“Guiado por el convencimiento de prestar el mejor servicio a los españoles y una vez recuperado tanto físicamente como en mi actividad institucional, he decidido poner fin a mi reinado y abdicar la corona de España”.
De esta forma, Juan Carlos Alfonso Víctor María de Borbón, o Juan Carlos I de España, dio a conocer la sorpresiva decisión luego de haber comunicado la noticia al Jefe de Gobierno, Mariano Rajoy.
Abdicación que al parecer, se venía fraguando hace un tiempo, de hecho, medios españoles señalan que en el mes de enero Juan Carlos conversó con el líder del Partido Popular para contarle de su intención de dejar la corona.
De esta forma se pone fin a 39 años de reinado, de una figura que es símbolo de la transición española, de hecho, asumió como rey luego de la muerte del dictador Francisco Franco y jugó un rol clave en destrabar el intento golpista de 1981.
Este último hecho ayudó para que Juan Carlos, sindicado por algunos sectores de la izquierda española como un continuador del régimen de Franco, ganara adhesión popular, transformando su figura en un símbolo de la democracia española.
Pero esta buena imagen en los últimos años fue decayendo hasta llegar a un punto crítico en los últimos meses, principalmente por los escándalos de corrupción que han sacudido a la familia real y que tienen a la Infanta Cristina al borde de una imputación judicial.
Según las últimas encuestas al respecto, el apoyo a la monarquía española se ubicó por primera vez, bajo el 50% de respaldo, siendo más intenso el rechazo en la población más joven, la más afectada además por la crisis.
A estos factores habría que sumar el desastre de los partidos españoles en las últimas elecciones europarlamentarias como sostiene la analista de la Fundación Chile 21, María de los Ángeles Fernández: “El resultado de las elecciones del parlamento europeo fueron bastante impactantes, porque dejaron reducidos a los dos partidos más importantes de España a un 49% de votación y además está el que podría ser el desenlace del caso de corrupción donde está involucrada su hija, todo esto pudo haber precipitado la decisión”, asegura.
Inmediatamente conocida la noticia, a través de las redes sociales se convocaron a diferentes manifestaciones callejeras, exigiendo la realización de un referéndum para que sea el pueblo el que decida si es partidario de continuar con la monarquía.
De hecho en algunas casas se pudo divisar la bandera de la tercera República de España, que recordemos fue derrotada en la guerra civil por Franco y sus aliados.
Sergio Grez, historiador de nuestra casa de estudios, señala que el sentimiento republicano todavía está arraigado en la población española: “Ese ideario se ha mantenido vivo en gran parte del pueblo español, a pesar que algunas formaciones políticas, que habían sido parte de la república española, particularmente el PSOE, traicionaron ese ideario republicano y se pasaron con todas sus fuerza al régimen monárquico, por lo tanto, es una interrogante que está planteada en una disyuntiva que volverá a darse en España en los próximos años”, señaló.
Por su parte el embajador de España en Chile, Carlos Robles, destacó la “fortaleza” de las instituciones en la península: “Los españoles vemos esta situación con gran tranquilidad, tenemos una democracia parlamentaria, una monarquía democrática y parlamentaria asentada desde hace ya casi 40 años y por lo tanto, ahora llega el momento de que las instituciones hagan su papel, corresponde al parlamento tomar las decisiones que hay que tomar y todo, como es natural, se va a hacer siguiendo los plazos constitucionales”.
En tanto, el presidente del gobierno de Cataluña, Artur Mas, dijo que el proceso independentista que lidera en la región española seguirá adelante cuando Felipe se convierta en el nuevo rey de España, luego de la abdicación de Juan Carlos.
“Habrá cambio de rey, pero no habrá cambio en el proceso político que vive el pueblo de Cataluña, que seguirá adelante”, aseguró en una comparecencia pública en Barcelona.
El líder regionalista recordó que los ciudadanos catalanes apoyaron al rey Juan Carlos durante la transición a la democracia en España después de la muerte del dictador Francisco Franco, en 1975.