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Crecimiento, empleo y elecciones

Las empresas chilenas, empero, han seguido mirando con cautela estas señales de los grandes inversionistas extranjeros, muchos de los cuales comienzan a retornar a los mercados emergentes en busca de mejores retornos, dadas las bajas o negativas tasas en los países desarrollados, aunque, especialmente, siguen atentos a las definiciones del Ejecutivo respecto de los cambios estructurales que quedan por concretar, entre ellos, la reforma laboral.

Roberto Meza

  Viernes 20 de mayo 2016 18:07 hrs. 
Desempleo

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El Banco Central (BC) informó que el Producto Interno Bruto (PIB) chileno durante el primer trimestre de 2016, creció 2 por ciento respecto de igual lapso del año anterior -cuando dicha cifra marcó 2,7 por ciento- aunque ubicándose por encima de las expectativas de los expertos, que la habían calculado en torno a 1,8 por ciento.

Según el informe de Cuentas Nacionales del instituto emisor, el guarismo se explica por un alza generalizada de las actividades, salvo pesca, minería, y restaurantes y hoteles, al tiempo que destacael dinamismo en los sectores electricidad, gas y agua, y de servicios empresariales.

Elestudio revela un alza de la demanda interna, principalmentemayor consumo de los hogares en bienes y servicios; y de las exportaciones (2,4 por ciento), lideradas por el componente de servicios, mientras la inversión (formación bruta de capital fijo), experimenta un crecimiento de 1,2 por ciento a marzo -con una menor acumulación de stocks-guarismo que se compara con la contracción de 1,3 por ciento del último cuarto de 2015 y la caída de 3,3 por ciento del primer trimestre del año pasado.

El Barómetro de Confianza de Capital EY, una encuesta periódica aplicada por The Economist Intelligence Unit (EIU) que se realiza a altos ejecutivos de grandes empresas de todo el mundo, reveló que las principales preocupaciones de los directorios en Chile son la reducción de costos (58 por ciento); volatilidad de precios de commodities y tipo de cambio (49 por ciento). Y según los números, la sensación que parecen mostrar, tanto inversionistas como empresarios, es que, en el mercado chileno “lo peor ya pasó”.

Por de pronto, el ahorro bruto nominal del país se ubica en casi 23 por ciento del PIB, tasa que refleja un ahorro nacional de 23,8 por ciento, al tiempo que ya presenta un superávit de 0,9 por ciento de cuenta corriente. El IPSA, por su parte, principal referente de la bolsa chilena, ha vuelto a rondar los 4 mil puntos, anticipando lo que podría ser el comienzo de una paulatina recuperación.

Las empresas chilenas, empero, han seguido mirando con cautela estas señales de los grandes inversionistas extranjeros, muchos de los cuales comienzan a retornar a los mercados emergentes en busca de mejores retornos, dadas las bajas o negativas tasas en los países desarrollados, aunque, especialmente, siguen atentos a las definiciones del Ejecutivo respecto de los cambios estructurales que quedan por concretar, entre ellos, la reforma laboral.

Según el trabajo de Consultoría en Transacciones de EY (ex Ernst&Young), aún no llegamos al “punto de inflexión” a nivel macro -no obstante que varios bancos globales han afirmado que la caída del crecimiento chileno parece haber tocado fondo- hecho que estimula el presente foco de las empresas: reducir costos y aumentar márgenes de utilidades, hecho que seguirá impactando en las tasas de desocupación.

De allí que no resulten inesperadas las declaraciones del ministro de Interior, Jorge Burgos, quien dijo que la Cuenta Pública de la Presidenta Bachelet del próximo 21 de mayo “dará cuenta de la necesidad que Chile priorice como tema central el crecimiento de la economía”. “Chile -afirmó- necesita ser más igualitario y equitativo y para eso necesitamos crecer. Y tengo muy claro que la Presidenta lo tiene como prioridad”.

Por su parte, el vocero de gobierno, Marcelo Díaz, respondiendo a los empresarios que han pedido que, durante dicho discurso, la Mandataria haga “precisiones” sobre las reformas que ha impulsado, reafirmó que“nos encontramos en una fase de implementación de las reformas y tenemos desafíos importantes, pero lo esencial, es recuperar la capacidad de crecimiento de la economía”.

En efecto, un persistentealicaído ritmo de actividad se puede traducir en menores recursos para las arcas fiscales, lo que podría limitar las metas programáticas de la administración Bachelet, uno de cuyos ejemplos con mayor impacto es lo que ocurrido con la gratuidad en la educación superior.

Pero también -especialmente a corto plazo-un menor crecimiento, con empresas ajustando costos y rentas,aumenta el riesgo que la desaceleración se traduzca en un deterioro del mercado laboral. Las últimas cifras conocidas, tanto nacionales como para la Región Metropolitana, muestran alzas de la desocupación que preocupan a las autoridades,de manera que el foco en el crecimientoapunta a que este fenómeno no persista en los próximos meses, marcados por elecciones municipales, parlamentarias y presidenciales.

 

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