La historia de los últimos 20 años del Consejo de Monumentos Nacionales (CMN) está marcada por problemas financieros y laborales. Éstos estallaron en junio de 2014 cuando los trabajadores decidieron irse a paro luego de casi 90 años de funcionamiento.
En aquella oportunidad apelaban a cambios urgentes, que tenían que ver con la figura de contrato, lo que se traducía en precariedad ante la pérdida de derechos laborales. En ese momento hicieron llegar al Ministerio de Educación, cartera de la cual dependen, un petitorio con exigencias que en parte fue escuchado.
Luego vino la administración del ex secretario ejecutivo, José de Nordenflycht. La cual, en su breve paso de ocho meses, estuvo más ligada a problemas de acoso laboral, despidos arbitrarios, abandono de deberes y faltas, que a mejoras en el organismo.
La situación dejó en manifiesto nuevamente la crisis. Los trabajadores exigieron que el ministro Nicolás Eyzaguirre tomara cartas en el asunto. La investigación llegó a manos del director transitorio de la Dibam Alan Trampe, quien cesó en el cargo hasta la llegada del arqueólogo Ángel Cabeza.
La elección puso fin de la gestión de Nordenflycht, quien estaría hasta enero a honorarios, con el fin de emitir un informe del trabajo realizado, mientras se busca a un sucesor. Tarea que fue considerada compleja por el director de la Dibam, ante la precariedad que tiene el actual sistema nacional de protección del patrimonio.
En este escenario se enfrentan los trabajadores del patrimonio. Temas como la desarticulación institucional, el presupuesto y un futuro incierto es lo que expone el vocero de la Asociación Gremial “Trabajadores por el Patrimonio”, Francisco Silva, quien afirma “hay avances, pero las bases son las que están viciadas”.
En junio de 2014 ustedes decidieron paralizar funciones, lo que provocó revuelo ya que por primera vez en años se manifestaban. En aquella oportunidad hicieron llegar un petitorio al Mineduc, en el que dieron a conocer la precariedad, problemas financieros y malos tratos laborales al interior del Consejo. La situación siguió complicada después de que asumió José de Nordenflycht.
¿Qué pasó con este petitorio? ¿Hubo algún avance?
Todo eso derivó de una serie de situaciones, la más grave era la que vivían los compañeros contratados a bienes y servicios. Se había encontrado una fórmula para contratar gente, que si bien se puede llevar a cabo, no debiera hacerse para quienes están cumpliendo funciones públicas, y en este caso se habían contratado a compañeros que trabajaban codo a codo con nosotros, pero con un sistema de contratación bastante precario en término de sus derechos laborales.
Frente a esta situación se planteó un reclamo a las autoridades, en ese caso el Ministerio de Educación, y a raíz de la movilización se logró un acuerdo y un protocolo de trabajo frente a ese petitorio.
Uno de los puntos importantes era que la gente, que estaba a bienes y servicios pasara a honorarios, que tampoco es lo mejor. Eso se cumplió, se logró y en ese sentido si hubo respuestas positivas de parte del Ministerio de Educación. Sin embargo, todo el trabajo que se debía realizar para poder mejorar la situación interna es lo que quizás no tuvo respuesta. Se conformó una mesa para ver el tema del presupuesto, se envió desde el consejo una propuesta presupuestaria que lograra cubrir las necesidades del consejo.
Finalmente el presupuesto presentado no fue el que nos dieron, ni siquiera aumentó en relación al mundo público, y no alcanza la plata para funcionar bien. Hay un déficit de funcionamiento.
Entonces, ¿cómo se mejorar la estructura del CMN si no se dispone del presupuesto necesario?
Por ahora estamos tratando de solucionar el tema. Lo que pasa es que nos ponen en un problema muy pedestre, independientemente que nos hayan dado menos dinero que al resto, resulta que este presupuesto no alcanza para terminar el año y ese es un problema grave para una institución del Estado. Este no es un tema nuevo, es un tema de todos los años, el presupuesto nunca alcanza, es un poco tragicómico, la situación la hemos vivido tantas veces, pero que es súper complejo.
Como asociación gremial entendemos que el Estado está mirando o trabajando en una línea que no necesariamente es a línea de trabajo que tiene el CMN.
Ustedes dependen de la Dibam, ¿Se han reunido con el director ejecutivo, Ángel Cabeza?
Primero hay que aclarar que hay un matiz de diferencia en relación a otros años que tiene que ver con que ahora dejamos de ser una transferencia y somos un programa presupuestario, como cualquier otro del ministerio y en ese sentido las restricciones administrativas son distintas.
Nos hemos reunido con Ángel Cabeza y la disposición de trabajo es completa, él conoce nuestra realidad, entonces para nosotros es positivo que esté a cargo.
¿Cuáles son los temas más urgentes por solucionar?
Tener los recursos suficientes para poder funcionar, eso salta a la vista a partir del presupuesto. Lo que tenemos no es suficiente en términos de personal, ni siquiera es suficiente para cubrir todas nuestras funciones. Eso lo hemos dicho un montón de veces. Hay un déficit del consejo que se arrastra hace mucho tiempo y que tiene que ver con las responsabilidades. Van surgiendo cosas que son son imposibles de cubrir.
Lo otro es el tema de los contratos, acá el 80% está a honorarios y tener una institución así no es sostenible en el tiempo, va a generar crisis, va a generar problemas y de hecho eso está pasando. Sería importante que de aquí en adelante se pudieran hacer las gestiones para que el CMN tenga cupos a contrata, tenga una estructura funcionaria.
¿Creen que un ministerio de Cultura, que lo que tanto se ha pedido para mejorar la institucionalidad cultural, podría solucionar esto?
La existencia de un ministerio tiene ventajas, pero todas ellas dependen cómo las instituciones van a ser transferidas a este nuevo ministerio. Desde la perspectiva de la institución, somos pequeños, con pocos recursos y con muy pocas posibilidades de poder cubrir las necesidades que la ley le impone.
Hay que ver cómo se van a resolver estos temas en el escenario de un nuevo Ministerio de Cultura, eso está pendiente.