El Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela está viviendo severas amenazas económicas, diplomáticas y una fuerte campaña mediática opositora, con una matriz de opinión centrada, en lo que Maduro ha denominado: “El eje Madrid-Bogotá-Miami” con presiones en el ámbito diplomático, declaraciones críticas que se han intensificado los últimos días tras la detención del político opositor y Alcalde Metropolitano de Caracas, Antonio Ledezma, imputado por los delitos de conspiración y asociación para delinquir.
A Ledezma se ha sumado la detención de un grupo de oficiales de la aviación, acusados de complotar para derrocar al Gobierno venezolano. “Hemos desarticulado y desmantelado un atentado golpista contra la democracia utilizando a un grupo de oficiales de la aviación militar, para provocar un coletazo de golpe de Estado”, señaló en una alocución ante la nación el presidente Maduro.
Su acción hace recordar la detención, en marzo del año 2014, de tres generales de la aviación acusados de estar aliados a los sectores de ultraderecha en Venezuela y alentar el alzamiento de esa rama de las Fuerzas Armadas. Hechos, que junto a la alta inflación, las permanentes acciones de movilización de la oposición, situaciones de violencia social, desabastecimiento de ciertos productos y acaparamiento por parte del empresariado, junto a la baja del precio del petróleo tiene a la “pequeña Venecia” en el centro del debate.
Campaña internacional
El Diario El País, devenido en portavoz internacional de la oposición venezolana y las empresas españolas con inversiones en Venezuela, reveló en un artículo lo que el Gobierno de Maduro había estado denunciando: la existencia de un plan destinado a derrocarlo. Señala textual este medio madrileño “con la detención y envío a prisión de los dirigentes opositores Leopoldo López y Antonio Ledezma, el ala que propone desde febrero de 2014 el cese inmediato de la Presidencia de Nicolás Maduro está siendo descabezada. Del grupo de líderes, que en aquel entonces lideró la toma de las principales ciudades solo queda en libertad la ex diputada Marina Corina Machado. “La Salida”, como se bautizó al plan que pretendía poner fin de manera anticipada a los días de Maduro en el Gobierno de Venezuela, ha sufrido reveses que han mermado la disposición de sus seguidores de medirse al régimen en las calles”. A buen entendedor pocas palabras.
La Asamblea Nacional (AN) venezolana, el pasado martes 24 de febrero, rechazó tajantemente el denominado acuerdo para la transición firmado por partidos políticos y líderes de ultraderecha dirigidos por los encarcelados Leopoldo López, Antonio Ledezma y la destituida parlamentaria María Corina Machado. El gobierno considera que este texto es altamente insurreccional, violento y anticonstitucional. Documento cuyo ideario está destinado, según la ultraderecha a “superar el desastre que el gobierno de Maduro ha dejado en el país”. Para la diputada oficialista Tania “el llamado Acuerdo Nacional para la Transición suscrito el pasado 12 de febrero por los tres líderes opositores refleja las verdaderas intenciones golpistas de estos políticos. Tanto el presidente como su Gobierno han sido refrendados por el voto popular. Para haya una transición debe haber un derrumbe del modelo existente y no está planteado. Aquí el presidente no renuncia, ni lo renuncia nadie. Aquí el presidente está por la voluntad popular y la renuncia es un acto voluntario”, aseguró la parlamentaria.
Por otra parte, voces como la del ex presidente Bill Clinton han exigido también la liberación del encarcelado dirigente ultraderechista Leopoldo López y de Antonio Ledezma. Se sumó a ello la Internacional Socialista, que en un comunicado emitido la pasada semana con el nombre de “Venezuela: ¿A puertas de un punto de no retorno?” la organización internacional, que agrupa a los partidos socialdemócratas, socialistas y laboristas a nivel mundial, afirma que este país ha comenzado a vivir en un clima de arbitrariedad, angustia y represión, que sólo son comparables con los de regímenes autoritarios del pasado y demanda la liberación de todos los detenidos por el gobierno.
En Chile, para no ser menos en este coro internacional donde difícilmente se ha escuchado una voz de condena a las acciones desestabilizadoras de López y Ledezma quienes están siendo procesados con las garantías legales al respecto, junto a las clásicas condenas de la Democracia Cristiana y de la derecha chilena se sumaron algunos de la llamada “ala progresista” de la gobernante Nueva Mayoría. Ex Ministros de Estado bajo los gobiernos de la Concertación, quienes condenaron en una carta “la situación que afecta a Leopoldo López y a todas las personas que hoy permanecen presas en Venezuela por razones políticas… En otras cárceles hay decenas de jóvenes estudiantes detenidos tras las manifestaciones de un año atrás. A ellos se les desconoce el derecho a un proceso justo, la presunción de inocencia y su derecho a la libertad provisional con acusaciones jurídicamente improcedentes”. Despreciando con ello el actuar de los tribunales y el poder judicial venezolano.
A este listado se sumó la hija del expresidente Salvador Allende, la senadora socialista y presidenta del Senado, Isabel Allende Bussi. La política oficialista afirmó, a través de su cuenta de Twitter que “el gobierno de Chile debe manifestar su preocupación por la detención de Ledezma en Venezuela” Sintomática declaración similar a la esgrimida por el ex mandatario de derecha Sebastián Piñera. Recordemos que el ex mandatario chileno estuvo de visita en Caracas junto a otros ex mandatarios de derecha tratando de visitar al detenido Leopoldo López y fue duramente criticado por el gobierno venezolano y el oficialismo chileno, que calificó dicha visita como el lanzamiento de su campaña presidencial en el plano externo.
Las mencionadas declaraciones resultan altamente ofensivas para el gobierno venezolano, que ha dado pruebas más que suficientes del respeto a los derechos humanos, sobre todo con una oposición que ejecuta acciones abiertamente golpistas. Tal vez hubiese sido valioso, escuchar o leer a la internacional Socialista referirse de igual modo a las violaciones de los derechos humanos de la población negra en Estados Unidos o las labores de espionaje que realizan sus agencias de seguridad o una condena explícita, directa y así de brutal contra Israel o las Monarquías del Golfo Pérsico que han financiado y armado a movimientos terroristas para desestabilizar gobiernos. Estas declaraciones son una vergüenza y una clara presión a un gobierno que enfrenta ataques de diversos ámbitos.
¿Ensañamiento contra Venezuela?
Una fuerte campaña comunicacional, sanciones económicas y políticas implementadas por Washington, se han intensificado, generando la fuerte respuesta del gobierno de Maduro, que ha llamado a defender la revolución de lo que denomina acciones golpistas. Recordemos que el Congreso de Estados Unidos aprobó, el pasado mes de diciembre el año 2014, un paquete de sanciones contra el país llanero por presuntamente respaldar la violación de Derechos Humanos durante las protestas de carácter golpista registradas entre el 12 de febrero y 30 mayo de 2014 en ese país.
Lo descrito y las continuas declaraciones de Washington sacaron de quicio a Maduro quien afirmó “que nadie se meta con Venezuela, a Venezuela se respeta, yanquis del carajo, respeten nuestra patria. Ya basta. Alerta a los pueblos: ni una ofensa más voy a aceptar, ni una más, del imperialismo estadounidense”. Palabras pronunciadas en la localidad de Yaracuy donde además indicó que tampoco aceptará que Washington y su embajada en Caracas “continúen llamando a militares, tratando de comprar periodistas opinadores, dirigentes. Nuestra embajada en Estados Unidos no anda buscando militares para que derroquen a Obama… a estas conjuras trazadas trazado por políticos opositores con el apoyo estadounidense les vamos a aplicar mano dura” concluyó el mandatario llanero.
Como era de esperar, Estados Unidos, a través de la Portavoz del Departamento de Estado, Jen Psakis aseguró que las acusaciones del gobierno venezolano “son ridículas y falsas…El gobierno de Venezuela debe dejar de culpar a Estados Unidos y a otros miembros de la comunidad internacional por las cosas que suceden dentro de Venezuela. Debe centrarse en los retos internos y no ocupar sus esfuerzos en distraer la atención en otros países”.
El analista venezolano Sergio Rodriguez afirma que Estados Unidos se ha encarnizado con Venezuela “Obama ha aceptado que hay que negociar con Irán después de su férrea oposición a ello. Conversa con su colega ruso Vladimir Putin a fin de llegar a un acuerdo con respecto al conflicto en Ucrania, todo después que las sanciones han fracasado. Así mismo, conversó con el presidente chino Xi Jinping a quien invitó a visitar su país en septiembre. Con Cuba ha tomado algunas medidas administrativas que aflojan en algo, las restrictivas relaciones con la isla. Entonces, uno puede preguntarse, ¿por qué si todo ello está ocurriendo en el mundo y en la política exterior de Estados Unidos, se ensaña con Venezuela, incrementando las medidas punitivas contra nuestro país?”
El resolver esta pregunta conduce a elaborar diversas hipótesis, que son partes de un todo más complejo sostiene Rodriguez “Algunos dicen que van tras el petróleo y es válido pensarlo, pero entonces, por qué “aflojar” en Irak e Irán que también son miembros de la OPEP? Otros afirman, que las acciones desestabilizadoras van por el lado de eliminar la influencia que Venezuela ejerce en la región. Eso también encierra parte de verdad, pero para nadie es un secreto que el liderazgo del presidente Chávez es insustituible y que hoy lo que existe en la región es un liderazgo colectivo…
También se afirma, que una eventual caída de Venezuela en las redes imperiales, gestaría un efecto dominó respecto de los otros países de América Latina, lo cual entraña una gran subestimación de los pueblos y gobiernos hermanos que han forjado su porvenir a partir de decisiones adecuadas a las características propias de cada país…a lo señalado hay que agregar otro componente: Estados Unidos toma decisiones a partir de falsas informaciones y erróneas apreciaciones que parten más del deseo que de la realidad. No terminan de entender que la guerra económica que han desatado…no ha tornado en crisis política, lo que da cuenta de un pueblo consciente que esas causas son más exógenas que endógenas, aún cuando hay muchos problemas por resolver, a partir de construir y consolidar un gobierno eficiente, ágil, transparente y honesto. Aún estamos lejos de ello”.
El análisis de las hipótesis planteadas, así como analistas opositores dentro y fuera de Venezuela, por más deseos que tengan estos últimos de buscar una salida radical a lo que ellos llaman “crisis terminal” tiene clara cuenta, que el pueblo venezolano, difícilmente buscarán lanzarse al vacío desde el Salto del Ángel en Canaima, cuando no existe alternativa alguna de un país distinto al modelo neoliberal que tanto daño causó a Venezuela bajo los gobiernos de adecos y Copei.
No existe un proyecto, no existen líderes capaces de encabezarlos y menos existe la posibilidad de aceptar una salida con el uso de la fuerza. Y en este caso, gobiernos y medios de comunicación opositores a Venezuela, si hablan de democracia y respeto a los derechos ciudadanos, deberían aceptar entonces que los cambios, en este modelo político de democracia representativa se ejecutan y validan a través de vías constitucionales, y si no es así entonces en Caracas, como en Washington, Bogotá y Madrid hay que asumir las consecuencias de la ley ante actos considerados atentatorios contra la democracia y es responsabilidad del Estado el aplicarlas, guste o no guste a aquellos que mediante la estrategia del golpe Suave han decidió que Venezuela debe cambiar de rumbo.
Medios como El Universal de Caracas, el Nuevo Herald de Miami, El País de Madrid y organismos de análisis como la firma de inteligencia corporativa Stratfor a través de su documento “Guía Analítica: Considerando un Golpe en Venezuela” no han cambiado un ápice su visión respecto a que Venezuela está en crisis y que las distintas facciones del chavismo están en una disputa por el poder, que sectores de las Fuerzas Armadas están dispuestos a derrocar a Maduro.
Stratford, entidad ligada estrechamente a la derecha venezolana y al partido republicano estadounidense – y que la revista Barron´s ha definido como la CIA en la sombra – sigue analizando la situación en Venezuela a partir de acciones conspirativas y desestabilizadoras, coordinando algún tipo de salida que impida el rumbo constitucional normal del país. Por el bien de las democracias latinoamericanas no resulta positivo estar alentado salidas golpistas, so pena de volver a la época de cuartelazos y violaciones a los derechos humanos. Ni Golpes suaves ni fuertes son el camino de América Latina y sumarse a ello en editoriales y artículos claramente desestabilizadores no sólo resulta una irresponsabilidad sino que un llamado al golpismo.