Música Contemporánea que organiza la Universidad de Chile?

La música de Berio pone en el lugar que le corresponde la percepción que tenemos todos de la música contemporánea. Es una música escrita desde la intelectualidad con una serie de referencias que hacen que personas de diferentes generaciones y con gustos muy diversos se sienta reflejada en ella. Es por eso que se ha convertido en una partitura histórica, y no podía ser que no se hubiera hecho un estreno en Chile, porque es muy importante para el sector de la nueva música en el país.

¿Por qué crees que no se interpretó antes en Chile?

Uno de los motivos por los que esta partitura no se programa es porque es una obra de enorme envergadura de longitud y de densidad. Es una pieza para una orquesta muy grande, que encima incluye recursos técnicos, trabajo con ingenieros en sonido para el primer violín, hay ocho cantantes dentro de la orquesta amplificados que juegan con unos textos de poesía y eróticos. Hay un grandísimo collage de referencias artísticas de todo el siglo XX.

En este contexto, estoy muy admirado por la capacidad que han demostrado y el compromiso tanto intelectual como emocional de los músicos chilenos. La Sinfónica está haciendo un trabajo impecable.

Antes de tu llegada al país, el director del Ceac, Ernesto Ottone, te describió como el rockstar sinfónico por como vibras con la música y por tu apariencia ¿Estás de acuerdo con esta caracterización? 

“Los medios de comunicación cada vez decís cosas diferentes”, dice riendo, pero “a mí no disgusta porque sé en qué sentido lo dicen, en el sentido que a mí no me gusta situar la cultura en un mundo elitista. Me gusta acercarla y ser consciente que tenemos una responsabilidad de llegar a la sociedad. En ese sentido no me disgusta que me llamen el rockstar”.

Hubo una época que me llamaban así porque llevaba los pelos largos, ya no es el caso. Me parece muy bien.

Festival

El evento se realiza hoy a las 19:30 horas en el Teatro de la Universidad de Chile, ubicado en Providencia 043, y la entrada del concierto es gratuita.





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