“Territorialmente donde vives no es el país donde estás”, afirmó Andrés Tomaselli, investigador del Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural (Rimisp), investigador responsable del estudio que revela las iniquidades territoriales en Latinoamérica y en Chile.

El ejercicio pasó por tomar la división político-administrativa de siete países y comparar su Producto Interno Bruto (PIB) per cápita con los de otras naciones del mundo. El resultado son diversos mapas que revelan la falta de cohesión territorial en Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Perú y México.

“El caso chileno es paradigmático. Si comparamos el PIB per cápita de sus regiones con el de otras naciones del mundo, es como si dentro del mismo país se pudiera viajar desde Mongolia a Suiza, pasando en el trayecto por Chipre, Jordania o Hungría, naciones con niveles de ingreso claramente disímiles”, indicó Tomaselli, para quien “dentro de Chile hay 15 Chiles distintos”.

“Tienes a un Antofagasta que tiene un nivel de ingreso equivalente a los países más desarrollados del mundo como Suiza, la Metropolitana también con un nivel de ingreso súper alto, y por otro lado tienes una Araucanía que es un país pobre como Mongolia”, detalló.

Por lo mismo, cuestionó a quienes quieren ver a Chile como un país desarrollado: “La verdad es que son sólo cuatro las regiones que están en condiciones de postular al desarrollo; Antofagasta, Tarapacá, Atacama y la Región Metropolitana”, expresó.

Según detalló el investigador, hay territorios que se desarrollan, que salen adelante y otros que quedan siempre rezagados, pero además, hay diferencias al interior de las zonas con más recursos. En ese sentido, afirmó que llama la atención el caso de los territorios mineros, que tienen el PIB más alto, pero no se refleja en las condiciones de vida. “La riqueza no se concentra de forma equitativa y Chile no es distinto a Latinoamérica en eso”, sostuvo.

Esto se observa en otros ítems relacionados con Salud y Educación. Por ejemplo, mientras que en la provincia de Antofagasta casi todos los ciudadanos tienen acceso a fuentes mejoradas de agua y de saneamiento, en Parinacota una de cada cuatro personas no tiene el acceso mínimo a este servicio.

A eso se suma la amplia brecha con las zonas atrasadas: en Tarapacá sólo el dos por ciento de la población es pobre, pero en la Región de La Araucanía el 11 por ciento vive en la pobreza. Además, en la provincia de Arauco hay una tasa de desempleo cuatro veces superior a la que se observa en provincias aledañas a la zona central.

Para el especialista, esto es un tema de fondo que requiere una mirada distinta de país en todos los ámbitos: “La descentralización es una de las herramientas, pero esto es un cambio de visión país”, dijo.

Esto desde los privados, que se las jueguen por invertir en regiones, pese a que en Santiago ya estén todas las condiciones dadas para montar una empresa. “Se puede lograr un avance, pero contando con empresarios más arriesgados y un sector público que también se las juegue, es decir, que no sólo dé recursos espejo del Transantiago, sino que haga inversiones concretas, duras en regiones”.

Aun así Andrés Tomaselli se mostró optimista al sostener que ya hay conciencia del tremendo problema que ha generado el centralismo y la concentración de recursos que vienen del norte, lo que se ha visto en los levantamientos y marchas ciudadanas de los últimos años.

Si bien reconoció el trabajo de la Comisión Asesora Presidencial para la Descentralización, criticó que no se traspasaran a leyes la totalidad de las sugerencias que de allí emanaron y advirtió que el trabajo del gobierno en esta materia “ha sido muy lento”.