Alarma entre los dirigentes de la Confederación de Estudiantes de Chile (Confech) causó la insinuación de un impuesto a los profesionales graduados de universidades adscritas a la gratuidad, que el jefe de la División de Educación Superior, Francisco Martínez, habría planteado a los estudiantes en el marco de los diálogos prelegislativos que se sostienen.

Valentina Saavedra, presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECH) valoró la instancia de diálogo, aunque manifestó su preocupación por este eventual gravamen.

“El espacio que se está configurando en estas mesas pre legislativas es un buen espacio, lo que no significa que no existan diferencias. Durante la reunión nos llamó bastante la atención la posibilidad de que el financiamiento venga desde un impuesto a los graduados, lo que plantean como un esfuerzo solidario, pero que en verdad pretende esconder una lógica donde se entiende que la educación es de una responsabilidad individual”.

Además, la presidenta de la FECH manifestó su descontento con el hecho de que la gratuidad 2016 sea a través de la Ley de Presupuesto, pues en su criterio “que se incorpore este ítem así, no era lo más cómodo para nosotros, porque se discute presupuesto sin discutir la transformación de la educación, lo que es un sin sentido”.

“Nosotros, desde que salió este anuncio, planteamos que es un error comenzar por esto, en el sentido de que dividir la reforma no nos parece óptimo. Sin embargo, si esto ya se ha anunciado sería irresponsable crear expectativas en nuestros compañeros y luego aplazarlo. Queremos dejar muy en claro que para nosotros no era lo ideal, pero si ya se presentó, acá no se pueden presentar anuncios y luego retractarse como si el futuro de nuestros compañeros fuera un juego de ajedrez”, criticó la dirigenta estudiantil.

Por su parte, el presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad Austral, Bayron Velásquez, indicó que el modelo de financiamiento de la gratuidad 2016 es quizás el punto en que existen mayores diferencias con el gobierno, que al parecer aún no resuelve, faltando pocas semanas para que se discuta la glosa parlamentaria.

“La gratuidad del 2016, todos sabíamos que era el punto donde íbamos a tener más conflictos y así fue. En primer lugar, decir que estamos bastante conformes con la posibilidad de discutir, a pesar de que son muchos los puntos en los que no teníamos concordancia, en los que tenemos importantes diferencias. Sin embargo, estamos dialogando y eso para nosotros es primordial”.

Los diálogos prelegislativos continuarán el jueves de la próxima semana, con la segunda reunión en torno al nuevo marco regulatorio de la Educación Superior, espacio que supone un interés vital para determinar las características que tendrán las universidades públicas y privadas en las próximas décadas.