Un millón 800 mil personas se encuentran en lista de espera en el servicio de salud público según informó el Ministerio de Salud a través de un documento presentado por la Subsecretaría de Redes Asistenciales. En el informe también se señala que 226 mil personas aguardan por una operación y el 57% de ellas hace ya un año que está en lista de espera.
Se trata de patologías que no están incluidas en el plan Auge, es decir, que no forman parte de las 80 enfermedades cubiertas por el plan que garantiza, con plazos, la atención médica. Sin embargo, las afecciones incluidas en el programa de garantías médicas del Estado también existen demoras.
Por ello y para conocer las razones de este problema que aqueja a los pacientes es que conversamos con el director de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Chile, doctor Oscar Arteaga.
Doctor dado los últimos datos entregados por el Minsal ¿cuál es la razón para que exista este aumento en las listas de espera?
Lo que aquí existe es un problema que se mantiene en el tiempo, lo cual no es extraño en realidad. La lista de espera tiene dos componentes. Uno corresponde a problemas de salud reconocidos en el Plan de Garantías Explicitas de Salud, que se llama GES o también conocido como Auge y ahí la lista de espera es bastante poca. Estamos hablando de algo más de 5 mil personas que, debiendo haber tenido acceso a las garantías que están establecidas en la Ley, no lo han tenido.
El problema mayor lo tienen las atenciones que no están contempladas en el programa de Garantías Explicitas, que corresponde a todas las demás prestaciones que ofrece el sistema de salud chileno y ahí, claro, estamos hablando de un magnitud de alrededor de 1 millón 600 mil personas esperando.
Hay un problema mayor y se viene observando hace muchos años cuando se hacen por primera vez los estudios de red asistencial en la década de los 90. Lo que allí se constató es que las dificultades de acceso se concentran en dos grandes ámbitos del quehacer de los sistemas de salud: uno es el acceso a la atención por especialistas médicos, y en términos de requerimientos de hospitalización se concentra en las cirugías electivas. Entonces es un problema que se arrastra por años.
¿Qué son las cirugías electivas?
Son aquellas cirugías que no son de urgencia. Son aquellas cirugías que obedecen a una decisión médica de resolver un problema de salud que tiene la persona a través de un procedimiento quirúrgico y que, por tanto, se puede programar. Se fija una fecha y no es una cirugía que implica un riesgo vital que requiere ser resuelta sí o sí y que, además, ingresa por el servicio de urgencia.
Con lo que usted señala, las listas de espera son un problema de larga data. Entonces le preguntó ¿Por qué si desde los años 90 se sabe que existe, aún no se logra dar con la solución?
Bueno creo que es importante que la ciudadanía entienda la magnitud del problema. El problema de la lista de espera, es un problema de todos los países del mundo. No hay ningún país en el mundo que lo haya resuelto . Lo que usted puede hacer es reducir la lista de espera, gestionar mejor, optimizar el uso de los recursos… pero no hay ni un país que haya resuelto el problema de las listas de espera.
Estamos hablando de sistemas de salud que descansan en arreglos principalmente públicos o principalmente privados. Acá, en nuestro país, también el fenómeno se expresa tanto en el sector público como en el sector privado.
El sector público es evidente porque se lleva un registro, las personas al requerir atención, al ser derivadas desde el nivel primario al nivel hospitalario quedan registradas en base de datos.
En el sector privado también existe lista de espera, lo que pasa es una lista de espera virtual. Yo lo invito a usted a buscar atención oftalmológica o de alguna otra especialidad como otorrinolaringología y usted va a encontrar que no le van a dar una hora de atención medica hasta un tiempo más, pueden ser algunas semanas, pueden ser incluso un par de meses tranquilamente y eso también es lista de espera. Lo que ocurre es que no hay registro de aquello y corresponde a una lista de espera que es virtual.
Y como país nos pasa que el nivel de recurso es insuficiente para poder hacernos cargo de la necesidad de salud que hoy enfrentamos como nación. Esto tiene que ver no sólo con recursos de infraestructura, recursos físicos, sino también y más importante aún, con problemas de recursos humanos.
Cuando nosotros nos comparamos con otros países de la región de América Latina la verdad es que aparecemos entre los mejores sistemas de salud en término de la cantidad de recursos que tenemos, en el uso que hacemos de estos y en los resultados que obtenemos.
Sin embargo, cuando nos comparamos con un estándar más exigente que surge del grupo de países que hemos ingresado, que es el club de los países más ricos (OCDE), en vez de estar en los primeros lugares estamos en los últimos, tanto desde el punto de los indicadores sanitarios y también en la cantidad de recursos destinamos a salud ya sea en magnitud de recursos totales que destinamos a salud, la cantidad de recursos que destinamos por cada persona país, vale decir el producto per cápita y también más importante quizás es que la cantidad de recursos públicos que destinamos al país está bastante bajo en el promedio que en general los países de la OCDE destinan como gasto público en salud.
En ese contexto, ¿Cómo es el nivel de entrega de los recursos públicos que tiene el país en comparación con la OCDE?
Nosotros en el caso del gasto público estamos alcanzando el 50 por ciento del gasto total, en el caso de los países de la OCDE el gasto público sobrepasa el 70 por ciento y a nivel de recursos totales nuestro per cápita apenas llega a la mitad de lo que gastan en promedio estos países. Lo mismo pasa cuando usted compara los recursos humanos que tenemos.
En término de médicos tenemos alrededor de 1.6 médicos por cada mil habitantes y la OCDE tiene 3.2 médicos por cada mil habitantes. Vale decir, exactamente el doble.
Las camas hospitalarias, nosotros tenemos camas públicas y camas privadas, 2,1 camas por cada mil habitantes y la OCDE en promedio tiene 4,9 o sea estamos bastante lejos. Tenemos una distancia importante.
Fíjese que si nosotros hoy lográramos que todos los médicos y otros profesionales que están trabajando en el sector privado, estuviesen dispuestos a trabajar en el sector público. Incluso, que toda la infraestructura privada que hoy existe estuviese a disposición del sector público, fuese un solo sistema, la situación no sería distinta porque la cantidad de recursos que nosotros destinamos es insuficiente.
Esta información que usted me indica ¿se repite en todos los niveles del sistema de salud que tenemos en el país?
Hace un par de meses atrás terminamos un estudio para la Asociación Chilena de Municipalidades, acá en la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Chile que mostró que comparado con el estándar de la OCDE, solo en el nivel primario de atención se requieren más de 6 mil médicos que hoy no tenemos. Hay una brecha de más de 6 mil médicos entre lo que hoy tenemos y el estándar al que nos convoca la OCDE.
Y esos 6 mil médicos ¿Cómo los podemos formar? ¿Cómo podemos solucionar esto?
Bueno es bastante, lo que pasa es que nosotros tenemos instalado en nuestra cabeza una comparación con los estándares de los países latinoamericanos de los cuales formamos parte. Somos parte de esta comunidad. Sin embargo, si nosotros queremos aspirar a ser un país de clase mundial. Nuestro nivel de comparación es ese otro, el de los países de la OCDE, que es un nivel mucho más exigente y ahí bueno surgen estas diferencias que ya antes señalaba.
En particular en el tema de los recursos humanos, es un tema complejo porque no se puede resolver de un día para otro. Esto requiere de acuerdos de largo plazo, entre el Estado y las Universidades de manera que, efectivamente, se puedan generar las condiciones que permitan que esta brecha vaya reduciéndose, pero esto no se va a terminar de un día para el otro y, en ese sentido, hay que ser responsable con la información que se entrega a la ciudadanía.
Es irresponsable señalar como en algún momento se señaló que se iba a terminar con la lista de espera. Hay experiencia en otros países donde se ha planteado lo mismo y el fracaso ha sido estrepitoso. El ejemplo más claro ocurrió en la primera administración del gobierno laborista de Tony Blair el año 96, que fue un gobierno que accedió al poder con una victoria en las urnas que fue la más amplia sobre la oposición desde la segunda mundial.
Lo que expresaba una enorme confianza en ese gobierno y se comprometió a terminar la lista de espera y le destino una cantidad inmensa de recursos financieros al sistema y lo que ocurrió es que al término del primer año, el ministro de Salud tuvo que salir a dar explicaciones, porque en términos prácticos las listas de espera eran las más largas desde que se había fundado el sistema de salud inglés.
Y por qué sucedió eso, porque la gente comenzó a consultar por cosas que antes no consultaba, porque la experiencia indicaba que no se les atendía y en el nivel de atención primaria los médicos generales empezaron a derivar a los hospitales a todas las personas que requerían atención de especialista que antes tampoco lo hacían, porque como no había cupo no exponían a las personas tener que andar deambulando.
Entonces el resultado neto fue que se acumuló una cantidad de personas en la listas de espera que era la más larga de toda las historia desde que el servicio de salud ingles fue fundado en 1948.
De esta manera el Director de la Escuela de Salud, Oscar Arteaga, sostuvo que el tema de la listas de espera es un tema complejo y llamó a que sea abordado de “manera responsable” y que los actores políticos no utilicen este tema como “bandera de lucha política porque eso no le hace bien al país y porque lo único que hace es que esto tiende a debilitar la institucionalidad que tenemos en el sector salud en nuestro país”.