Este domingo 8 de marzo conmemoramos el Día Internacional de la Mujer, una valiosa ocasión para honrar la memoria de todas aquellas mujeres que, como Gabriela Mistral y Amanda Labarca, han trabajado en la búsqueda de un reconocimiento pleno e igualitario de sus derechos cívicos, políticos y sociales. Este día es también una ocasión para reflexionar sobre nuestras prácticas cotidianas y aproximar nuestra sociedad hacia la búsqueda de un camino que promueva una cultura de solidaridad que termine con las desigualdades de género.
Las mujeres marcan el presente y el futuro de nuestra Universidad. Nos alegra observar que, por ejemplo, el 50,3% de los estudiantes que incorporamos este año 2015 son mujeres, y que tres de los últimos cinco periodos de gobierno de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile han sido encabezados por presidentas. Debemos ampliar la participación de las mujeres en el cuerpo académico y funcionario y superar las barreras culturales e institucionales que impiden un pleno despliegue, en igualdad de condiciones, de las mujeres en nuestra universidad y en nuestro país. Debemos abordar el por qué el sistema socio cultural de género sigue encasillando a las mujeres en determinados roles. Debemos dejar de relacionar ciertas profesiones con ciertos géneros o, peor aún, tener distintas expectativas respecto a la carrera que se realizará al interior de una profesión en función del género.
Este lunes 9 de marzo, en reconocimiento a una mujer que encarnó muy notablemente la tradición americanista de la Universidad de Chile y que creó y lideró por veinte años las Escuelas de Temporadas de la Universidad, inauguraremos la Cátedra Amanda Labarca con el Curso de Formación General “Desafíos de la perspectiva de género en las ciencias”. Durante ese mismo homenaje el Día Internacional de la Mujer, firmaremos un acuerdo con la Junta Nacional de Jardines Infantiles -Junji- para la instalación de salas cunas y jardines al interior de nuestros campus, que habrán de facilitar el desempeño de madres y padres en nuestra comunidad.
Otra ilustre mujer de nuestra Universidad, Julieta Kirkwood, afirmaba que “si todas las especificidades de la discriminación de la mujer son construidas social y culturalmente, entonces, pueden y deben ser modificadas cultural y socialmente”. Esa tarea, esos cambios imprescindibles, son parte fundamental de las responsabilidades que hoy deben guiar a nuestra Universidad de Chile. Por eso quiero reafirmar en este Día Internacional de la Mujer nuestro compromiso de avanzar hacia el ideal de una sociedad en la que no existan barreras de género, etnia, edad, religión, cultura o diversidad funcional.
