Luego que los BRICS, grupo de poderosos países emergentes integrado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, anunciaran la creación de un banco de desarrollo y de un fondo, se ha comenzado a especular sobre un inminente nuevo escenario para Latinoamérica.
Lo anterior, debido a los objetivos de ser un contrapeso al Fondo Monetario Internacional (FMI) y al Banco Mundial (BM), lo que en términos prácticos significa equiparar la hegemonía que Estados Unidos tiene en estos órganos.
El Banco de los BRICS tendrá un capital inicial de USD 100.000 millones; cuyo aporte se dividirá en partes iguales entre los cinco fundadores, garantizando igualdad de voto, a diferencia del Banco Mundial, donde Estados Unidos tiene la mayoría y el poder de veto.
Por otra parte, como alternativa al FMI, se crea un Fondo de Contingencia (CRA, en inglés) para hacer frente a problemas de liquidez y de balanza de pagos, comprometiendo otros USD 100.000 millones, pero en otras proporciones y en la que China tiene el mayor porcentaje, fijado en un 41 por ciento.
Este nuevo “multilateralismo”, que pretende incorporar más países en desarrollo, traería para América Latina la ruptura de la denominada Doctrina Monroe, resumida en la célebre frase “América para los americanos”, cuya versión más cruda es “América Latina es el patio trasero de Estados Unidos” y que se traduce en el poder del gigante del norte sobre la región.
El sociólogo y cientista político del Centro de Estudios para la Igualdad y la Democracia, Daniel Giménez, señala que esta experiencia es la consolidación de un bloque contra la hegemonía de Estados Unidos, que se viene gestando desde el acercamiento que generó Hugo Chávez con las potencias de China y Rusia.
“Antes de la conformación del sistema financiero y político alternativo que quieren implantar los Brics, las relaciones de Venezuela, en particular con Beijing y Moscú, estaban bastante adelantadas y en cierto sentido gatillan la estabilidad al proceso bolivariano. En este sentido, no son los Brics quienes generaron una nueva relación de América Latina con Estados Unidos, sino que viene de un largo proceso contra-hegemónico”, argumentó el experto.
Desde esta perspectiva, la cosecha de Chávez se refleja en la visita que realizaron los mandatarios ruso y chino a la región en el marco de la Sexta Cumbre anual de los Brics, en Brasil.
Putin, por ejemplo, visitó Cuba, Nicaragua y Argentina, estancia que en el país trasandino tuvo como principal aliciente la firma de diversos convenios.
Por su parte el presidente chino además de Brasil, también visitó Argentina, Venezuela y Cuba, lo que establecerá un importante hito para las relaciones chino-latinoamericanas.
¿Qué posición que tomará Chile en este escenario que se aproximaría con la incursión del Banco de los Brics?.
El doctor en Economía del Instituto Tecnológico de Massachussetts, Andrés Solimano, explica que si bien el país “pertenece” al bloque estadounidense, incluso con el gobierno actual, no debiera apartarse de la nueva configuración que se está generando.
“Da la impresión que Chile siempre ha estado más cercano a la órbita de Estados Unidos. Sin embargo, históricamente tuvo relaciones económicas con otros sectores del mundo, incluso antes de Pinochet, luego en democracia, pero ahora debiera reflexionar sobre los nuevos vientos que soplan entre sus vecinos latinoamericanos”, precisó Solimano.
En este escenario, toman importancia las decisiones adoptadas por Chile, pues tanto los países agrupados en la Unasur y BRICS, tienen el reto de jugar en conjunto sus políticas económicas, buscando alternativas a los condicionamientos del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional, con la llegada de un respaldo no sólo económico, sino que productivo que diversificaría e integraría la región, para desembocar en una reconfiguración de lo que hasta hoy fue “el patio trasero”.