Bajos de Mena: una lenta metamorfosis

Luego de que en la década del 90 se construyera uno de los complejos de viviendas sociales más segregados del país, se ha retomado la demolición de los blocks para dar paso a una comisaría, que supone el inicio de un barrio cívico que contemplará también un cuartel de bomberos. No obstante se critica la tardanza de las soluciones, porque aún hay familias que viven hacinadas y tendrán que esperar un año más.

Luego de que en la década del 90 se construyera uno de los complejos de viviendas sociales más segregados del país, se ha retomado la demolición de los blocks para dar paso a una comisaría, que supone el inicio de un barrio cívico que contemplará también un cuartel de bomberos. No obstante se critica la tardanza de las soluciones, porque aún hay familias que viven hacinadas y tendrán que esperar un año más.

El inicio de los trabajos de demolición de los condominios sociales de la población El Volcán, trae una nueva esperanza de ver transformado a lo que en un momento se conoció como el “gueto más grande de Santiago” en un sector residencial apto para que cientos de familias puedan desarrollar una vida digna.

El proyecto que concretaría parte del Plan Integral de Reahbilitación Urbana para Bajos de Mena 2012-2014, fue confirmado a fines de julio por el ministro del interior Rodrigo Peñailillo quien adelantó que lo primero en llegar a los terrenos que se desocuparán será una comisaría, para luego incorporar otros servicios, que según el programa, debería continuar con un cuartel de bomberos, que sería financiado con fondos municipales, y espacio para la instalación de una zona comercial.

Germán Codina

Germán Codina

El alcalde de Puente Alto Cristian Codina (RN) valoró los acuerdos a los que se ha llegado con el Ejecutivo, el apoyo del Intendente Orrego, como también la continuidad que ha tenido el proceso que se inició en 2009 y trascendió más allá de los colores políticos. El edil subraya que objetivo final es tener una ciudad más justa, enfatizando la zona en que se instalará el Centro Cívico.

“Hemos insistido que se instale la comisaría en el corazón de Bajos de Mena y no en la periferia. No podía ser que se instalara como una especie de hito fronterizo, en un sector que ya es segregado de Santiago.
Obviamente a uno le gustaría que los temas fueran más rápido, porque son ya varios años que se ha estado trabajando en esto, pero también hay que reconocer que ha habido voluntad y los temas han ido saliendo adelante. Lo que yo espero que se continúe tanto con este programa de demolición para construir la comisaría y el cuartel de bomberos, como con el otro programa que va en los otros sectores y esperamos que se desarrolle en las villas Marta Brunet, San Miguel, Pedro Lira, Caleuche y otras del sector de Bajos de Mena”, dijo.

Complejo de departamentos Pedro Lira

Actualmente, dice el alcalde, es urgente la presencia de bomberos, ya que ha habido varios incendios con causa de muerte, donde la ligereza de las construcciones y las rejas que envuelven a las casas para evitar los robos hacen más difícil el rescate de personas. Además, confirma, que el hacinamiento en Bajos de Mena persiste y aún hay personas que viven en departamentos de un solo dormitorio donde pueden llegar a haber hasta tres familias conviviendo.

Barrios que no lo son

La historia de Bajos de Mena es uno de los episodios más vergonzosos en cuanto a construcción de vivienda social se refiere en Chile. En 1994 el ministro de Vivienda de la época, Edmundo Hermosilla, aumentó los niveles de densificación en Puente Alto a 600 habitantes por hectárea. Dos años después, en 1997, luego de intensas lluvias invernales quedó al descubierto que las casas construidas por la empresa Copeva, propiedad del hermano del ex ministro Edmundo Pérez Yoma, hacían agua, damnificando a cientos de residentes. La solución que fue tapar los edificios con largas bandas de plástico, terminó ofreciendo un lamentable espectáculo y una falta de respeto para quienes pusieron sus ilusiones y sus ahorros en el fallido proyecto inmobiliario.

Las casas se taparon con plástico

Las casas se taparon con plástico

“Las casas se hundían, se pasaban, se llenaban de hongos”, recuerda una de las vecinas de El Volcán.

El sector además nunca contó con los servicios necesarios para creación de un “barrio” y a pesar de las deficiencias continuaron llegando cientos de familias y en menos de una década se construyeron 23 mil viviendas en Bajos de Mena. Con esas características muchos se terminaron por devolver a los lugares desde donde habían llegado (tomas u otras poblaciones) al darse cuenta que “los condominios sociales en altura” como los llamó el Gobierno de entonces, tenían fallas y no había mobiliario público. El lugar se terminó transformando en un nido para la reproducción de la delincuencia, el narcotráfico y la violencia sexual.

Ante tanto desamparo la solución fue demoler las viviendas, pero todo ocurrió a media máquina y las calles de Bajos de Mena, además de acumular basura, se llenaron de escombros y edificios a medio demoler, con un aspecto comparable a una zona bombardeada en que los niños jugaban con perros muertos.

La convivencia con edificios a medio demoler es habitual.

La convivencia con edificios a medio demoler es habitual.

Para el año 2012, según consignó un estudio de CIPER sobre la segregación social, los servicios que en otros sectores de Santiago están a la vuelta de la esquina, en la población El Volcán se encuentran a varios kilómetros de distancia. Farmacias a casi un kilómetro; bancos, exclusivamente en la Plaza de Puente Alto (5 km); solo dos compañías de bomberos, la primera y tercera de Puente Alto, a 4 y 2,5 kilómetros respectivamente y Carabineros a casi 4 kilómetros de distancia.

El director del Laboratorio Ciudad y Territorio de la Universidad Diego Portales, Genaro Cuadros, estima que en Bajos de Mena no solo se requiere equipamiento e infraestructura, sino que también, que se llegue a crear una verdadera comunidad, que tenga una interacción, que proporcione el desarrollo humano por lo que se debe considerar la dimensión social que estos cambios conllevan.

Genaro Cuadros

Genaro Cuadros

“Hacer que la comunidad de alguna manera funcione. Hay que pensar que una de las razones por las cuales todavía hay gente que convive con espacios que están en demolición, tiene que ver con que ellos quieren quedarse en Bajos de Mena, porque ya ha pasado mucho tiempo y las personas han constituido redes e historias respecto a esos lugares. Y esa es una de las cuestiones complejas de este tipo de procesos, y es que habiendo pasado tanto tiempo en Bajos de Mena hay una generación completa de muchachos que creció ahí”, explicó.

La eterna espera

A pesar de los avances también han existido críticas, sobre todo por la demora en la salida de las familias que en algunos casos llevan casi dos décadas esperando por una solución habitacional.

Este año el Ministerio de Vivienda entregó alrededor de 200 casas a familias del sector El Volcán, pero aún quedan muchas más que deben esperar para trasladarse a una nueva vivienda, que muchas veces está dentro de Bajos de Mena. Entre los vecinos y comités de vivienda que se formaron para buscar soluciones a este problema han convivido distintas posturas, algunas más críticas que otras.

Puente alto02

La presidenta de uno de los comités, que llegó a Bajos de Mena hace más de 12 años cuenta que a pesar de que el Gobierno de la época sabía las condiciones que existían, la trasladaron de igual forma junto con otras 350 familias. La dirigenta, que prefirió mantener su identidad en secreto, lamenta que los tiempos se hayan dilatado tanto.

“A nosotros no nos gusta levantar mucho ruido, preferimos conversar con las autoridades y no complicar el tema. El comité que presido yo puede que salga de aquí a finales de 2015. La demolición se decretó el año 2006, imagínese, llevamos casi 8 años de espera. Hay vecinos que han visto morir a sus seres queridos esperando una solución, también hay gente que les están dando opciones con subsidios para casas usadas. Pero hay comités como el “Renacer” que recién están peleando una solución”.

Por otro lado Viviana Fuentes, una de las dirigentes históricas de Bajos de Mena, que ya salió de la villa Francisco Coloane en la que vivió por 17 años, asiste todos los días a la junta de vecinos para seguir coordinando la salida de otros pobladores.

Viviana Fuentes

Viviana Fuentes

Viviana se mostró conforme con las buenas noticias que llegaron sobre la instalación de la comisaría, pero subrayó que desde su perspectiva un 90 por ciento de la gente se quiere ir de las villas y que en comparación con la administración anterior donde en un solo año se logró sacar cerca de 20 blocks, durante el primer año de la Nueva Mayoría no se ha podido avanzar de igual forma.

“Acá falta de todo, falta comercio, falta bomberos. La comisaría la estábamos pidiendo desde la época de Ossandón. Este gobierno nos ha entrampado mucho la solución y nos ha costado mucho sacar los bloks en este período. Por ejemplo los volcanes, ¡los volcanes!, llevan 20 años de historia y todavía no logran irse. Es inaudito e inaceptable que este Gobierno que construyó las viviendas sociales en altura, no ha sido capaz de perfeccionar lo que ellos mismo hicieron y que hoy día nos dilaten la salida de los blocks”, enfatizó.

La dirigenta criticó que el lunes 15 de diciembre se debía sacar un block, pero en una reunión con el Serviu se les informó que no se haría en la fecha establecida. Faltas, que Fuentes atribuye a deficiencias de la gestión.

En tanto el ex alcalde de la comuna y actual senador José Manuel Ossandón (RN) indicó que se encuentras en conversaciones con el Ejecutivo para la construcción de un colegio de excelencia. Fuentes cercanas al Gobierno indicaron que el Ministerio del Interior prepara un anuncio, que podría estar relacionado a la confirmación de los proyectos para Bajos de Mena o la nueva hoja de ruta para las políticas públicas de vivienda social.





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