A dos años de iniciado el segundo gobierno de Michelle Bachelet, el Partido Comunista hace un balance de su permanencia en el pacto de la Nueva Mayoría. En ese sentido, a juicio de los seis diputados que los representan legislativamente, hay altos y bajos.
“El tratamietno del Gobierno e Interior a la manifestaciones sociales ha dejado mucho que desear. Hubo un endurecimiento de la mano, que no corresponde”, señaló la diputada Camila Vallejo haciendo una crítica a la gestión encabezada por Jorge Burgos.
La diputada, además, indicó que “Hay bastante fuerza en este gabinete, pero a veces pareciera que no siempre se trabaja muy apegado a lo que se mandata desde presidencia o desde distintas carteras ministeriales”.
En ese sentido, Lautaro Carmona profundizó en la relación con Hacienda y Rodrigo Valdés, asegurando que “el exceso de prevenciones desde Hacienda para cumplir con el realismo nos lleva a una limitación para aplicar el compromiso programático”.
Para Karol Cariola, las definiciones erroneas que se toman, por ejemplo, en torno a gratuidad, incluso podrían llevar al Gobierno a que pierda el rumbo, por “un excesivo pragmatismo”.
Con un pie en la calle y otro en La Moneda
Una de las críticas que ha debido enfrentar el PC es su “doble militancia”, tal como acusan otros sectores del pacto que conforman. Pese a ello, el grupo de legisladores entrevistados por La Tercera califica de “sana obsesión” el estar siempre dispuestos a vincularse con la base social, explica Carmona.
Por ello, la diputada Karol Cariola no lo lee como una contradicción, sino como “una herramienta adicional”, aunque reconoce que esto no es interpretado así por toda la Nueva Mayoría.
Mirando la situación desde la calle, el jefe de bancada, Daniel Núñez indicó que “los costos en los movimientos son naturales, porque al estar en un gobierno la gente exige que las soluciones sean más rápido”.