El ministro de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación de Ecuador, René Ramírez Gallegos fue invitado a Santiago por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) para dictar una conferencia sobre innovación y talento humano.
Aprovechando su estadía, el Instituto de la Comunicación e Imagen (ICEI) de la Universidad de Chile organizó la presentación del último libro del economista, titulado: “La virtud de los comunes, de los paraísos fiscales al paraíso de los conocimientos abiertos” donde se refiere a la actual disputa y riesgos de lo que llama el “tránsito del capitalismo industrial al capitalismo cognitivo”.
En conversación con Radio Universidad de Chile, el secretario de Estado se explayó respecto de las reformas educacionales impulsadas por Ecuador, sus distintas etapas, los resultados que han obtenido y los nuevos desafíos en la materia.
“Un tema fundamental que estamos avanzando en este momento es el tema de la pertinencia, tener un sistema, una oferta pertinente a las necesidades del país y sobre todo a las necesidades de transformación del país que nosotros denominamos cambios en la matriz productiva. La universidad ha estado a espaldas de la sociedad y todo el talento humano que se necesita en las áreas que se necesita, en este momento no está siendo ofertado”, planteó el ministro de Educación del Ecuador.
Bajo la presidencia de Rafael Correa, Ecuador generó una nueva Constitución y con ello una nueva ley orgánica para la educación, marcos generales en los que se consagró la universalidad y gratuidad de la educación en todos sus niveles. Esto logró que hasta ahora se haya duplicado la matrícula de universitarios provenientes de sectores más vulnerables y de comunidades indígenas.
Además, el ministro Ramírez señaló que el primer gran paso, que hasta hoy continúa, es la recuperación del sentido público de la educación. Para ello dotaron no sólo de mayores recursos a la red estatal, sino que también avanzaron en la calidad del sistema. “Creo que es parte de la recuperación de ese sentido, de lo público, está en esta segunda etapa donde nos estamos encontrando con las personas o los grupos económicos que más se oponen y que están ligados a la estrategia de desarrollo que queremos nosotros eliminar que son los agroexportadores y los importadores que son los que quieren mantener el sistema de acumulación que tiene en este momento el país y que justamente buscamos transformar”.
En paralelo al fortalecimiento de la educación pública, Ecuador levantó una nueva institucionalidad con amplias atribuciones que logró el cierre de universidades y la reubicación de más de 40 mil estudiantes. Estos se vieron beneficiados por un plan de contingencia que los puso en universidades de mayor calidad y gratuitas.
René Ramírez precisó “no vamos a menoscabar esfuerzos ni capital político para tomar decisiones que haya que tomar como lo que hicimos hace dos años que fue el cierre de 14 universidades y 44 extensiones porque realmente era una mediocridad que no podían llamarse universidades y lo único que buscaban era una rentabilidad económica”.
“La política de cierre de las universidades tiene que venir acompañado ya de una ingeniería institucional que les asegure a los estudiantes que van a estar en mejores condiciones”, dijo Ramírez.
Según el ministro ecuatoriano, el proceso de evaluación y certificación es permanente, incluso adelantó el cierre de tres universidades más. Sin embargo, en paralelo, construyen 40 institutos técnicos y cuatro universidades especializadas en las áreas estratégicas que el Estado quiere impulsar, eso sí, manteniendo la autonomía de las instituciones.
“Crecer o distribuir es un falso dilema” que al menos en Ecuador se ha logrado contrarrestar. “Una transformación radical implica una disputa de economía política”, enfatizó el ministro, apuntando al empresariado y a los entes reguladores como los principales detractores de los cambios.