El ministro secretario general de Gobierno (s) Osvaldo Soto describió como un ejercicio de memoria y de registro el documental adjudicado a la cineasta Tatiana Gaviola en que se reflejará la segunda administración de la Presidenta Michelle Bachelet.
El vocero subrogante descartó convertir el cuestionado episodio en “la polémica del verano” y rechazó la idea de que se trate de una estrategia comunicacional como acusó la derecha.
Desde la oposición, agrupada en el conglomerado de derecha Chile Vamos, insistieron en sus críticas a la pieza audiovisual cuyo presupuesto alcanza los cuarenta millones de pesos.
El diputado de Evópoli, Felipe Kast subrayó en la posición, lamentando que se esté frente a “un gobierno al que todavía le queda la mitad de su mandato, y que esté preocupado de hacer marketing político, un video tratando de mostrar lo que los chilenos hoy día rechazan: reformas que le han hecho daño a la ciudadanía”.
Para Soto, por el contrario, “siempre es bueno ir guardando dentro de lo que son los registros presidenciales la gestión que se ha ido realizando para entender el sentido que le estamos dando. La gestión de la presidenta Michelle Bachelet apunta a un norte bastante importante y que lo trasciende. Ese norte es ver cómo somos capaces de hacer de Chile un país más justo. Desde ese punto de vista, no desconociendo la situación de estrechez económica, no es menos cierto que no vamos a dejar de realizar aquellos objetivos y tareas que nos ha encomendado la ciudadanía y evidentemente guardar memoria histórica del trabajo que se ha realizado”.
Sobre la contratación directa de la cineasta Tatiana Gaviola, el vocero subrogante aseguró que esta se ajusta a la normativa en la materia por tratarse de una labor específica contemplada en la ley de compras.
Además sobre el grueso presupuesto que se considera para la pieza audiovisual, Soto defendió que “los ejercicios de memoria siempre son buenos para el país”.