En Chilpancingo, capital del estado, estudiantes y maestros lanzaron una jornada de protestas en la que irrumpieron encapuchados en la sede de gobierno regional, rompieron cristales y prendieron fuego a parte del complejo.
Los estudiantes permitieron que cientos de empleados salieran de la sede y no se han reportado heridos. Los jóvenes exigían a gritos la dimisión del gobernador de Guerrero, Ángel Aguirre, a quien culpan de no frenar la violencia en una región azotada por el crimen organizado.
La falta de noticias sobre los estudiantes, desaparecidos el 26 de septiembre tras ser atacados por policías locales y sicarios en la ciudad de Iguala, ha disparado la tensión en Guerrero, donde un universitario alemán fue herido de bala por policías la noche del domingo, en un incidente aparentemente aislado.
Posteriormente, los manifestantes tomaron la sede de la alcaldía de Chilpancingo, situada a 275 km de Ciudad de México, después de causar destrozos con botellas y piedras al edificio, que ahora resguardan desde una cuarentena de carpas.
“A partir de mañana, vamos a incrementar acciones y radicalizar nuestro movimiento si a la medianoche el gobernador no informa del paradero de los estudiantes”, dijo a la AFP Ramos Reyes, dirigente del sindicato Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación en Guerrero (CETEG). Estamos planeando más “tomas de ayuntamientos y cierre de delegaciones (oficiales) en todo el estado”, advirtió.