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Año XVI, 19 de abril de 2024


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En todas partes se cuecen habas


Jueves 21 de abril 2016 10:26 hrs.


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No sabía cómo empezar este relato, necesitaba un dicho de esos que decían siempre nuestros padres y nuestros abuelos para poder graficar este fenómeno, que por un lado resulta paradójico, sintomático, increíble o simplemente incomprensible. “El Vil Dinero”, como decía un abuelo, porque yo no conocí al mío.

En el ámbito de “La Justicia”, y es aquí lo lamentable, al parecer en todas partes, incluso en este país Canadá que siempre ha mostrado una mayor transparencia en cuanto a justicia y derecho, se ven irregularidades que nos dejan perplejos.

Inicio este comentario, preguntándome ¿que podría unir al senador Carlos Larraín de Chile, con el empresario de la construcción en la ciudad de Toronto el señor Marco Muzzo?. Ellos no se conocen, viven a miles de kilómetros de distancia y puede que tengan millones de cosas que los diferencian a uno de otro, pero hay algo que los une bajo un mismo escenario; y esa unión forma parte de nuestro dolor y de nuestra rabia e indignación frente a la relación entre la justicia y el dinero, y cómo este último, a veces relativiza la primera.

Lamentablemente los une justamente ese fenómeno tan contradictorio de la “injusticia” cuando existe el poder del dinero y la “justicia” frente al pobre, frente al que no tiene cómo defenderse y muchas veces, por pequeños actos de   rebeldía o de actitudes antisociales, van a pagar con cárceles incluso, en algunos casos, penas mucho más grande en relación a la falta cometida. Tristemente y en definitiva, se aprecia una formula donde a veces el peso de la ley y el carácter y tipo de sanción, dependerán de quien sea el transgresor. Algo no muy novedoso en nuestra historia.

No es necesario emborronar cuartillas para describir quién es el senador Carlos Larraín en Chile, como político, como representante emblemático de la derecha y de quienes impulsaron, apoyaron y participaron del quiebre democrático de 1973 y de la perpetuación en el poder de Pinochet por 17 años, y que gracias a esa “gran epopeya democrática de salvar a Chile del comunismo”;  pudieron  luego usufructuar de un modelo económico que los favorece y los enriqueció mucho más de lo que ya tenían como familia poderosa en nuestro país.

El señor Marco Muzzo, un empresario de origen italiano ligado al desarrollo de la industria y la construcción, una familia ubicada entre las más ricas de Canadá y entre las más poderosas económicamente en la provincia de Ontario; por su puesto, con grandes influencias en los poderes de la justicia y de la política, aunque no participan en ella directamente. Reportes financieros señalan que la familia Mozzo posee alrededor de 1,8 billones de dólares en capital de negocio industrial y la construcción.

Pudimos conocer los resultados del juicio de Martin Larraín, hijo del senador,  que tuviera que enfrentar por haber dado muerte al ciudadano Hernán Canales en la comuna de Curanipe, manejando en estado de ebriedad aquel 18 de septiembre del 2013. Según el senador padre del imputado, señaló públicamente que: “mi hijo no es responsable, ese mismo día 18 de septiembre, se produjeron 40 muertos en la zona y nadie se entero porque no son conocidos. A la misma hora un borracho mato a un niño del colegio Grange , tampoco nadie se entero porque no es conocido. A Martin solo lo juzgan porque es mi hijo. Él no iba borracho ese día, la culpa es del hombre que se lanzo a la carretera”. (Emol). El senador ha insistido en sus brillantes frases y conclusiones tales como “…pegarle a un joven que está empezando la vida, para pegarme a mí, fue una cosa muy triste que me ha tenido muy golpeado durante mucho tiempo”.

Por otro Lado, el abogado de Martin Larraín, Rodrigo Ávila, señala que: “existe una persecución injustificada contra mi cliente”, justifica este alegato señalando aspectos de carácter procesal, de jurisdicción de tribunales, de responsabilidad entre fiscalía y tribunales, etc. Una serie de cosas leguleyas que sirven mucho cuando hay dinero, para escabullir responsabilidades penales y minimizar las penas por crímenes cometidos. Finalmente aparecieron testigos tales como una joven que hacia dedo en la vía contraria y que vio como Martin y sus amigos prestaron auxilio a la víctima. Otro testigo vio al Jeep detenido y lo reconoció de la fiesta anterior donde habían estado en carrete. Por último, en las conclusiones finales en estos días de abril del 2016, , se ha sabido que el doctor Peña y Lillo, encargado del SML  en esas horas de recibimiento del cuerpo de la victima Hernán Canales, habría falsificado el resultado de la autopsia al occiso, siendo sentenciado por falso resultado en autopsia en SML en enero del 2016, lo que le ha significado una “condena de 300 días de presidio menor en su grado mínimo y  con suspensión de cargo público mientras dure la condena” (LUN).

También supimos que el fiscal regional Mauricio Richard solicito una sanción administrativa contra los jueces por “faltas y abusos graves” en su actuar, ellos son la jueza Claudia Mora, Víctor Rojas y Mauricio Leyton, por haber considerado que no existían pruebas para determinar el estado de ebriedad de Martin, pero sí de la víctima a quien consideraron responsable del accidente. Estos jueces, desecharon una serie de pruebas que podría haber inculpado Al hijo del senador. Fue un largo proceso con una serie de pruebas que lentamente fueron apareciendo en el camino.

Marco Muzzo, el empresario canadiense mato a tres pequeños y a su abuelo, dejando heridos a la abuela y bisabuela cuando manejaba en estado de ebriedad en la ciudad de Toronto en septiembre del 2015. Los pequeños Daniel Neville de 9 años, Harrison de 5 y Milagros de 2, mas el abuelo Gary Neville, perdieron la vida en este accidente protagonizado por Muzzo.

El juicio no duro tanto tiempo como en Chile, que desde el 18 de septiembre del 2013 hasta abril del 2016, pudimos ver es putrefactos la decisión de la justicia chilena quien absolvió a Martin Larraín del atropello, desechando la supuesta condición de manejo en estado de ebriedad, la negación de el no haber prestado auxilio a la víctima y culpando definitivamente al fallecido Hernán Canales del accidente “inevitable”. No hay que ser abogado ni perito en leyes para apreciarlas como “incongruentes” muchas aristas del proceso judicial.

A Larraín y Muzzo los une hoy día el crimen por  manejo en estado de ebriedad. El hijo del senador, ha quedado libre de polvo y paja, después de casi dos  años y medio, la justicia  ha fallado utilizando un cuerpo legal que por un lado, sigue siendo tremendamente débil y benevolente con el crimen, a pesar de haber construido emblemáticamente una “Ley Emilia”; y por otro, es obvio que el poder del dinero se ha hecho presente para poder sostener un juicio que a la larga, mientras mas pasa el tiempo, mas se debilitan los procesos judiciales, incluso en la opinión pública y social. Aun mas, existen casos en la historia, que después de tantos años de no haber aplicado la justicia  en el momento adecuado, después de haber dilatado enormemente los fallos judiciales,  la sociedad, la gente de la calle, comienza a sentir “lastima” por el criminal que debería haber sido condenado en su momento con todo el peso de la ley.

Pero es justamente aquí, donde el poder del dinero se hace presente, al pobre, al que no tiene como pagar un buen abogado, al que su apellido es insignificante, los juicios no demoran y rápidamente van a prisión.

A pesar que en el caso de Marco Muzzo en Toronto no demoro tanto tiempo, pero de igual forma el peso del dinero se hiso presente cuando se cancelo una fianza de 1 millón de dólares para no ir a prisión mientras duraba el juicio. La sentencia definitiva ha salido esta primera semana de abril, sancionándolo con 10 años de prisión.

Según la prensa y los medios entendidos, señalan que este caso es el más emblemático en la historia, que jamás había habido una sentencia tan alta, que el mismo hecho de ser una familia tan poderosa y adinerada, le habría jugado en contra. La ley y el carácter de la sentencia, le permiten optar al tercio de la condena por libertad condicional y seis meses antes del cumplimiento de ese tercio, podrá salir diariamente a la calle. En buenas cuentas, el señor Marco Muzzo, saldrá a la calle diariamente a los dos años y medio, y a los tres, quedará libre.

Diez años de prisión se considera la pena más alta en la historia por este tipo de crimen de manejo en estado de ebriedad con resultado de muerte. Fueron tres niños y un adulto, nos preguntamos: ¿si la victima hubiera sido una sola, significa que no habría estado en prisión ni un solo día entonces?

Independientemente que en Toronto la justicia demostró ser un poco más ética y efectiva que la nuestra en Chile, de todas formas no dejan  de asimilarse los  casos, Larrain/Muzzo, en cuanto al poder del dinero y en cuanto a la debilidad de los sistemas judiciales, que siempre están más prestos y dispuestos a sentenciar rápida y severamente a quien no puede defenderse pagando uno de los mejores abogados de la localidad, extendiendo los juicios, haciéndolos interminables o pagando fianzas que son exuberantes para luego seguramente además, si es que llegan ir a prisión, de seguro también lo harán con ciertos privilegios en cárceles especiales y de lujos, que para delincuentes comunes y pobres, siempre es muy diferente.

Más allá de la amargura que sentimos por las víctimas, cabe preguntarnos, ¿Cuál es la diferencia en quitarle la vida a una persona manejando con alcohol o cualquier tipo de droga y dispararle con un arma en la mano? ¿Dónde queda el sentido común de las leyes y de quienes hacen las mismas, para no darse cuenta que el crimen cometido no tiene diferencia, que el dolor no tiene diferencia, que la pérdida de un ser querido no es diferente?

Mi propuesta es realmente “tolerancia cero” con alcohol y droga manejando. A la primera falta, se pierde el privilegio de manejar por cinco años, a la segunda por 10 y a la tercera de por vida, sin esperar resultado de muerte.

Dedico este articulo las familias de,

  • ROBERTO TIMMERMANN 19 años, muerto por BENJAMIN MONTERO, sentenciado a 4 años de cárcel y libre a los dos, actualmente sigue manejando.
  • Rosa Pinto de recoleta, 70 años y atropellada por un ebrio.
  • Kevin Silva, deportista, gravemente herido y lisiado de por vida, atropelladlo por Sergio Reyes Tapia en estado de ebriedad.
  • Macarena Casassus, atropellada por Johnny herrera en estado de ebriedad.
  • Emilia Silva Figueroa, una pequeña de solo 9 meses y por la cual se elaboro la Ley Emilia, chocada en su vehículo por Nelson Fariña, actualmente en  libertad vigilada.
  • Tres Maratonistas muertos por Roberto Jorquera, atropello a 11 quedando el resto heridos de gravedad. Fue condenado a diez años de presidio
  • Felipe Pino Kunze, estudiante de medicina atropellado por ebrio que se dio a la fuga.
  • Juana Cerda, atropellada por Gabriel Miranda y dejando dos heridos, enfrentó juicio abreviado quedando en libertad vigilada con suspensión de licencia por vida.

Finalmente, quiero invitar a los siguientes personajes públicos, a que se sumen a la campaña de “tolerancia cero” de verdad, todos ellos, algo tienen que decir en cuanto al manejo en estado de ebriedad. No esperemos que alguien muera para legislar con severidad. No nos creamos el cuento de que: “Yo sé perfectamente lo que hago y estoy totalmente lucido”, hagamos efectivo el “PASA LAS LLAVES” A ustedes les digo:

PABLO MACKENNA, DANIELA RAMIREZ, SIGRID ALEGRIA, LEO REY, PABLO VARGAS, PAULINA NIN, KATHERINE ORELLANA, MIGUEL PIÑERA, PABLO SCHILLING.- Y cualquier otro que haya cometido la falta de ser irresponsable no solo consigo mismo, sino con posibles víctimas inocentes.