Siria fija elecciones presidenciales en medio de conflicto civil

Cuando Siria entra en su cuarto año de guerra civil, el presidente del parlamento, Mohamed al Laham, anunció que el próximo 3 de junio se realizarán elecciones presidenciales. Mientras que la opositora Coalición Nacional Siria rechaza rotundamente la convocatoria, los especialistas apuntan a la ofensiva que implica el llamado del Gobierno para posicionar la idea de que el régimen ha triunfado, así como también a los indicios de un proceso de apertura en ese país.

Cuando Siria entra en su cuarto año de guerra civil, el presidente del parlamento, Mohamed al Laham, anunció que el próximo 3 de junio se realizarán elecciones presidenciales. Mientras que la opositora Coalición Nacional Siria rechaza rotundamente la convocatoria, los especialistas apuntan a la ofensiva que implica el llamado del Gobierno para posicionar la idea de que el régimen ha triunfado, así como también a los indicios de un proceso de apertura en ese país.

En el enfrentamiento civil, que lleva más de tres años en Siria, ya han muerto más de 150 mil personas y millones de ciudadanos se han visto obligados a abandonar sus hogares.

A juicio del analista internacional, Raúl Sohr, el país no está en condiciones de tener elecciones de ningún tipo, esto porque no existe una vía cívica y los partidos no operan. En ese sentido, explicó que en Siria “las elecciones no tienen el propósito de dar un canal de expresión a la población, sino que constituyen un ritual para legitimar el régimen”.

Este mecanismo ha operado desde hace décadas, tanto con Bashar al Asad, así como con su padre. El actual mandatario, como candidato único, fue elegido con 97,29 por ciento de los votos, y reelecto en 2007 con un porcentaje similar (97,62 por ciento). El analista se refirió al trasfondo de este nuevo proceso electoral y explicó que se trata de una operación para reestablecer  la idea de que el régimen ha ganado la guerra civil y volver a una situación en que se pueda forzar a la oposición a negociar en términos políticos y que deseche definitivamente el anhelo de ganar por la vía de las armas. Iniciativa que según indicó ya se ha logrado, porque “como están las cosas hoy todo indica que está ganando la guerra civil y que la oposición no fue capaz de derrocarlo”.

A juicio de Sohr, el país enfrenta por un lado la fortaleza del régimen que demostró ser mucho mayor de lo que se creía, mientras que por otro las luchas internas han fraccionados a las fuerzas rebeldes.

Se trata de una oposición “en la que han ingresado sectores fundamentalistas que no están recibiendo el apoyo que habían previsto de parte de Estados Unidos y Europa. Posibles aliados que ahora temen que las armas o los recursos que se entreguen a los sectores de la resistencia después se vuelvan en contra de ellos”, explicó.

Gilberto Aranda, investigador del Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Chile, aseguró que el escenario actual reafirma una tendencia que viene desde julio del año pasado en la región y es “la comprobación de que los aires que soplaron en algún momento en la región respecto a un cambio profundo, hoy día se han disipado y el movimiento gatopardezco se inició cambió todo para que al final no cambiara nada. Hemos llegado al mismo punto original, con el ejército predominando en Egipto y Bashar al Asad predominando en Siria. Todo el movimiento de la primavera árabe hoy está en un invierno bastante cruento y establecido”, sostuvo el académico.

Olga Ulianova, directora del Instituto de Estudios Avanzados de la Universidad de Santiago, explicó que este año por primera vez se permite la presentación de varios candidatos, gracias a las cláusulas establecidas por la nueva Constitución que fue aprobada en 2012.

Sin embargo, la ley electoral  establece condiciones que limitan la participación de líderes de oposición que se encuentran en el exilio, ya que se exige haber vivido en Siria en forma continua durante los últimos diez años. Además, se debe contar con el apoyo de al menos 35 diputados de los 250 que tiene el Parlamento. “En el caso sirio eso significa que los líderes de la oposición no podrán participar de estas elecciones. De esta manera se los excluye del proceso eleccionario, pero sí podrán participar como candidatos alternativos aquellos ex funcionarios del régimen que en cierta manera el propio sistema promueve como afines al gobierno actual o quienes  representan algunas corrientes de oposición no tan distantes del régimen actual. Sin embargo, aquí hay un indicio de inicio de un proceso de apertura en el régimen de Siria que, desde los años sesenta ha sido un régimen de partido único”, aseguró.

Algunos países que apoyan a la oposición siria denuncian que los comicios podrían arruinar los esfuerzos para un acuerdo de paz. Así también, la Organización de Naciones Unidas criticó fuertemente la convocatoria del régimen, argumentando que socavaría los esfuerzos hacia una solución política a la crisis: “La realización de elecciones en las circunstancias actuales, en pleno conflicto y con desplazamientos masivos de población, va a perjudicar el proceso político y alejar la perspectiva de una solución política que tanto necesita el país”, afirmó el portavoz de la ONU Stephane Dujarric.

Al respecto, la académica dijo que lo que busca el gobierno  es demostrar su fuerza y una cierta normalidad en los territorios controlados, pero de manera paralela y sin intervenir en las negociaciones de paz en Ginebra.

Hasta ahora, Asad no ha explicitado si postulará a la re elección, sin embargo los preparativos para su candidatura ya comenzaron en algunas zonas de la capital controladas por el régimen.





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