Renovación Nacional y la Unión Demócrata Independiente llegaron al Palacio de La Moneda a reunirse con los ministros del Interior y de la Secretaría General de la Presidencia para plantear su preocupación por la seguridad en el país. Esto, luego del cacerolazo convocado y protagonizado por vecinos del sector oriente de la capital.

En el marco del reordenamiento de las prioridades en la agenda del Gobierno, los dirigentes de la Alianza pidieron darle urgencia a “las necesidades de la gente”, sobre todo la de enfrentar la delincuencia.

Además, el senador Víctor Pérez aseguró que se debe aprobar con celeridad los proyectos de financiamiento de campañas y de fortalecimiento del Servicio Electoral antes del 11 abril, cuando se inicia proceso eleccionario municipal. Mientras, el presidente del gremialismo, Hernán Larraín, se refirió, por su parte, a la posibilidad de reponer el voto obligatorio porque  pese a las dificultades que pueda revestir para los partidos, desde el punto de vista de la libertad del ciudadano, el voto debe ser voluntario”.

El presidente de RN Cristián Monckeberg, quien llamó a enfatizar los temas de seguridad pública y los conflictos en La Araucanía, a su vez valoró que en la nueva ley de partidos incluya la declaración de intereses y patrimonio de las directivas de las colectividades: “Dentro de la agenda hay un proyecto de ley que regula la probidad en la función pública. Ese proyecto de ley está en comisión mixta y en ese proyecto se incorpora dentro de la declaración de patrimonio e intereses que tienen muchísimas autoridades, también a las directivas de los partidos. Me parece bien, me parece razonable que así se haga y se lleve adelante. son buenas normas y eso va a ver la luz legislativa rápidamente, porque estamos en el último trámite”.

Miguel Urrutia, sociólogo y académico de la Universidad de Chile,  reconoció que las presiones de la oposición superan las demandas de la ciudadanía que inspiraron, al menos, los titulares del programa de Gobierno.

En ese sentido, aseguró que la llamada “cocina” del Congreso no considera el espacio para la participación. “Hay que reconocer que en ese espacio institucional de la discusión minuciosa de los proyectos de ley, de todo eso que algunos han llamado la cocina en un sentido peyorativo, los movimientos sociales no tienen mayor experiencia. No hay formas de lobby legítimo para que los movimientos sociales hagan presente su punto de vista”, dijo.

El sociólogo también se refirió a la demanda por seguridad pública, asegurando que si bien el avance de la criminalidad es real, el cacerolazo realizado en el sector oriente de Santiago mostró su carácter y alcance de clase, no obstante en los sectores populares abandonados por la policía, también está presente esa preocupac