Elecciones intermedias en México se desarrollarán entre violencia, ola de protestas y críticas a su legitimidad

El ambiente se torna cada más tenso en unas elecciones municipales y estatales cruzadas por la violencia, que ha significado la muerte de candidatos, el descrédito a la actividad política por la fuerte corrupción y nexos con el narcotráfico, así como el levantamiento de campañas ciudadanas a favor del abstencionismo o del boicot electoral.

El ambiente se torna cada más tenso en unas elecciones municipales y estatales cruzadas por la violencia, que ha significado la muerte de candidatos, el descrédito a la actividad política por la fuerte corrupción y nexos con el narcotráfico, así como el levantamiento de campañas ciudadanas a favor del abstencionismo o del boicot electoral.

La violencia ha marcado las elecciones intermedias en México, un proceso político manchado de sangre. Hace pocos días, Miguel Ángel Luna, candidato de Revolución Democrática (PRD), quien buscaba una diputación federal por el distrito de Valle del Chalco, resultó muerto en manos de un comando armado.

Y no es el único caso. En tres meses se han registrado 70 ataques a políticos, con 20 asesinados; candidatos, dirigentes locales, asesores o militantes. Algunos de ellos fueron decapitados públicamente por el crimen organizado. A ello se une la acción de protesta de movimientos sociales, como estudiantes, integrantes del magisterio y participantes en solidaridad con los 43 normalistas de Ayotzinapa.

El titular del Instituto Nacional Electoral, Lorenzo Córdova, afirmó que las elecciones de este domingo serán “las más complejas” de la historia del país, dichos que compartió el ex embajador chileno, Luis Maira, quien sostuvo que ésta “es la crisis más grande desde la que precedió a la Revolución Mexicana en 1910”.

Para Maira, Ayotzinapa fue “la gota que rebalsó el vaso” de los cuestionamientos a actividad la política, al develar el vínculo con el narcotráfico que financiaba lo que no cubría la ley electoral. Este escándalo, afirmó, encontró una culminación en la masacre de los estudiantes en el Estado de Guerrero, comuna de Iguala, hecho que produjo “un impacto social gigantesco”.

Maira, quien vivió muchos años en México, sostuvo que nunca había visto al país tan afectado, pese a que ya venía forjándose un disgusto y distanciamiento de los partidos por su altísimo nivel de corrupción, cuando los carteles del narcotráfico han conquistando varios espacios territoriales, ganando soberanía a nivel nacional.

Mientras el Partido de Acción Nacional (PAN), la derecha mexicana, se ve sumida en disputas internas, en la izquierda también se presentan cuestionamientos, como se ve en la figura de Andrés Manuel López Obrador, ex militante de PRD, quien critica fuertemente a su anterior tienda, hoy desde el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).

Finalmente, el partido del Presidente Peña Nieto, el PRI (Partido Revolucionario Institucional), sigue perdiendo legitimidad al no detener el crimen ni concretar el prometido despegue económico.

Todo este escenario ha generado un “asqueamiento” que se refleja en un activo rechazo al proceso electoral, de allí el boicot que proponen los estudiantes, quienes exigen también la derogación de la reforma educativa de 2013.

Claudio Palma, historiador de la Universidad de Chile, quien lleva nueve años radicado en México, advirtió que el fenómeno de abstencionismo también está ganando terreno.

“En el Estado de Michoacán hay comunidades indígenas, como Cherán, que se han negado ya en al menos tres eventos electorales a que se desarrolle el proceso en sus comunidades y ellos están eligiendo a sus autoridades de acuerdo a los usos y costumbres, lo que ha sido validado por el Instituto Electoral”, explicó.

El especialista añadió que es probable que tampoco vayan a votar las localidades amenazadas por el narcotráfico, por la falta de seguridad. Además, indicó que en México siempre hay dudas de la transparencia electoral y abundan las acusaciones de fraude y compra de votos.

Si bien los especialistas afirman que el caso de México es el más agudo de la región, principalmente por la incidencia de los carteles, sostienen que la situación de descrédito de la política no es única en América Latina, donde figuran Brasil, Venezuela, Argentina y el mismo Chile como los más simbólicos.

Además coincidieron en que en “estamos entrando en un cuadro de progresiva crisis de representatividad que puede presentar problemas mayores en cuando a la legitimidad de las democracias de la región”.





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