Primero fue respecto del acceso a la información de los partidos políticos, la que iba a ser regulada por el Servicio Electoral y el Consejo para la Transparencia. Luego sobre la regulación de las elecciones internas de las colectividades, donde intervendrían de nuevo el Servel y el Tribunal Calificador de Elecciones.
En ambas ocasiones, los diputados de la comisión de Constitución, Legislación y Justicia, le doblaron la mano al ministro secretario general de la Presidencia, Nicolás Eyzaguirre, encargado de llevar la tramitación de la agenda de probidad y transparencia que se desprende de las recomendaciones de la Comisión Asesora Presidencial Anticorrupción, o Comisión Engel.
De hecho, lo relativo a la información no se volvió a votar, como pidió Eyzaguirre y como se había comprometido el presidente de la instancia legislativa, Leonardo Soto (PS).
El Secretario de Estado hizo el pasado miércoles una especie de reproche a los parlamentarios donde mostró su molestia por la falta de apoyo a una iniciativa que no es tan estricta, o de “chasis liviano” como él mismo describió.
Sobre los partidos, Eyzaguirre dijo que el esquema al que se apunta “es un bien público, que son los primeros escalones de la construcción democrática de una democracia representativa. ¿Qué es lo que el ciudadano le quisiera demandar a estos primeros escalones de una construcción democrática representativa? El que sea representativo, que un grupo pequeño no se arrogue la representatividad de ciudadanos que no la tiene”
La página oficial de la Cámara de Diputados destaca los avances en temas como la aprobación de la norma que establece la obligación a los partidos políticos de contar con una proporción de género de 60/40 en los órganos colegiados internos de los partidos, o sobre organización interna, pero sobre la regulación de terceros en la actividad de las colectividades, no informa mucho. Por lo mismo,la semana pasada el diputado Osvaldo Andrade reclamaba que se estaba buscando establecer “un segundo y un tercer nivel de control permanentemente”.
El diputado demócrata cristiano Fuad Chahín dijo que se trata de un proyecto a la medida de la UDI y el PC. A su juicio, estos partidos cuentas con dudosas democracias internas y agregó que ante la nueva personalidad jurídica de derecho público –y financiamiento-, la supervigilancia debe ser mayor. Ante esto criticó a Eyzaguirre, indicando que ha estado débil y que el mismo Gobierno no ha mostrado carácter para defender sus proyectos. Criticó también la idea del “chasis liviano”, asegurando que esto da pie para una reforma gatopardo: “que todo cambie para que nada cambie”.
Este viernes, el diputado Hugo Gutiérrez dijo a Radio Universidad de Chile que el Gobierno, Eyzaguirre y el diputado Chahín no han mostrado grandes discrepancias. El legislador defendió que los tribunales supremos de los partidos, a los que se agregan instancias regionales resuelvan las problemáticas internas.
La discusión en la comisión continúa, no la semana que viene, pues es distrital, pero a la siguiente queda por ver si Segpres efectivamente insistirá en mantener el espíritu original de la iniciativa o cederá a la postura a favor de la autorregulación de los partidos políticos.