Presupuesto: aumento policial no atacaría problema de fondo en seguridad

Pese a que fue calificado por la Presidenta como un “presupuesto responsable”, el envío del proyecto incluyó un aumento considerable en los recursos para seguridad ciudadana. La disociación entre índice de victimización y sensación de inseguridad, ponen en tela de juicio la medida.

Pese a que fue calificado por la Presidenta como un “presupuesto responsable”, el envío del proyecto incluyó un aumento considerable en los recursos para seguridad ciudadana. La disociación entre índice de victimización y sensación de inseguridad, ponen en tela de juicio la medida.

La presidenta Michelle Bachelet anunció que se dispondrán los recursos para cumplir con el compromiso de aumentar los efectivos de carabineros  en 6 mil y la policía de investigaciones en mil 200. Además, comprometió la adquisición de equipamiento, vehículos y tecnología de última generación destinados al control disminución de la delincuencia y un plan de programas que incentive la seguridad comunal.

El diputado del Partido Comunista Hugo Gutiérrez, fue enfático en señalar que si bien la seguridad ciudadana es un aspecto relevante dentro de la Ley de Presupuesto, se encuentra en un tercer lugar de prioridad, bajo salud y  educación que serían los ejes fundamentales del gasto público del próximo año. Además, defendió la iniciativa del gobierno, afirmando que es una demanda social real que hay que escuchar.

“Cuando uno lee las cifras del Poder Judicial en cuanto a la afectación real de la delincuencia en la vida cotidiana de los chilenos y chilenas, pareciera que no es tanto. Pero hay una sensibilidad que está ahí y que hay que hacerse cargo de ella”, argumentó.

Datos contra sensaciones

Los resultados de la Encuesta Nacional Urbana de Seguridad Ciudadana ENUSC del 2014, publicados en abril de este año, arrojaron que el índice de victimización se mantuvo estable en torno al 25 por ciento. Esta cifra representó el nivel  más bajo desde 2003, con una disminución total de un 42 por ciento desde que se tiene registro. Los delitos económicos y lesiones mostraron bajas considerables y el robo por sorpresa,  intimidación y  de vehículos se mantuvieron estables en comparación a años anteriores.

El ejemplo paradigmático de esta disminución es el caso del delito de robo con fuerza en la vivienda, donde hubo una baja de  un 55 por ciento respecto a 2003, cuando había un 8,1 por ciento de hogares victimizados por este delito. El año pasado la cifra apenas alcanzó un 3,6 por ciento.

El índice de victimización y la sensación de inseguridad son aspectos que aunque tienden a confundirse, son totalmente diferentes. El primero es un factor que mide en base a análisis estadísticos la cantidad de personas de que han sido víctimas de delitos, mientras el segundo se refiere al temor o a la creencia de que se  podría llegar a ser víctima de un delito.

Camilo Acuña, abogado de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso e investigador penal señala: “La sensación de inseguridad de los ciudadanos es una sensación que no tiene un correlato en la realidad, porque como se ha demostrado, del 2005 a la fecha ha habido una disminución en la cantidad de delitos que se cometen, específicamente incluso en los delitos contra la propiedad”

Los últimos resultados de la ENUSC, confirman estas impresiones: del 43,8 por ciento de los encuestados que cree que puede ser víctima de un delito en el próximo año, el 90 por ciento no ha sido víctima directa de delitos.

“Esto deja en manifiesto la necesidad de cuestionarse sobre la magnitud de la influencia de los medios de comunicación en esta sensación de inseguridad”, manifestó el investigador.

El problema de fondo

Hugo Gutiérrez señaló que si bien las políticas del gobierno contempladas en la ley de presupuesto buscan dar respuesta a las inquietudes de los ciudadanos,  el problema de fondo es de otra envergadura: “Al final del día esas soluciones no son mágicas y lo que realmente mejora la calidad de vida de los chilenos y chilenas y permite ir superando los miedos, es darle más derechos a los ciudadanos”.

En la misma línea, Camilo Acuña advirtió que la solución al problema de la delincuencia no estaría ni en las penas, ni en los recursos destinados a seguridad,  sino que por el contrario, estaría en resolver los conflictos sociales fundamentales: “Un aumento de la dotación policial no soluciona el problema de fondo que es el de la inequidad social, puesto que como ha sido demostrado jurídicamente, la cárcel no resuelve nada, tal y como  las medidas de prevención general negativa: intimidar a la gente mediante la imposición de penas a no cometer delitos”.

A propósito de los mecanismos para revertir el asunto de la delincuencia, Camilo Acuña afirmó que existen otras prioridades más concretas que abordar: “Sabemos que Chile es uno de los países más desiguales del mundo, por lo tanto habría que empezar por ahí a hacer los cambios”, declaró.

“Vestigios de la dictadura”

Los anuncios realizados por la Presidenta en materia de seguridad ciudadana, aparecen poco después de las declaraciones hechas por el Relator Especial de las Naciones Unidas, Maina Kiai, quien instó al Gobierno de Chile a eliminar “los vestigios de la dictadura”.

Medidas como el control de identidad preventivo, el manejo policial de las protestas y las restricciones legales al derecho de libertad de reunión y asociación, fueron algunos de los aspectos que ponen a las políticas criminales del país en una incómoda posición frente a la Organización Internacional.





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