La vida de Carlos Oyarzún es un pedaleo constante, no para, termina una competencia y de inmediato debe abordar un avión para preparar lo que será la próxima o acompañar a su familia en una vorágine que no se detiene, como si estuviera escalando una cuesta empinada cuya meta está lejos de alcanzar.
Radicado en España e integrante del equipo profesional “Keith Mobel Partizan”, ha sido campeón chileno de Ruta y Contrarreloj, junto con sumar una medalla de bronce, en esa misma especialidad, en los pasados Juegos Panamericanos, entre otros reconocimientos.
Al momento de buscarlo se encontraba en Brasil, lugar donde participaría de una nueva prueba luego de su meritorio triunfo en la Vuelta Ciclista de Uruguay representando a la selección chilena de ciclismo que se prepara para los Juegos Panamericanos de Toronto. Contento recibe nuestro llamado para conversar acerca de su triunfo y de cómo percibe ésta actividad que en su momento llegó a ser uno de los deportes más populares del país.
¿En qué momento de tu carrera te toma este triunfo en Uruguay?
Me pilla en un momento de reinicio, porque después del Tour de San Luis, donde tuve un buen rendimiento, aparecieron algunos problemas personales a causa de la enfermedad que afecta a uno de mis parientes lo que me obligó a parar un rato y no continuar adecuadamente con mi preparación. Después de eso seguí trabajando, regresé a Europa y he podido competir por la selección, afortunadamente me comprometí con un equipo que me lo permite, porque no es fácil encontrar en Europa un team que permita que corras por tu país por los riesgos de lesiones que ello conlleva.
Este triunfo forma parte de tu preparación para los Juegos Olímpicos y Panamericanos, ¿Cómo te proyectas pensando en esas competencias?
Claro, todo esto busca mejorar mi ranking América Tour, lo que permitiría tener más cupos en competencia internacionales para el país, entrar a los Panamericanos y buscar las medallas importantes para Chile. No quiero que me vuelva a pasar lo de 2012 (perdió el cupo a los JJOO ante Gonzalo Garrido) donde me dejaron fuera de una forma que no me parece normal, sin la posibilidad de demostrar el por qué fui doble campeón nacional ese año, entonces ahora hago todo lo que me piden para poder estar en los Juegos Olímpicos que para mí como deportista es una meta muy importante y creo que con mi trayectoria me lo he ganado.
¿Cómo es tu relación con la Federación en la actualidad?
Con la Federación no tengo ningún problema, no como los tuve con la antigua. No sé qué pasará en mayo porque hay nuevas elecciones, no sé quién entra, quién sale, qué es lo que pasara con nosotros, pero espero que se siga por el mismo buen camino. Ahora, ese camino siempre hay que mejorarlo porque queda mucho por perfeccionar. Lo importante es que siga gente que tenga un real interés por potenciar la Federación Chilena de Ciclismo porque somos un país rico, de gente culta, con buenos deportistas y cuna de grandes ciclistas además.
¿Cómo está tu situación económica pensando en lo que tienes que invertir para tener una buena preparación?
La verdad es que este año, por el hecho de comprometerme con la selección, he tenido que bajar mi precio como corredor, para que la gente lo entienda, es como el “pase” de los futbolistas. Obviamente tuve la posibilidad de fichar por otros equipos, con un buen sueldo, pero que me ponían como condición dejar en un segundo o tercer lugar a mi país, entonces me vi en la obligación de encontrar un equipo que me permitiera competir con Chile, pero claro, renunciando un poco a mis pretensiones económicas. Además con lo inesperado que ha sido la enfermedad de mi suegro mi señora ha tenido que quedarse en Chile lo que me obliga a viajar constantemente sumando otro gasto. Entonces claro, la gente puede pensar que solo es llegar y correr una Vuelta, pero en realidad hay horas, días de trabajo para poder conseguir los objetivos.
¿Qué crees que falta en nuestro país para alcanzar un nivel de desarrollo del ciclismo como existe en otros países de la región como Colombia?
El tema del estancamiento del ciclismo en Chile pasa por algunos dirigentes y ciclistas que están ahí y que no logran dar salida. Tenemos un problema de idiosincrasia donde pensamos que lo sabemos todo. Lo que hay que hacer para que nuestro país logre remontar hasta donde están Colombia o Venezuela es olvidarse de todos los pasares, de lo que teníamos y empezar con lo nuevo, con los nuevos conocimientos internacionales, abrirnos al mundo y crear una buena Vuelta a Chile. Con una buena Vuelta se puede trascender al mundo, porque a ese tipo de competencias vienen deportistas de todos los rincones del planeta, lo que es muy bueno para las marcas comerciales también, entonces, hay que invertir en una Vuelta a Chile, con un presupuesto importante de medio millón de dólares por lo menos para intentar sacar algo. Además se tiene que difundir de la manera correcta y seguir las directrices de la Unión Ciclista Internacional para que volvamos a ser un referente del ciclismo en el mundo, porque de esa forma nuestros jóvenes verán esto y dirán “quiero estar en el equipo profesional que hay en Chile”.
¿Falta trabajo respecto de la búsqueda de nuevos talentos en el país?
A mí incluso me gustaría tomarme un periodo después de las Olimpiadas, o en este verano, Para recorrer Chile y conocer ciclistas. He aprendido a tener ese ojo clínico y por lo menos en esta selección hay gente joven pero que le faltan cosas, pero que mejorando en pequeños detalles aumentarían notablemente su nivel. Chile es cuna de buenos ciclistas, el que nunca ha sufrido nada, que ha tenido todo fácil nunca será un buen ciclista, nosotros los chilenos estamos acostumbrados a vivir catástrofes, somos una raza de personas bastante sufridas, durante toda nuestra historia, por lo mismo yo creo que en nuestra genética está todo ese sufrimiento y el ciclismo se basa en eso, en el sufrimiento. ¿Cómo no vamos a tener una genética para sacar un Nairo Quintana, un Alberto Contador o un Chris Froome?, yo creo que están pero ahora deben estar haciendo cualquier otra cosa porque apoyo no hay, en ese sentido las familias también deben cambiar esa mentalidad de que si lo niños les dicen que quieren ciclistas y les responden: “no, no, no, tú tienes que ser profesional”, siendo que se puede ser un profesional del ciclismo como lo he sido yo.