Juan Pablo II y Juan XXIII fueron proclamados nuevos santos de la Iglesia Católica, en una ceremonia oficiada por el Papa Francisco y presenciada por el Papa emérito Benedicto XVI.
Dos Papas reunidos ante una multitud de fieles en la plaza San Pedro, Francisco y Benedicto XVI –quien renunció al pontificado en 2013– estuvieron este domingo junto a 150 cardenales y mil obispos como parte de la canonización.
Mientras el Italiano Angelo Giusepe Roncalli –Juan XXIII– fue considerado como reformista, humilde y cercano a la gente, el polaco Karol Wojtyla –Juan Pablo II– fue destacado por su carisma y su capacidad de seducir a multitudes, generando un verdadero culto de su personalidad.
Considerado como un trotamundos, visitó 129 países, logró establecer una fuerte conexión con América Latina, destacando visitas como las que realizó a Cuba en 1988, cuando fue recibido por Fidel Castro, o a México, luego del terremoto de 1983. Incluso, su polémico viaje a Chile, en el 1987, en plena dictadura de Augusto Pinochet.
Los lazos con Latinoamérica se ilustraron este domingo por la presencia de los presidentes de Ecuador, Honduras, El Salvador y otros representantes de los gobiernos de Guatemala, Honduras, Nicaragua, Uruguay, Panamá, Chile y Venezuela.
Durante la homilía, pronunciada en la plaza de San Pedro, el Papa Francisco elogió a los dos nuevos santos de la Iglesia Católica, afirmando que “los dos Papas no se dejaron aplastar por las tragedias del siglo XX. Fueron sacerdotes, obispos y Papas del siglo XX. Conocieron sus tragedias, pero no se dejaron aplastar por ellas. Dios fue más fuerte en ellos”.
Canonización bajo críticas
Sin embargo, la ceremonia de canonización estuvo marcada por varias críticas contra la gestión de Juan Pablo II durante su pontificado, sus posiciones conservadoras y su silencio ante las denuncias de abusos sexuales a niños por parte de sacerdotes católicos.
Por otro lado, la rapidez con la que se proclamó santo a Juan Pablo II ha dejado dudas en cuanto a las verdaderas motivaciones del Vaticano. Los más críticos denuncian un intento de calmar las sospechas que pesan en su contra.
Para Elio Masferrer, profesor e investigador de la Escuela Nacional de Antropología e Historia de México, el hecho más claro es que Benedicto XVI no haya canonizado a Juan Pablo II durante su pontificado, lo que “desató molestia en la prensa polaca”. Según Masferrer, el actual Papa “no tuvo otra opción que aceptar”.