Fue en agosto del año 2013 cuando, con bombos y platillos, el Ejecutivo que en ese entonces encabezaba el Presidente Sebastián Piñera, promulgaba la ley que modificaba la institucionalidad deportiva del país creando el ministerio del Deporte, entidad que se encargaría a futuro de la elaboración y ejecución de las políticas al respecto en nuestro país.
Habían pasado 12 años desde la promulgación de otra norma, la ley del deporte, que vino a concebir la actividad como “una preocupación social del Estado”, lo que se traduciría en que la actividad “pasaba a ser objeto de una política pública, tal cual lo es la educación, la salud o la vivienda”.
Eso fue en el año 2001, en ese año se hizo una evaluación del mal momento por el que atravesaba la práctica del deporte a en nuestro país, con federaciones quebradas, escasos logros a nivel internacional y una constante disminución del interés por la práctica deportiva.
De acuerdo al informe que derivó en la “Política Nacional de la Actividad Física y el Deporte”, nuestro país carecía en aquel entonces de una institucionalidad robusta que abordara los distintos aspectos que afectan el rendimiento deportivo.
Por ejemplo, critica la escasa preparación de los dirigentes, la ausencia de entrenadores de nivel y en el aspecto educacional y social, poca cultura en torno a los beneficios y la necesidad de mantener una práctica deportiva constante.
De hecho se presentan cifras de sedentarismo alarmantes, a comienzos del nuevo milenio cerca del 89% de la población chilena se declaraba sedentaria (de acuerdo a datos de la encuesta Casen de 2000), esta cifra se acentúa en los sectores más pobres.
Trece años después el panorama no varió mucho, por lo mismo se hizo urgente la necesidad de modificar la institucionalidad, que además durante esa década se vio envuelta en escándalos de corrupción en la extinta Chiledeportes.
Pero al parecer y luego de dos años de entrada en vigencia el trabajo del ministerio del Deporte, es poco lo que ha cambiado, de hecho, fue necesario crear una nueva norma, esta vez referida al trabajo de las federaciones deportivas para complementar lo ya obrado.
Las contradicciones del deporte en Chile
De todas formas las mayores críticas pasan por otro lado y tienen que ver con el grado de prioridad que el Estado otorga a la práctica y difusión del deporte. Esto se vio reflejado en algunos hechos ocurridos durante 2014 y que hablan de la ausencia de una política clara respecto al alto rendimiento y la práctica deportiva a nivel social.
Primero, el escándalo derivado del presupuesto para deporte 2015, luego que se supiera que el aumento destinado para esta partida iría casi íntegramente para la compra de entradas para el mundial de fútbol sub 17 que se realizará en nuestro país. Esto derivó en una protesta formal por parte de los deportistas de alto rendimiento, quienes reclamaban un aumento del presupuesto considerando que este año se inicia el “ciclo olímpico” con los Panamericanos y los juegos de Río 2016.
La molestia incluso derivó en una manifestación en el Palacio de La Moneda que culminó con el anuncio de nuevos recursos para los deportistas.
Pero los críticos insisten en la falta de una política deportiva clara y acusan una tendencia de la cartera por apoyar iniciativas “populistas” que poco aporte dejan a la práctica del deporte en general.
Tal es el caso del Rally Dakar, competencia que llegó a nuestro país durante el Gobierno de Sebastián Piñera y que ha significado un desembolso importante de recursos en el transcurso de los últimos años.
Se calcula que son cerca de 6 millones de dólares anuales los que el Estado desembolsa para sacar adelante el tramo de la competencia que pasa por nuestro país, esto pese a los efectos nocivos que la carrera produce en el medio ambiente y el patrimonio arqueológico de la zona y sin que exista certeza de que los eventuales beneficios que el Dakar produce se cumplan.
Para los deportistas el diagnóstico es claro, si bien se valora la creación de una nueva institucionalidad que permite una relación más directa entre ellos y el Estado y que además ha pasado muy poco tiempo como para elaborar un juicio demasiado crítico, sí existe preocupación respecto de algunos puntos que todavía no han sido abordados. Así lo cree Claudia Vera, presidenta de DAR Chile, quien sostiene que son dos los puntos que generan mayor inquietud.
“Hay cambios que no se han logrado realizar con la expectativa que nosotros teníamos, como por ejemplo, el mejoramiento del decreto 29 de la beca Prodar, eso lo venimos pidiendo desde el Gobierno anterior. Hemos estado en mesas de trabajo pero ya creemos que es la hora de concretar y estamos solicitando a las máximas autoridades del IND que esto tenga una mejora ahora ya”, afirmó.
De todas formas la vocera de los deportistas tiene esperanzas de que las cosas comiencen a mejorar a partir de ahora, “Tengo la esperanza de que en este Gobierno se materializarán los proyectos, creo en la participación de los deportistas para generar políticas públicas estables, por lo tanto, ojalá que cuando conversemos de nuevo, pueda decirte misión cumplida”, agregó.
La réplica del ministerio
Desde el ministerio del Deporte asumen que quedan muchos aspectos todavía en los cuales trabajar, pero advierten que es una cartera que tiene múltiples dimensiones y que por lo mismo no es sencillo atacar todos los problemas de inmediato.
Sin embargo aclaran que se está trabajando en aquellos que han generado preocupación entre los deportistas de alto rendimiento y en la coordinación con otras carteras como Trabajo, Vivienda, Educación y Salud para solucionar las carencias sociales que muchas veces enfrentan las personas que optan por el deporte de alto rendimiento.
Respecto de las críticas acerca de la ausencia de una política deportiva clara, la ministra Natalia Riffo dijo asumir esas palabras, pero asegura que su cartera está trabajando, “esta entidad que antes tenía que depender de otros ministerios ahora depende de sí misma, eso nos va a permitir crear una institucionalidad sólida y además hay que reconocer que hemos tenido muchos problemas para comunicar el trabajo que estamos realizando y esa es una realidad”, señala la ministra.
Otra de las preocupaciones de los deportistas se refiere a la posibilidad de que se modifique el llamado “Plan Olímpico”, iniciativa creada en la pasada administración y que busca proteger los recursos que se entregan para los deportistas de alto rendimiento.
En los últimos meses y debido a los constantes cambios que ha enfrentado el Instituto Nacional del Deporte, ha surgido la posibilidad que se modifique este aspecto lo cual permitiría a las dirigencias de las federaciones apropiarse más libremente de estos recursos.
Al respecto la secretaria de Estado aclaró que es una política pública que, como todas, está “en constante evaluación” pero advierte que cualquier cambio se hará con la venia de los deportistas, “acá todos los programas están sujetos a evaluación en función a la mejora, hoy estamos concentrados en particular en el Plan Olímpico con la preparación para Toronto, por lo tanto cualquier cambio lo haremos posterior a eso pero siempre en coordinación con los deportistas, porque finalmente son ellos los beneficiarios y quienes saben cuáles son los déficits que presentan”, recalcó.
Dentro de los desafíos que asumen el ministerio del Deporte para este año está el consolidar la práctica deportiva como un derecho público, además se apoyará a los menores de 15 años que practiquen la actividad y se mejorará la infraestructura deportiva del país.
A esto hay que sumar que en marzo o abril comenzará el proceso participativo de la nueva política nacional del deporte, documento que como mencionábamos data de comienzos del milenio.
Además se otorgará especial atención a la práctica del deporte de las personas con discapacidad y también se espera “saldar la deuda” con el deporte y los pueblos originarios.
Recordemos que este año además comienza un nuevo ciclo olímpico con los Panamericanos de Toronto 2015 y los Juegos de Río 2016 que servirán nuevamente como parámetro de evaluación de la práctica del deporte de alto rendimiento en nuestro país.