En la actividad de lanzamiento del Plan Nacional de Participación Ciudadana de la Reforma Educacional, el ministro Nicolás Eyzaguirre, hizo un guiño al movimiento estudiantil, particularmente a la Confederación de Estudiantes de Chile (Confech).
El titular del Mineduc comprometió legislación para poner fin al impedimento de participación y democratización de los gobiernos interiores en Universidades, Institutos Profesionales y Centros de Formación Técnica, contenidos en el llamado DFL2.
Este es uno de los cuatro puntos que la Confech había solicitado como garantía para participar del proceso convocado por el Gobierno. Por ello el ministro aseguró que esto podría incluirse en uno de los proyectos de ley que ya está en el Congreso, o bien, en uno nuevo.
Otro de los puntos solicitados por la agrupación de las federaciones universitarias había sido el de la resolutividad del espacio, y que este fuera vinculante en cuanto a los acuerdos que se resolvieran con el movimiento social. Sin embargo, el secretario de Estado llamó a convenir el término “incidente (…) porque nosotros vamos a escuchar, y todas aquellas coincidencias que tengamos entre la opinión ciudadana y el contenido fundamental del programa de la Presidenta (Michelle) Bachelet, serán más que acogidas. Cuando haya opiniones ciudadanas contradictorias con el programa, nosotros con mucha transparencia diremos ‘esto no lo podemos acoger’”.
La presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECH), Melissa Sepúlveda, si bien aseguró que la mesa ejecutiva Confech debe reunirse para tomar una decisión ante los anuncios del ministro, mantiene sus dudas sobre la postura del Mineduc.
“La exigencia para nosotros es que este espacio fuera vinculante, pero al parecer no hay voluntades de que el espacio de resolución sean las organizaciones sociales, llegar a un acuerdo y consenso con el movimiento social por sobre los acuerdos que se puedan generar con los partidos políticos al igual como sucedió con la reforma tributaria. Mientras no veamos una real voluntad de que el movimiento social pueda incidir en la reforma educacional, no nos interesan los espacios de participación cosméticos sino donde realmente podamos ser parte de la transformación del sistema educativo”, expresó.
La dirigente aseveró que el fin del DFL2 es un triunfo del movimiento, pero lamentó que no se vean los mecanismos concretos para su derogación, considerando que en el Gobierno de Sebastián Piñera, el entonces ministro Joaquín Lavín también había manifestado esa voluntad.
Finalmente, insistió en que el Gobierno no respondió de manera plena a la solicitud que hizo por escrito la Confech.
Desde el Colegio de Profesores y la Coordinadora Nacional de Estudiantes Secundarios (Cones), si bien han confirmado su participación en el diálogo, condicionaron su permanencia, justamente a la incidencia que tengan sus demandas en la elaboración de los proyectos.
La Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios (Aces) expresó que recién este sábado decidirán si se suman o no al diálogo, pues parten desde tres exigencias básicas: fin a la represión y criminalización del movimiento, término a los desalojos de establecimientos en toma e incluir a otras organizaciones en el proceso.
Por su parte, el proceso cuenta de cinco fases: Difusión, logística y coordinación, implementación, rendición de cuentas y una etapa final para divulgar los acuerdos alcanzados.