Luego de que el jueves de la semana pasada el Banco Central informara que el Indice Mensual de Actividad Económica (Imacec) de diciembre 2014 creciera en 2,9 por ciento en comparación con igual mes del año anterior, el Gobierno a través del ministro (s) de Hacienda, Sergio Micco, se mostró optimista sobre una recuperación de la economía en 2015.

La cifra incluso se ubicó sobre los pronósticos de los analistas que habían apostado por un aumento de 2 por ciento en la actividad para el último mes de 2014 y constituye la mayor expansión desde marzo.

La autoridad de Hacienda utilizó la metáfora de los “brotes verdes” para representar que se deberían cuidar el tipo de cambio y el precio del petróleo para ir consolidando una eventual recuperación económica, la cual ha estado afectada por un proceso de desaceleración en los últimos doce meses.

Micco enfatizó que hay que continuar preocupados por el crecimiento.

El director del programa “Chile 21”, Eugenio Rivera, confirmó que existe una tendencia positiva frente al mejoramiento de la economía chilena y agregó que el carácter anticíclico del Presupuesto de este año, el cual crece en un 10 por ciento, demostrarían que la economía va a mejorar, con una posible expansión cercana al 2,8 por ciento en 2015.

El académico de la Universidad de Chile, Joseph Ramos, señaló que el 50 por ciento de la desaceleración tuvo su origen en un manejo confrontacional por parte del Ejecutivo, lo que habría dado paso a una incertidumbre entre los inversionistas.

Otra información alentadora para la economía nacional fue dada a conocer por el Banco Central, el cual informó que la balanza comercial del país registró un superávit de 1.376 millones de dólares en enero, impulsado por los envíos de cobre.

Durante el primer mes del año, las exportaciones FOB alcanzaron los 6.296 millones de dólares, es decir, una variación positiva de 13,9 por ciento respecto al mismo período de 2014.

Informe de la OCDE sobre crecimiento en 2015

Desde el ámbito internacional, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) dio a conocer este lunes su informe “Apuesta por el Crecimiento 2015”, que concluye que la expansión de las economías más desarrolladas ha debido revisarse a la baja, producto del estancamiento de la demanda y de la productividad.

En este escenario mundial, el documento aborda en detalle las reformas que se están impulsando en Chile y enfoca su análisis en las transformaciones más relevantes del sistema educacional y laboral.

La organización internacional, a la cual Chile pertenece desde mayo de 2010, destaca los niveles de empleo y crecimiento del capital físico, pero indica que los avances sobre capital humano debieran potenciarse con una aceleración de la Reforma Educacional.

También se recomienda que el país promueva una mayor eficiencia en el mercado laboral y se potencie la competencia para aumentar la competitividad.

Respecto de la Reforma Educacional, la entidad internacional estima que se debe mejorar la calidad de la educación impartida y los niveles de equidad en el acceso, lo que aumentaría la empleabilidad de los jóvenes trabajadores, mejoraría la productividad, reduciría las desigualdades y amortiguaría el riesgo de exclusión social.

El informe resalta la necesidad de extender el seguro de desempleo y bajar la indemnización por despido, para evitar la segmentación, potenciar el empleo de los jóvenes y mejorar la eficiencia.

Se recomienda mejorar la participación de las mujeres, mediante la ampliación del plan para aumentar el acceso al cuidado de los niños menores de tres años, que considera 4.500 nuevas salas cuna, de las cuales se han implementado 500.

En cuanto a las economías emergentes, sobre todo aquellas más expuestas a los cambios en los precios de las materias primas (entre los que se encuentra Chile), el documento señala que el crecimiento también ha sido inferior a lo proyectado, como consecuencia de sus vulnerabilidades financieras, mala asignación de recursos y los problemas de infraestructura.

Finalmente, la OCDE indica que el proceso de desaceleración mundial de la economía ha influido en bajar el ritmo de las reformas estructurales orientadas a mejorar el crecimiento y la productividad.