El diputado Hugo Gutiérrez rechazó el intento del ex comandante en jefe del Ejército Juan Emilio Cheyre, quien este domingo en los diarios El Mercurio y La Tercera intentó deslindar su responsabilidad en el fusilamiento de 15 personas ocurridas en el marco de la Caravana de la Muerte en Octubre de 1973 en la ciudad de La Serena.
El parlamentario, quien actuó como querellante contra Cheyre y el entonces comandante del Regimiento Arica de La Serena, Ariosto Lapostol, consideró las declaraciones del ex jefe castrense como un intento por engañar a la opinión pública ya que los antecedentes que permitieron someterlo a proceso apuntan a su clara responsabilidad en esos hechos.
“Ya no hay forma de negar que él estuvo ahí, cosa que hay que señalar que en un principio él lo negaba. Que también tuvo conocimiento de los hechos, ahora él dice que los tuvo con posterioridad. Pero nunca dio a conocer esos antecedentes en ningún lado, lo que también es suficientemente contundente para demostrar que él tampoco, no obstante que supo los antecedentes, nunca los dio a conocer a ningún tribunal”, indicó el legislador.
En la entrevista a La Tercera, Cheyre indica que entiende el dolor de los familiares de las víctimas de violaciones a los derechos humanos, pero sostiene que son parte de “una confluencia perversa entre dos extremos”, para apuntar a información falsa en su contra divulgada por “gente de Manuel Contreras, de gente vinculada a la DINA”.
Al respecto, el diputado Hugo Gutiérrez recuerda que Cheyre es parte de los firmantes del Acta Solemne de compromiso que impuso Augusto Pinochet antes de dejar el poder, donde se garantiza que cuando el dictador dejara la comandancia en jefe del Ejército en 1998 no sería juzgado por los crímenes cometidos durante su régimen.
Para el parlamentario, Cheyre ya sabía entonces lo que había ocurrido con el paso de la Caravana de la Muerte, por lo que su omisión también lo incrimina.
“Creo que lo que busca Cheyre es desdibujar los testimonios de todas aquellas personas que fueron a declarar en los meses últimos y que terminaron por acreditar que Cheyre se encontraba en el Regimiento Arica de La Serena, que Cheyre estaba presente en torturas a presos políticos, que Cheyre tenía conocimiento de los fusilamientos porque él estuvo ahí. En consecuencia, no hay cómo evitar el reproche penal hacia su persona”, comentó Gutiérrez.
Para el parlamentario el avance de la investigación y los diversos testimonios que responsabilizan a Cheyre en los fusilamientos de la Caravana de la Muerte en el Regimiento Arica de La Serena, son irreversibles y deberían terminar con una condena por estos hechos que calificó como una flagrante violación a los derechos humanos.
Cheyre insiste en su inocencia
El ex comandante en jefe del Ejército insiste en que no ha cometido violaciones a los Derechos Humanos. Según consignó a los matutinos, aparte de estimar que se trata de una persecución de dos bandos extremos, él refuerza la idea de que no tuvo forma de enterarse en el instante que los crímenes sucedieron en La Serena.
Dijo que su rol en el regimiento era sólo de asistente y desmiente haber sido parte de grupos de inteligencia. Además, señaló que al momento de los hechos, desconocía los objetivos de la comitiva que acompañó al general Arellano Stark, que ésta actuó en al menos dos grupos paralelos y que sólo se enteró cuando el general Lapostol fue a verificar qué ocurrió tras escuchar los disparos, realizados según dice Cheyre, a cientos de metros de donde se encontraban.
“Nunca fui al lugar de ejecución y en el proceso nadie sostiene eso. De las ejecuciones me enteré después, cuando tras escuchar los tiros, el coronel Lapostol ordenó a un oficial ir a ver qué ocurría y él regresa y dice que hay muertos, ni siquiera dijo en ese momento cuántos ni quiénes eran”, dijo el ex comandante en jefe.
Consultado por los motivos por los que estos hechos no se denunciaron antes, Cheyre dijo: ”El 11 de septiembre yo tenía 25 años, cumplí en octubre los 26. Estaba en una institución jerarquizada, donde se nos ordenó asumir que nos encontrábamos en guerra. (…) Lo que le puedo decir es que cuando tuve la posibilidad de obrar, lo hice con plena convicción. Cuando asumí el mando del Ejército, en marzo del 2002, yo reuní al alto mando y les entregué lo que se llama el concepto de mando”, el cual, según explicó, era desmarcarse del estilo de conducción de Pinochet y enfrentar el tema de los Derechos Humanos asumiendo las responsabilidades que no se habían asumido.