Cinco razones para disminuir el consumo de carne en las Fiestas Patrias

Muchos creen que deben hacer algo para ayudar a superar el hambre en el mundo, proteger la naturaleza y llevar una vida más sana. Moderar el consumo de carne puede incluso llevar a los chilenos a vivir en un país desarrollado.

Muchos creen que deben hacer algo para ayudar a superar el hambre en el mundo, proteger la naturaleza y llevar una vida más sana. Moderar el consumo de carne puede incluso llevar a los chilenos a vivir en un país desarrollado.

Existen varias razones por las que comer menos carne pueden ser una gran ayuda para tener una mejor calidad de vida y también ayudar al mundo entero.

 

1- La nueva pirámide alimenticia recomienda consumir poca carne

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En octubre de 2012 el Departamento de Salud Pública de la Nutrición de la Universidad de Harvard construyó una nueva pirámide de alimentos y al mismo tiempo acusó que la antigua estructura estaba influenciada por el lobby de la industria alimentaria con amplios intereses comerciales. En esta ocasión, aseguraron que no existió ningún otro interés que la salud de las personas rechazando cualquier tipo de interferencia.

El texto dice que es necesario evitar las carnes rojas de vacuno, cerdo y cordero, además de renunciar a los alimentos procesados como el tocino, los embutidos, las vienesas, etc. Estos alimentos ayudarían a generar enfermedades crónicas como la diabetes, postular a un infarto al miocardio o un cáncer de colon.

El texto también recomendaba limitar el consumo de leche y los productos lácteos a unas pocas porciones por día, ya que su consumo elevado estaría asociado a un gran riesgo de padecer cáncer de próstata y cáncer de ovario.

Por el contrario, recomiendan comer muchas frutas y verduras. (Ver documento)

 

2-Comer mucha carne no ayudará a solucionar los problemas de hambruna mundial

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Según la revista National Geographic, uno de los pasos para superar la hambruna mundial es aportar calorías a quienes no las tienen, lo que hace necesario cambiar urgentemente las dietas. En la actualidad solo el 55% de las calorías cultivadas alimentan directamente a la gente, el resto (un 36%) se lo come el ganado. El resto se convierte en biocombustibles o productos industriales.

De 100 calorías del grano con que se alimenta a los animales solo obtenemos un 3% cuando esta se encuentra en la carne de res, 10 % en la carne de cerdo y un 12% en la de pollo. (Ver informe)

 

3- Los países desarrollados son los que consumen menos productos cárnicos

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¿Cansado de vivir en un país no desarrollado? Para el año 2050 la población mundial aumentará aproximadamente en un 35%. Esto quiere decir que la cantidad de producción agrícola deberá duplicarse, ya que los países en desarrollo tienden a comer más carne. Y cada vez son más lo que desean alcanzar este estatus.

Según las estimaciones de los estudios de David Tilman, de la Universidad de Minesota, el incremento de la demanda diaria de proteínas per cápita para el año 2050 será de un 15,3% en los países desarrollados; un 103% en los países en vías de desarrollo y un 69,2% en los países menos desarrollados. (Ver documento de referencia)

 

4- La carne contamina más que todo el transporte junto

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Según los estudios de la Organización de las Naciones Unidas para La Agricultura y la Alimentación, la producción pecuaria es una de las causas principales de los problemas ambientales más apremiantes del mundo, como el calentamiento del planeta, la degradación de las tierras, la contaminación atmosférica y del agua, y la pérdida de biodiversidad.

Con una metodología que contempla la totalidad de la cadena del producto, estima que el ganado es responsable del 18% de las emisiones de gases que producen el efecto invernadero, un porcentaje mayor que el del transporte. (Ver informe)

 

5- La producción cárnica es una de las responsables de la deforestación

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En 2009 Greenpeace demostró que la expansión de la ganadería era la principal causa de la destrucción de la Amazonia brasileña, ya que el 79,5% de las zonas deforestadas estaban ocupadas por pastizales destinados al ganado. Eso equivale a diez millones de hectáreas de bosque convertidas en humo, en 10 años, algo que también ha llevado a la destrucción de pequeñas comunidades indígenas. (Ver informe)

 





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