En 1982, Isidora Aguirre estrenó una de las obras que se convertiría en uno de sus mayores éxitos: la versión original de ¡Lautaro! Epopeya del pueblo mapuche fue dirigida por Abel Carrizo y protagonizada por Andrés Pérez y Arnaldo Berríos y en julio de ese mismo año ya había sido vista por más de 30 mil personas.

Para escribirla, la dramaturga compartió durante dos años con comunidades mapuche de Chol-Chol, Lonquimay y Mehuín, entre otras localidades, recopilando relatos tradicionales y observando distintos aspectos de sus vidas cotidianas.

Esa obra fue el punto de partida para Leftraru, la coproducción del Teatro Universidad Católica y la compañía La Mala Clase que se presenta hasta fines de abril en la sala de Plaza Ñuñoa.

Bosco Cayo, quien se hizo cargo de la dramaturgia e interpreta a uno de los personajes, explicó que “es una obra muy importante y que no se conoce tanto, pero teníamos que ocupar la instancia para que el texto aflorara y se viera que todavía tiene mucha actualidad”.

“Lo que hice fue escribir alrededor del texto y sus escenas, algunas de las cuales seleccionamos y están tal cual, porque sentimos que tienen mucho que decir hoy. Mi dramaturgia fue alrededor de eso, para ver de qué forma se provocaba este eco que vuelve a surgir, por la actualidad y lo que está pasando hoy con el tema”, añadió en el programa Radiópolis de Radio Universidad de Chile. Incluso, la obra cuenta con una versión que el cantautor Fernando Milagros hizo para “Indio hermano” de Los Jaivas, la banda que estuvo a cargo de musicalizar el montaje original de Isidora Aguirre.

Bajo la dirección de Aliocha de la Sotta, Leftraru se enfoca en una comunidad que debe escoger una estatua del toqui Lautaro para un programa del gobierno regional. De hecho, el título es uno de los nombres que Lautaro habría recibido originalmente en mapudungún, aunque sobre esto no existe consenso.

En ese sentido, Bosco Cayo dijo que “esto no deja de ser una suerte de versión y también hay una discusión entre ellos mismos que está reflejada. Las diferencias no están solo con este lado, sino que también entre ellos. Eso es bonito, que las cosas no sean solo blanco y negro. Leftraru puede ser nuestra versión, cómo nos acercamos a lo que puede significar este personaje, pero también podría llamarse de otra forma o no existir”.

Sobre el nombre de la obra, el dramaturgo enfatizó que “no hay una calle que se llame Leftraru, pero sí hay una calle que se llama Lautaro. Eso da cuenta de cómo se entiende la historia, que se cuenta desde este lado. La idea es tratar de meternos hacia el otro lado y meternos en sus zapatos. Nunca lo vamos a lograr del todo, pero por lo menos nos acercamos”.

Leftraru se presenta hasta el 26 de abril, con funciones a las 20 horas, de miércoles a sábado, en el Teatro Universidad Católica. Las entradas tienen valores entre 3.500 y ocho mil pesos. Más información en Teatro UC.