Todo un desafío para el presidente Rafael Correa. Así se presentaron las elecciones municipales que celebró el domingo Ecuador.

De acuerdo con los primeros datos de las firmas encuestadoras Cedatos y Market, los candidatos opositores Mauricio Rodas, del movimiento de derecha Suma en Quito, y el socialcristiano Jaime Nebot en Guayaquil, ganaron por un amplio margen. Cuenca, tercera ciudad del país, con 712.000 habitantes, también quedaría en manos de la oposición, pero con un margen de diferencia menos importante.

Desde la sede del gobernante Alianza País, el presidente Correa admitió el “doloroso revés” sufrido por su partido en los comicios locales, aunque agradeció el apoyo de los ecuatorianos, porque según dijo, se ganaron importantes bastiones en otras provincias.

“Hemos tenido un importante revés en la capital, que habrá que analizarlo”, declaró Correa, quien aseguró que “seguirán construyendo con infinito amor a la patria nueva esta revolución ciudadana”, el término con el que designa su proyecto político socialista.

El mandatario dijo incluso que “tener estos remezones hacen bien” porque “probablemente estamos cayendo en sectarismos, probablemente nos estamos durmiendo en los laureles”.

Para Correa, perder Quito es una dura derrota, tomando en cuenta su implicación en la campaña. De hecho pidió licencia a la Asamblea Nacional en hasta cuatro ocasiones para acompañar a los candidatos de su partido, el Movimiento Alianza País.

Especialmente implicado estuvo en las provincias de la Amazonía Sur. Allí, el partido de Gobierno no quiere tener oposición ya que están emplazados los proyectos mineros e hidroeléctricos que se consideran estratégicos para Ecuador.

El resultado en Guayaquil, la ciudad más poblada de Ecuador, con 2,3 millones de habitantes, no sorprendió a nadie. El opositor Jaime Nebot, el alcalde actual, hace tiempo no pierde en este bastión de la derecha. Concretamente desde hace 20 años está en el poder de la ciudad portuaria el Partido Social Cristiano, y Nebot cuenta con alta popularidad.

Los comicios del domingo no se produjeron sin polémica, ya que el sábado Correa hizo su habitual “sabatina”, que pasa en cadena nacional en radio y televisión, desoyendo al Consejo Nacional Electoral que pidió que en esta ocasión, y dada la cita electoral, la suspendiera.

Más de once millones de ecuatorianos sufragaron el domingo para decidir el futuro de sus ciudades, y más allá de ello, el de los planes de Correa.