Diario y Radio Universidad Chile

Año XVI, 28 de marzo de 2024


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Cambio de mirada


Sábado 12 de abril 2014 14:03 hrs.


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Señor Director:

El choclo en la política se está desgranando. Las propuestas de las reformas tributaria y educacional polarizan las posiciones: por un lado la clase política y los empresarios y por el otro, los movimientos sociales.

En los primeros se atisba una prontitud en el actuar, ya sea en las campañas de terror agitadas por la UDI o en las movidas más agazapadas por sectores empresariales dentro de la Nueva Mayoría, apoyados por la DC. La situación se empieza a semejar a la de esos sectores en el 73. Siendo mal pensados, podríamos creer que hay una especie de acción coordinada.

Desconcierto de los movimientos sociales es lo que se ve en los estudiantes, por ahora. Quizás ante la perplejidad de la extraña situación que se produce, cuando se reúnen con personeros del Gobierno y la actuación de la Nueva Mayoría y la oposición ante los medios.

Lo primero que ellos ven en todo esto es que la implementación y los efectos fundamentales del programa se dilatan y se diluyen. Esto, a su vez, rehace a la derecha, que viene de una profunda crisis.

Se produce un punto muerto, cuestión que no debe ocurrir si se medita. La movilización se debe iniciar no contra el Gobierno directamente, sino contra la UDI, vanguardia pinochetista de la derecha toda, y los sectores que están en contra del cumplimiento del programa de la Nueva Mayoría.

También cabe la movilización ante gestos como los del diputado Lorenzini, haciendo apología en público a favor del alcoholismo, lacra en la salud de la gran población de este país, lo cual es una ignominia al cargo e institución que representa. Un acto de tal naturaleza merece el desaforo. Contra todos ellos los movimientos sociales deben protestar, frente a sus instituciones menos no cabe.

Por otro lado, el Gobierno debe hacer lo suyo con el comienzo de las gestiones económicas para poner en práctica la reforma educacional, ante la inminente demora, de tal modo que los efectos se empiecen a ver a comienzos de 2016. Eso es obvio, si no, no hay continuidad en los cambios que los electores votaron. Sabemos que Chile tiene crédito, credibilidad y reservas. Llegó la hora de hacer uso de ellas. El pueblo debe apoyar con todo a la Presidenta en caso de que ella tome tales decisiones.

Después de todo, no tendría que ser tan dramático el intentar acercarnos al nivel de los países de la OCDE, por algo estamos en ella como miembros. ¡Otro norte no hay!

El programa de la Nueva Mayoría es en función eso. De no ser así, no se entiende por qué el Gobierno de la Alianza no pidió el retiro de Chile de tal organización de países desarrollados. ¿Alguien podría explicarse?

Agradezco de antemano publicar esta inquietud mía, que estoy convencido que es por el bien de todos, y el logro de una más normal equidad

Enrique Salas

El contenido vertido en esta Carta al director es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.

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