Lo han identificado como “el historiador de la Pampa”. Sergio González nació en Iquique en 1954, es sociólogo de la Universidad de Chile y cuenta con nutridos estudios en diversas casa de estudios. Actualmente se desempeña como director Ejecutivo del Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad Arturo Prat.
Entre sus publicaciones más destacadas se encuentran “Las historias que nos unen. Episodios positivos en las relaciones entre Chile y Perú” (2014), “La sociedad del salitre” (2013), “A cien años de la masacre de Santa María de Iquique” (2009) y “La llave y el candado. El conflicto entre Perú y Chile por Tacna y Arica” (2008).
Esto construye una visión novedosa sobre los conflictos diplomáticos que Chile mantiene con sus vecinos del norte.
En entrevista con Radio Universidad de Chile, Sergio González dijo que el norte grande tiene “una historia de vinculación con Bolivia y Perú que va más allá de las repúblicas, es mucho más temprana, más profunda, y por tanto eso no se puede borrar de un plumazo, ni con un decreto ni con nada”.
De acuerdo al académico, esta relación entre iquiqueños, tacneños y orureños trasciende las relaciones entre gobiernos centrales, por lo que “si se les escuchara más habría mucho menos conflictos, que muchas veces son artificiosos”.
Otro tema de estudio de González ha sido el desarrollo de los pueblos indígenas, en específico de los aymaras, quienes -aseguró- han mostrado un lamentable desarraigo.
Ante esto, expresó enfático que Chile sólo puede ganar en la medida que haya un mejor trato con los pueblos indígenas. Por su carácter milenario, se debe “rescatar la lengua, la cultura y la sociedad (…) Hay que hacer un cambio de enfoque”.
“Hay muchas cosas que todavía están pendientes y deben hacerse, como el reconocimiento de sus lenguas. Tanto la lengua aymara como el mapudungun deberían ser lenguas oficiales en Chile, por lo menos a nivel regional”, ejemplificó el académico.
González cuenta además con un doctorado en Educación y por esto también comentó la Reforma en la materia que impulsa el Gobierno.
El Premio Nacional de Historia dijo que al hablar con el ministro Nicolás Eyzaguirre le recordó la tramitación de la Ley de Instrucción Primaria Obligatoria, que se tardó cerca de 20 años en discutirse y promulgarse, por lo que llamó al Gobierno a perseverar en la actual modificación.
A juicio del historiador, el énfasis debe ir ahora en calidad y también en los ajustes curriculares. Por ejemplo, señaló que es “importante que los profesores puedan tener herramientas suficientes como para poder influir en la regionalización de los currículos, y poder incorporar contenidos nuevos”.
Además, señaló que “tanto la geografía, especialmente la geografía humana, como la educación cívica, son materias culturales fundamentales para nuestra sociedad y por lo tanto son dos pilares que no deberían verse afectados. Al contrario, deberían fortalecerse”.
En esa materia, aseguró que “la educación cívica fue un pilar fundamental en el capital cívico que tienen nuestra sociedad, que la hizo diferente al resto de las sociedades latinoamericanas”, por lo que “no puede perderse” este “gran aporte de la educación normalista que partió en Chile a mediados del siglo XIX”.