Los hechos en Cuba se precipitan uno detrás de otro. Cada uno tiene su propia importancia, pero juntos van conformando un cuadro que mirado en contexto puede ser calificado como histórico en toda su dimensión.

Las intensas –aunque esporádicas– lluvias de estos días son un buen augurio de todo aquello para los cubanos. Complicados por la sequía de los últimos meses, para la gente el hecho meteorológico es una bendición. Así también califican la visita del Papa Francisco, quien entregó un potente mensaje a la sociedad cubana y también al mundo.

En una de sus alocuciones poco difundidas por los medios en Chile, el pontífice advirtió de una Tercera Guerra Mundial a la que la humanidad actual asiste “por partes”, al tiempo que llamó una vez más a fortalecer los sistemas de protección social para dar el ejemplo a las futuras generaciones y el cuidado de los más viejos. La visita del líder religioso terminó precisamente en los Estados Unidos, dando una señal del vínculo que tuvo el Vaticano en este acercamiento.

Más recientes son los encuentros del Presidente cubano, Raúl Castro, con su par de los Estados Unidos, Barack Obama, primero en una recepción del norteamericano a los mandatarios asistentes a la Asamblea de Naciones Unidas –de la que Raúl Castro se retiró tempranamente por problemas de agenda- y la de este martes para avanzar en la agenda bilateral de restablecimiento de las relaciones que comenzó con el anuncio simultáneo televisado a todo el mundo el 17 de diciembre de 2014.

Aún así, al dirigirse a la Asamblea General de la ONU el lunes en Nueva York, Raúl Castro destacó los problemas de la política agresiva que se mantiene con el bloqueo norteamericano a su país, además de solidarizar con la causa del pueblo Palestino, criticar las acciones de Washington que propician la crisis migratoria de Siria hacia Europa, además de reiterar su irrestricta solidaridad con Venezuela y el reclamo de Argentina por la soberanía sobre las Islas Malvinas, entre otros temas de política internacional.

Sobre los problemas de las relaciones con los Estados Unidos, el mandatario cubano demandó en ese mismo discurso el cese de las leyes que permiten la agresión norteamericana contra la isla, como la Ley de Ajuste Cubano de 1966 que promueve la inmigración ilegal, o el fin de las transmisiones ilegales de radio y TV Martí desde territorio estadounidense hacia Cuba.

Al respecto, el doctor en economía de la Universidad de La Habana y miembro del Centro de Estudios Hemisféricos sobre Estados Unidos, Luis René Fernández Tabío, sostiene que existen desafíos que vendrán en el futuro de las relaciones con la potencia mundial.

“Lo más importante es que el diálogo es la forma de resolver los problemas. Siempre hay desafíos y estoy seguro de que esos desafíos son bienvenidos y estamos preparados, tenemos condiciones para enfrentarlos. No quiere decir que no habrá resultados a partir de la realidad que no nos hagan del todo felices. Pero son bienvenidos, siempre que sean en beneficio del bienestar, del diálogo y de todo el provecho que puede salir de eso. En definitiva, el saldo total tiene que ser positivo. Sobre todo si se deja de lado la pretensión de cambiar al otro”, precisa el docente.

Y es que para muchos especialistas, hoy existe un cambio de la actitud de Estados Unidos hacia Cuba, o precisamente una nueva forma de relación impulsada por la administración del Presidente Barack Obama que no está exenta de críticas por sectores más radicales de la derecha cubanoamericana que tiene presencia en el Congreso estadounidense con tres senadores y cuatro integrantes en la Cámara de Representantes.

Sin embargo, para los especialistas el nuevo momento debe ser tomado con cuidado al mantenerse en la retórica de la propia Casa Blanca expresiones como el “empoderamiento” del pueblo cubano, al no tener ya argumentos que permitan mantener la agresión directa a través de diversos instrumentos con los que se buscaron derrocar al Gobierno de la isla.

Para Luis René Fernández, lo que hoy ocurre en Cuba es “la actualización de todo el modelo a las nuevas condiciones ajustado a realidades de la contemporaneidad de los sistemas sociales, políticos y económicos de lo que existe en la región, de lo que existe en el mundo, pero siempre basado en los principios” de la Revolución cubana.

El especialista agrega que tienen “el derecho de disfrutar de la paz, pero a la vez también de construir nuestro sistema económico, político, social, de acuerdo a las propias determinaciones del pueblo cubano” y que los lleva hoy a emprender una nueva etapa en la relación con los Estados Unidos.

Aún quedan varias interrogantes, como por ejemplo la forma en que Estados Unidos votará el próximo mes de octubre el documento cubano que denuncia el bloqueo de la potencia contra la isla, política de la que Obama dijo estar en desacuerdo. También existen otras dudas, como el fin del embargo que se basa en leyes del Congreso y que no son resorte del Ejecutivo estadounidense revocarlas sino a través de otras leyes.

Una mención especial es sobre lo que sucederá también con la Base Naval de Guantánamo cuya cárcel el propio mandatario norteamericano se comprometió a cerrar al comienzo de su primera administración, compromiso hasta hoy incumplido. Algunos en Estados Unidos adelantan sobre este último tema que podría convertirse en un centro de ayuda regional para la asistencia en caso de catástrofes, aunque el cierre de la base como tal podría aún ser un sueño para todo el mundo.