Santos se separa de la derecha para negociar con las FARC

Un ambiente optimista es el que gira en torno al bullado proceso de paz entre el gobierno colombiano y  las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia - Ejército del Pueblo (FARC-EP) luego que el presidente Juan Manuel Santos valorara el proceso unilateral de alto al fuego que comenzó el 20 de diciembre pasado por parte de la guerrilla.

Un ambiente optimista es el que gira en torno al bullado proceso de paz entre el gobierno colombiano y  las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia - Ejército del Pueblo (FARC-EP) luego que el presidente Juan Manuel Santos valorara el proceso unilateral de alto al fuego que comenzó el 20 de diciembre pasado por parte de la guerrilla.

Santos había mantenido silencio durante los días posteriores, pero el pasado 5 de enero el mandatario colombiano  anunció que el equipo negociador de su Gobierno volverá a La Habana (capital cubana) para dar continuidad a los Diálogos de Paz, dichos que fueron expuestos durante un encuentro con sus asesores internacionales y su equipo negociador, donde el jefe de Estado aseguró que el 2015 será un año de lucha y perseverancia por la paz de Colombia.

Los anuncios no tardaron en generar reacciones en la contraparte. Las FARC-EP que valoraron la decisión y pidieron al mandatario colombiano que “actúe en consecuencia” para lograr un cese bilateral por la paz de Colombia.

“De manera sensata Santos dice que está teniendo muy en consideración el cese al fuego unilateral e indefinido declarado por nuestra organización y reconoce que las FARC han cumplido. Ojalá actúe en consecuencia”, indicó un comunicado emitido desde La Habana (Cuba) por la delegación de paz de la guerrilla.

Sin embargo, los negociadores de paz de las FARC  advirtieron que el cese al fuego solo se mantendrá si no son atacados por el Ejército colombiano. “Tampoco se trata de esperar maniatados los operativos militares de exterminio”, indicaron.

Esto, sumado a que el Ejército de Liberación Nacional, otra de las agrupaciones guerrilleras en Colombia, indicó  que podrían bajar las armas como forma de ayudar al proceso de negociación, según sostuvo el comandante Nicolás Rodríguez Bautista, más conocido como “Gabino”: “El gobierno ha planteado su disposición a poner fin al conflicto armado y para ello ha convocado a la insurgencia. Asistimos a este diálogo para examinar la voluntad real del gobierno y del Estado colombiano. Si en este exámen concluimos que no son necesarias las armas, tendríamos la disipación de considerar si dejamos de utilizarlas. El gobierno de Santos tiene la disyuntiva de persistir en su política de guerra y pacificación o a atreverse a un verdadero camino de paz deseado por todos los colombianos”, concluyó.

Decisiones que son miradas de forma atenta desde los analistas internacionales chilenos. Una de ellas, Francisca Quiroga, valoró los gestos de las FARC y del Ejército de Liberación Nacional: “Ya es rescatable que se emita un discurso público sobre dejar las armas luego de la violencia estructural que se ha desatado en Colombia. Sabemos que existen espacios donde el Estado no está presente, pero que estos actores apelen a la posibilidad de dialogo y no resolver los conflictos a través de la violencia ya es un elemento significativo”, subrayó.

A pesar de todo el optimismo generado por las últimas declaraciones, debe situarse en la primera etapa de la reconstitución de las confianzas: “Yo creo que aquí las señales políticas, la dimensión subjetiva, son elementos de la primera fase y obviamente el dialogo y los acuerdos se tienen que generar. Sabemos que esto es un proceso más largo, ha habido avances y retrocesos, por ello el tema de la confianza también hay que manejarlo”, puntualizó la analista Francisca Quiroga.

La jugada de Santos

Francisca Quiroga también analizó la perspectiva política interna de Colombia y el desmarque que tuvo el ex ministro de Defensa de Álvaro Uribe y actual presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, que se ha diferenciado del rechazo a la negociación que ha tenido el ex jefe de Estado con las FARC: “Ahora lo estamos mirando que va hacia una derecha que conversa y que es capaz de instalar el tema de las ideas y no excluir a los actores, como hizo el uribismo”, concluyó la analista.

Guillermo Holzmann, también en conversación con Radio Universidad de Chile, analizó la jugada de Santos: “Se separa de la visión más conservadora que había tenido Álvaro Uribe y a pesar haber sido miembro de su gobierno, fue ministro de Defensa, opta por dar un punto de inflexión orientado a una tesis que señala que el conflicto armado contra las FARC por más de 50 años no había tenido los resultados suficientes e implicaba un costo altísimo para Colombia, no solamente por el costo humanitario, sino porque era un freno evidente para llevar a Colombia a un nivel de desarrollo comparable a otros países de América Latina”, explicó.

Pero el concretar el proceso de paz depende en gran medida de que las FARC no se sientan agredidas, por lo que Santos deberá tener total control de su gobierno, indicó Guillermo Holzmann: “Para poder implementar el proceso de paz se requieren cambios institucionales en Colombia y que son cambios políticos, económicos y militares. Eso no va a ser fácil y va a depender del compromiso estatal de Colombia y del liderazgo que logre tener Santos”. Esto porque para Holzmann una de las razones que truncó el proceso anterior fue que se tomaron avances parciales como logros, cuando en realidad es “todo o nada y ésa debe ser la exigencia que debió instalar Santos en el proceso de negociación”.

El rol de Cuba en su nueva etapa

Cuba se ha convertido, luego de restablecer relaciones diplomáticas con Estados Unidos, en el mejor lugar para llevar a cabo los procesos de negociaciones entre la FARC y Colombia, según explicaron ambos analistas: “Es un elemento que termina potenciando en la práctica que Cuba se sume al sistema internacional, aun cuando mantenga su modelo de sociedad comunista, lo legitima como sede del proceso de negociación y ahora va depender de qué manera va a mantener un eje de campaña y de sucesión política”, reflexionó Guillermo Holzmann.

Escenario que coloca a Cuba como un actor fuerte, sostuvo la analista Francisca Quiroga: “Cuba está en un escenario distinto en lo simbólico, por el restablecimiento de las relaciones con Estados Unidos y es un actor estratégico en Celac, lo que da un escenario favorable para que las negociaciones se den”, puntualizó la experta.





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