Según Sebastián Dávalos Bachelet “el tema Caval es, en parte, toda una operación política para ir rebajando el perfil a otros casos de mayor connotación, relacionados con el financiamiento de la política, entre ellos Soquimich, y para perjudicar al actual gobierno”.

A pesar de estos dichos del hijo de la Presidenta, desde el Ejecutivo prefirieron no entrar en controversias. La vocera (s) Javiera Blanco dijo repetitivamente en Valparaíso que “no vamos a comentar ni declaraciones ni trascendidos”.

El diputado Osvaldo Andrade, que como presidente del PS fue quien pidió a Dávalos la renuncia a la militancia en el partido, ahora le exige al hijo de la Mandataria probar las aseveraciones que hace, así como también a Rodrigo Peñailillo a “poner el pecho” a las acusaciones en su contra.

Para Andrade, sin embargo, esta es una de las peores formas de cerrar un año político que ha sido más que complejo para las élites y las autoridades.

“Lo encuentro horroroso. No había una mejor manera de terminar este año político que ha estado matizado desde Penta, SQM, Caval, Milicogate, ANFP, colusión del confort, etc. Culminar el año con una intriga de esta naturaleza es la guinda de la torta, porque además tiene que ver con un conjunto de apreciaciones respecto de las cuales es tan difícil pronunciarse porque está en ámbito de las actuaciones más ocultas”.

Ante esto, el diputado de RN, José Manuel Edwards, aseguró que esto debe motivar prontas formalizaciones tanto en el caso caval como SQM, para investigar de mejor forma el contenido de las declaraciones.

Al mismo tiempo aseguró que el Gobierno debe pronunciarse sobre el caso, expresando que, a su juicio, esto golpea profundamente a la figura de Peñailillo, sin eximir de responsabilidades al hijo de la Mandataria.

“Esto es una declaración que se da en el marco de la Fiscalía, y por lo tanto es la Fiscalía la que tiene que determinar qué es creíble y qué no. Lo que sí lo es, es que el señor Peñailillo estaba tratando de esconder la información y presionando al SII para que no se abriera la arista SQM, y por lo tanto tiene al menos una arista en la cual tiene que investigarse el comportamiento de Peñailillo, pero eso no exime de responsabilidad al hijo de la Presidenta que la verdad es que actuó de manera éticamente distinta al sentido común de los chilenos”.

Sebastián Dávalos aseguró que en esta, a su juicio, conspiración estaba involucrado el sector denominado como G20 del PPD, que en su momento se autodefinieron como la generación de recambio en la colectividad, además del Senador Guido Girardi.

Sin embargo, el parlamentario negó haber “participado en ningún complot u operación contra Sebastián Dávalos, ni menos contra el gobierno de la Presidenta”, al mismo tiempo que acusó a Dávalos de estar buscando eludir su responsabilidad.

“Cuando yo veo que se intenta transformar un caso serio al señalar que esto corresponde a una operación para dañar a Sebastián Dávalos y al Gobierno, insisto en que eso no tiene ninguna consistencia. Yo no soy siquiatra, pero la única manera que tengo de interpretar esto es como un intento de eludir una responsabilidad en una materia donde lamentablemente puede que se establezcan eventuales responsabilidades de tráfico de influencia y otros”.

Mientras para el diputado del PPD, Pepe Auth, “no es la operación política ni la eventual mala vocería del ex ministro del Interior lo que tiene a Sebastián Dávalos declarando por tercera vez en el caso Caval”.

Ante esto el legislador agregó que sobre el objetivo de las declaraciones del ex director sociocultural de la presidencia, si fueran ciertas, “fracasó, porque tanto el caso Caval como el caso SQM han hecho estragos y van a continuar haciéndolo y en buena hora porque esa corruptela tiene que terminar”