Este martes, la Presidenta Michelle Bachelet realizó su discurso en la 70 Asamblea General de Naciones Unidas, en el cual llamó a reformar el Consejo de Seguridad del organismo, y a regular las instituciones financieras y comerciales internacionales para garantizar la equidad en el trato con las naciones en vías de desarrollo.

En cuanto a la controversia con Bolivia en La Haya, la Mandataria reafirmó el principio del respeto al derecho internacional y la intangibilidad de los tratados como fundamentos de la política exterior de Chile, y criticó el uso que algunos países les dan a organismos como la Corte Internacional de La Haya, en una velada crítica a la nación altiplánica.

“Un elemento esencial es el principio del apego al derecho internacional, que incluye el estricto respeto a los tratados, como una garantía de la paz y estabilidad internacional. Ello requiere respetar lo pactado, así como no hacer un uso indebido de los mecanismos que hemos diseñado para resolver pacíficamente las diferencias que realmente pudiesen existir”.

Sobre la reforma al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas –Chile es miembro no permanente de esta instancia entre 2014 y 2015-, la Presidenta Bachelet puntualizó que se debe aumentar el número de miembros permanentes, y emplazó a que se introduzcan regulaciones en la capacidad de veto que tienen las grandes potencias en esta instancia: “Queremos reafirmar nuestra convicción sobre la necesidad de reformar el Consejo, ampliando el número de sus miembros permanentes y limitando el veto, al menos, cuando se trate de crímenes de lesa humanidad”.

La Mandataria comenzó su alocución haciendo referencia a la crisis migratoria que afecta al Medio Oriente, África y Europa, “especialmente a grandes poblaciones civiles que huyen desesperado s para salvar sus vidas y forjar un destino mejor”, emplazó a la comunidad internacional a reaccionar con solidaridad para restablecer la paz y minimizar el sufrimiento de quienes sufren las guerras y conflictos.

La jefa de Estado, en este sentido, anunció que nuestro país “ha decidido acoger a refugiados de la Guerra Civil en Siria”, y que el gobierno que dirige “fortalecerá la cooperación con África, región donde a partir del año 2016 participaremos en las operaciones de paz de las Naciones Unidas”.

Luego, la Mandataria hizo énfasis en el desafío que enfrenta el mundo frente a la desigualdad y el calentamiento global, y destacó la construcción de un acuerdo en torno de la Agenda para el Desarrollo al 2030, a la que calificó como “una agenda de cambios”.

Michelle Bachelet hizo un llamado para democratizar las instituciones financieras, monetarias y comerciales internacionales, para que actúen con “equidad frente a los intereses de los países en desarrollo, lo que no es siempre el caso en la actualidad”.

La Presidenta se comprometió en materia medioambiental a reducir en un 30 por ciento las emisiones de CO2 de Chile, de aquí al 2030, y hasta en un 45 por ciento de contar con ayuda internacional. “Además nos comprometemos a recuperar 100 mil hectáreas de bosques y a reforestar 100 mi adicionales”, aseguró la Mandataria.

En este sentido, el director de Greenpeace Chile, Matías Asún, calificó como “volador de luces” este anuncio hecho por la Mandataria, y la emplazó a definir cuándo nuestro país utilizará el máximo de sus capacidades en materia de energías renovables no convencionales (ERNC).

“Los compromisos de la Presidenta de la República están evadiendo un problema que es central y es que el compromiso fundamental que debería tener Chile tiene que ver con hacernos cargo de la riqueza particular que tiene este país, y son los glaciares. En ese sentido, el porcentaje en reducción de emisiones que hay que revisar bien cómo eso se corrobora con el presupuesto disponible, la verdad es que nos parece un volador de luces frente a un compromiso mayor que podría hacerse en un país donde las energías renovables tienen tanta potencia. ¿Cien por ciento de energía renovable cuándo Presidenta?”.

Finalmente, Michelle Bachelet tuvo palabras para las conversaciones y acercamiento diplomático entre Colombia y las FARC, y Cuba con Estados Unidos, respectivamente, señalando que “Chile alienta los caminos del diálogo y del respeto del derecho internacional como la forma civilizada en que los países deben resolver sus diferencias”.