La salida de Jaime de Aguirre de Chilevisión generó revuelo no solo en la interna del canal. Recién conocida la información, el ex director ejecutivo de la señal dijo que su despido no se vincularía con las boletas que facturó por petición de las empresas Bancar a SQM, Calichera, Aguas Andinas e Inversiones Alihue, sino más bien una “desafortunada coincidencia”.
Para De Aguirre es claro, la decisión de los controladores del canal (grupo Turner) tienen que ver con temas de gestión, ante la deuda de la compañía y el retraso en el cumplimiento de las metas fijadas.
Sin embargo, su salida trajo como consecuencia la renuncia del periodista Fernando Paulsen, quien prefirió concluir con su participación en Tolerancia Cero, por estar en desacuerdo con la desvinculación de De Aguirre: uno es dueño de sus emociones y reconozco que me dio rabia, lo encontré impropio e incidió en la evaluación de si quería seguir o no”, contó el periodista a El Dínamo.
Además, calificó de imprudente la forma en que el canal hizo coincidir el tema de las boletas con la evaluación laboral del ahora ex director. “Probablemente sin quererlo, le dieron un desprestigio y un perjuicio mucho mayor”, acotó
Para el abogado querellante del Caso Penta-SQM Mauricio Daza, es necesario investigar el tema de las boletas, principalmente porque pueden haber otros miembros de las comunicaciones vinculados con el tema.
“SQM no sólo tenía una red en el ámbito de la política, que era una red bastante poderosa y transversal, sino que el ex yerno de Augusto Pinochet al parecer también tenía una red en el ámbito de los medios de comunicación”, afirmó el abogado.
Daza indicó que todo esto tendría la finalidad de sentar las bases para operar de manera impune, como aseguró, lo ha hecho Julio Ponce Lerou, en los últimos 30 años, desde que se hizo de la propiedad de Soquimich de una forma totalmente abusiva, cuando su suegro era el dictador.